El robo de órganos de los palestinos asesinados y secuestrados por Israel fueron ‘Vox populi («voz del pueblo» en latín)’ en las calles palestinas. Las voces fueron aumentando hasta llegar a una investigación de este flagelo, la ‘ONG Euro-Med Human Rights Monitor’ alertó sobre relatos de médicos palestinos del robo de órganos por las crueles Fuerzas Armadas israelíes y “pidió una investigación internacional sobre este salvajismo israelí”.
El robo de los órganos palestinos fue denunciado por médicos palestinos luego de haber examinado junto con los profesionales de Euro-Med, los cuerpos de los mártires secuestrados abiertos y luego cocidos, comprobando los monstruosos robos de órganos, como ser las córneas, corazones, hígados, riñones y pieles extraídas.
Los robos de órganos de los cadáveres palestinos son los testimonios de los médicos de Gaza que examinaron los cuerpos después de haber sido entregados por los israelíes, según el intercambió acordado con Hamas.
La ONG aseguró haber documentado la “apropiación de decenas de cadáveres del Hospital Al Shifa y del Hospital Indonesio, en el norte de la Franja de Gaza”, bajo control militar israelí. Así como en las inmediaciones de los ‘corredores’ señalados por las fuerzas israelíes como ‘pasos seguros’ para los civiles palestinos obligados a desplazarse hacia el sur de la Franja y forzados abandonar sus casas para luego ser destruidas con los Bulldozer israelíes.
Cada vez más se vieron reflejadas las acusaciones de que Israel en sus cárceles ha extirpado los órganos de los fallecidos secuestrados palestinos para su uso en el mercado internacional de órganos. Los mismos son comercializados en una perspectiva escalofriante y perturbadora de las continuas violaciones de derechos humanos de Israel contra la población palestina bajo la ocupación.
Las primeras acusaciones contra Israel por el uso del tráfico de órganos palestinos se produjeron durante la primera Intifada Palestina (levantamiento popular) a finales de la década del ‘80 y principios de los ‘90. Devaluando la vida humana, durante este macabro período, muchas familias palestinas afirmaron que los cuerpos de sus familiares asesinados habían sido devueltos con faltante de sus órganos.
Aunque el régimen israelí de la época lo desestimó y lo calificó como propaganda especuladora e infundada, el aumento de denuncias reforzó la preocupación. En uno de los primeros casos emblemáticos, el joven palestino Bilal Ahmed Ghanem de 19 años, asesinado por soldados israelíes en 1992 y robado sus órganos, el mismo, impacto en 2009 en un artículo en el periódico sueco ‘Aftonbladet’ titulado “Los órganos de nuestros hijos fueron robados”.
La Cuarta Convención de Ginebra, de 1949, obliga a las partes en conflicto a respetar la dignidad de los fallecidos y prohíbe así el expolio, mutilación y trato irrespetuoso de sus cuerpos. Israel no es firmante del tratado internacional y es un transgresor serial de la vida y la muerte palestina. (De siempre, a parte de asesinos, han sido ladrones)
Fuente: Palestinian Information Post PIP