La Derecha Diario, el digital sensacionalista de Negre que tiene vínculos con la ultraderecha latinoamericana, llega a Uruguay dispuesto a difundir mentiras
Cualquier usuario frecuente de la plataforma “X” que siga de forma medianamente activa la política uruguaya tuvo la oportunidad, durante los últimos tres meses, de asistir al desembarco del digital La Derecha Diario en Uruguay. La presencia del digital en redes sociales fue creciendo progresivamente. Actualmente sus publicaciones reciben una media de veinte mil visualizaciones, sin embargo, el momento de mayor repercusión mediática fue hace ya unos cuantos meses cuando, antes del proceso eleccionario uruguayo, Javier Negre se acercó a Yamandú Orsi para provocarlo. Queriendo exportar formatos periodísticos que no son bien recibidos en Uruguay, Negre se encontró con un Orsi bien plantado que demostró el carácter y la templanza suficientes para dejarlo mal parado. Ese probablemente haya sido el mejor momento de Orsi en la campaña electoral. Posteriormente, el 25 de noviembre, Yamandú es electo presidente de la República Oriental del Uruguay.
¿Cuáles son las conexiones de La Derecha Diario con la ultraderecha latinoamericana? ¿Con qué tipo de apoyos cuentan?
En una entrevista brindada a la 105.5 de Mendoza, Javier Negre dijo: “Estamos yendo por diferentes provincias de Argentina. Abriendo también en Uruguay, Bolivia, Ecuador y Chile”. El español es dueño del 50% del digital fundado por Juan Carreira, (conocido como Juan Doe) actual director de comunicación digital del gobierno de Javier Milei. Carreira llegó a Casa Rosada luego de una dilatada trayectoria como twittero, desde esta red social logró captar la atención de los dirigentes de La Libertad Avanza por la repercusión que lograban sus publicaciones.
Antes de la aparición de Negre como cabeza del digital, era Fernando Cerimedo quien estaba al frente del medio fundado por Carreira. Cerimedo participó de las últimas dos campañas electorales de Bolsonaro y terminó siendo denunciado por el Tribunal Superior Electoral de Brasil (TSE) por azuzar un fraude electoral que nunca sucedió. El “consultor político” también colaboró con el ultraderechista Kast en Chile.
Negre, sin ningún tipo de vinculo con Argentina, llegó a Buenos Aires y en muy pocos días se lo observó en contacto directo con Javier Milei, Adorni y con Lanari quien es el subsecretario de prensa de Casa Rosada. El repentino ascenso de Negre y su digital en América Latina desnuda los evidentes vínculos mediáticos ¿y económicos? entre la ultraderecha española y la latinoamericana. Más allá de la evidente afinidad ideológica, Negre tiene acceso directo a los dirigentes políticos de ultraderecha en américa latina porque ellos y el creen en dar la batalla cultural. Negre ya ha sido cuestionado por recibir dinero a cambio de defender políticamente a algunos personajes a través de EDATV. Así sucedió con los ayuntamientos de Boadilla del Monte y de Almería. No en vano, en España se ganó el apodo de “El paguitas”.
¿Cuáles son las mentiras que difunden en Uruguay? ¿Qué buscan con ello?
Más allá de sus evidentes vínculos con América Latina, sorprende la presencia y el desembarco de La Derecha Diario en Uruguay. El digital de Negre ha titulado recientemente una pieza periodística en donde afirman que “la política económica de la dictadura uruguaya fue de izquierda”. El intento desesperado por relacionar uno de los periodos mas traumáticos de la historia política reciente uruguaya con la izquierda no puede ser más que un acto de mala fe o de ignorancia absoluta. Tal y como viene la mano, lo próximo que podemos esperar es una editorial en donde nos expliquen que en realidad Vegh Villegas era un infiltrado del Partido Comunista uruguayo.
La academia uruguaya se encargó de describir las características de la política económica de la dictadura. En publicaciones como “La economía de la dictadura (Uruguay, 1973-1984)” de Jaime Yaffé, queda claro que esta fue de apertura comercial, libertad cambiaria y ajuste salarial. Hay consenso sobre esto último, y particularmente sobre el hecho de que las dictaduras latinoamericanas fueron el proyecto fundacional del orden económico neoliberal que se consolida en la década de los 90’.
Además del desesperado intento por vincular a la izquierda con la dictadura uruguaya, La Derecha Diario emitió otra editorial en la que se dice una mentira tan burda como cruel: se acusa a familiares de detenidos desaparecidos de cobrar “subsidios millonarios” del Estado. La primera editorial mencionada, relacionada a la política económica de la dictadura, en el mejor de los casos puede entenderse como una interpretación super ortodoxa de los preceptos económicos de la teoría neoliberal. En la segunda de las editoriales, en la que se acusa a los familiares de detenidos desaparecidos, no hay posibilidad de interpretar dogmatismo ideológico para salvar al escritor. Ahí hay lisa y llanamente mala fe. Muestran no solamente que están dispuestos a difundir mentiras, también exhiben su crueldad y salvajismo absoluto en la voluntad explícita de defenestrar públicamente a quienes, desde el retorno democrático, no hicieron más que pedir por los cuerpos de sus familiares asesinados por la dictadura uruguaya.
El desembarco de La Derecha Diario coincide con la proliferación de partidos libertarios en Uruguay. Este es el caso del Partido Libertario del Uruguay (PLU) y el Partido Plataforma Por La Libertad (PPL). Esta aparición política tiene su correlato mediático, además de La Derecha, han surgido streamings como Hasta el Hueso y Bajo la Lupa, de claro corte ideológico libertario.
Hay cierto conocimiento acumulado, particularmente en la historia y la ciencia política uruguaya, que ofrece buenos argumentos para pensar que las posibilidades del surgimiento de un partido libertario de proporciones significativas en Uruguay son muy bajas. Estos argumentos se nuclean, básicamente, alrededor de la fortaleza del sistema de partidos uruguayo y la excepcionalidad democrática uruguaya como característica distintiva del sistema político oriental. Sin embargo, Uruguay no fue esquivo al ciclo de dictaduras latinoamericanas, tampoco lo fue al ciclo de reformas neoliberales, ni al tiempo de los gobiernos progresistas. Por mucho que nos guste a los uruguayos pensar a nuestro país en clave excepcional, no hay motivos para asegurar que la aparición de un proyecto libertario es imposible. Por lo tanto, es momento de encender alarmas y entender las conexiones internacionales para comprender cuales son sus objetivos políticos a nivel nacional y continental