JUANLU DE PAOLIS Periodista y director de televisión Una de las tradiciones más propias de este país es acompañar el desayuno con una buena dosis de truculencia. Al parecer, una sabrosa tostada con mantequilla y mermelada casa tan bien con un café con leche como con un buen cadáver. Desde hace años, son innumerables los casos que nos han acompañado en nuestros programas matinales de mujeres asesinadas por sus maridos o de niños que un día desaparecieron y que fueron encontrados sin vida. Este tipo de televisión se ha librado de la etiqueta de "telebasura" que se reserva solamente a los programas del corazón. Como si contar los pormenores morbosos y hasta el mínimo detalle de un asesinato, fuese algo más ético que contar con quién se acuesta el marido de Tamara Falcó. Tal vez, el hecho que plataformas tan modernas como Netflix tengan una enorme oferta de documentales de true crime que consumimos a dos carrillos, hace que resulte más coo l entretenerse con la disección de
“Andar ergueitos, falar forte e nunca máis esquecer o noso norte."