'7.291', la obra en ARCO que recuerda a los muertos en residencias madrileñas que no va a gustar a Ayuso
Ramón Mateos, el autor de la instalación, asegura que no busca "polémica" con esta pieza y solo pretende "recordar lo ocurrido" hace cinco años durante durante la pandemia de covid.
ARCO, la feria de arte contemporáneo que se celebra cada año en Madrid, exhibe este año una obra que a buen seguro no va a gustar nada a Isabel Díaz Ayuso, presidenta del Gobierno madrileño. 7.291 es el elocuente título de la instalación, unas cadenas colgadas del techo que simulan una cortina de aluminio anonizado en la que ese número tan simbólico está impreso en blanco, firmada por Ramón Mateos.
La obra es un homenaje explícito a las personas que murieron por covid en las residencias madrileñas durante el confinamiento tras los protocolos de la vergüenza aprobados por el Gobierno de Ayuso que impedía su traslado a hospitales públicos de Madrid. La instalación también hace referencia al documental homónimo de Diego Galán y recibe el mismo nombre que la plataforma de familiares de los fallecidos.
Ese número se ha convertido en un icono de muchas cosas: de lo que se nos quiere ocultar, también en un icono de las tristezas de lo que ha sucedido, de gente fallecida... A veces parece mentira que un número nos diga tanto", ha explicado Angustias Freijo, directora y propietaria de la galería que vende la obra por un precio de 15.000 euros.
"Esta chica, Ayuso, es muy simpática pero no creo que le guste el arte porque la clase política no es aficionada al arte. El último político que tuvo interés por el arte fue don Manuel Azaña y han pasado 100 años", ha afeado la galerista.
En este sentido, el autor, Ramón Mateos, también ha hecho declaraciones sobre ARCO como un espacio de expresión, aunque que no busca "polémica" y solo pretende "contar algo que ocurrió": "Pasar por aquí sin recordar a gente que ha perdido la vida en unas situaciones muy dramáticas, me parecía que sería un poco raro que como artista no se mencionara. Ifema es un sitio muy ad hoc para hablar, recordar y ponerlo en la memoria de todos. Es un momento importante para acordarnos de que estas cosas pasan y han pasado".
La pieza muestra el número 7.291 con unas cadenas colgadas del techo que simulan una cortina. "Este mecanismo de la cortina nos permite ir al otro lado y, de alguna manera, también lo vamos desgastando con el uso, como hacemos con la propia memoria, a fuerza de usarla, o de contarla, o de decirlo, pues se va desvaneciendo y lo vamos perdiendo", ha explicado el autor.
El artista manifiesta que esa cifra guarda relación con decisiones políticas y confiesa que no quiere "juzgar qué era lo que se tenía que hacer" y sSin embargo, la sombra de Ayuso sobrevuela toda la obra. "Hay quien tiene responsabilidad política y toman decisiones sobre nuestras vidas, y esas decisiones nos afectan. En concreto, esas decisiones de la pandemia tuvieron consecuencias muy brutales y tristes. Pero yo no estoy juzgando a nadie si se tenía que hacer o no se tenía que hacer. Simplemente abordo algo que ocurrió", ha defendido.
"Si pasa Ayuso, yo estoy encantado de contárselo sin ningún problema. Es parte de la sociedad poner en cuestión esas decisiones que se han tomado. Es algo legítimo", ha apostillado Mateos.eñala que "no es una obra que vaya en contra de nadie en concreto".