Isabel Díaz Ayuso, presenta la Estrategia de protección a la maternidad y paternidad y de fomento de la natalidad y la conciliación 2022-2026, en la Escuela Infantil Rocío Dúrcal, en Madrid.
Madrid es el cuento de la criada para las mujeres. Así de crudo. Y es el resultado de años de abandono por parte del PP que, en su deriva ultra, han llegado al negacionismo de Ayuso opinando que los hombres sufren más agresiones y que las mujeres buscamos ventajas.
Que seamos la única Comunidad sin ley de igualdad no es casual. Es que le 'importamos un pimiento', aunque esa desigualdad sea el origen de las discriminaciones que sufrimos las mujeres a lo largo de nuestra vida. Y tiene consecuencias, encabezamos el ranking de la mayor diferencial salarial entre mujeres y hombres, casi 6.000 euros al año, ahí es nada. Esto tiene mucho que ver con que los cuidados de hijos y dependientes los seguimos asumiendo las mujeres. Y que la corresponsabilidad aquí brilla por su ausencia. La única ayuda que hay es para financiar la empleada doméstica a las familias pudientes. Mientras que para acceder a la beca de comedor tienes que estar casi en la indigencia. Cuestión de prioridades de la Presidenta. Si a la falta de medidas de conciliación le añadimos lo cara que es Madrid, los horarios infinitos en sectores feminizados como el comercio. Y las distancias para llegar al puesto de trabajo pues ser madre se convierte en un acto de valentía. Ya lo decía Ayuso, que vivir aquí era una aventura, pero de las malas. Destina una miseria de su presupuesto a igualdad (40 millones de 28.700 y, encima, la mayoría proviene de fondos del Gobierno de España). Pero es que ni dándole el dinero desde otras administraciones es capaz de hacer algo por las mujeres. Aprovecha el Plan Corresponsables para regar a entidades como los legionarios de Cristo. Se salta los objetivos del propio plan que tiene como prioridad a las madres solas. Esas madres solas que son el rostro de la pobreza en Madrid pero que en 30 años de gobierno popular han sido incapaces siquiera de equipararlas en beneficios a las numerosas. Claro, es que para Ayuso no son familias 'como dios manda'. Y lo mismo hace con el dinero del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, que lo deja sin gastar o lo usa para comprar espacios publicitarios en los pseudomedios que tanto le gustan. No le importa NADA que Madrid sea la campeona en denegaciones de órdenes de protección para las víctimas (más de la mitad) poniéndolas en grave riesgo.
Ha cambiado las estrategias de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, la de lucha contra la trata y contra la violencia de género, caducadas desde 2021, por una de natalidad que es una colección de desgravaciones para beneficiar a quien más tiene. Su tan anunciada ayuda a la maternidad fue diseñada para dejarnos fuera a la mayoría por edad u origen y no llega ni al 2% de las madrileñas en edad fértil. Un despropósito. Las mujeres solo le interesan para aumentar la natalidad, pero hasta que paren, luego que se apañen como puedan con una pobreza infantil disparada.
Si la situación no ha estallado en Madrid es gracias al impulso del Gobierno de España con sus leyes y políticas pioneras como la equiparación de los permisos de maternidad/paternidad. O la subida del salario mínimo, que beneficia especialmente a las mujeres (somos el segundo territorio donde más personas lo perciben).
Pero tenemos que decir basta. El Madrid que merecemos las mujeres no es este del sálvese quien tenga. Necesitamos servicios públicos dignos, porque somos sus principales usuarias, con educación, sanidad y servicios sociales que nos tiendan una mano si pasamos una dificultad. La meritocracia de Ayuso es una mentira si no genera igualdad de oportunidades. Somos más de la mitad de la población y no puede seguir gobernando contra nosotras. De nada sirve ser la región más rica si deja a las mujeres atrás.