Dos universidades públicas cancelan un acto con Francesca Albanese, profesora de derecho y relatora de la ONU para Palestina, debido a sus críticas a la participación del gobierno alemán en el genocidio en Gaza
El gobierno alemán sabe que hace algo ilegal al apoyar al gobierno israelí, pero hace como si no supiera lo que ocurre desde hace meses en la franja de Gaza y ahora en Cisjordania. La represión y la censura en Alemania en torno a la colaboración del país en el genocidio de Israel en Palestina ha llegado a un nivel en el cual incluso autoridades internacionales y organizaciones de prestigio internacional son impedidas de llevar a cabo su trabajo. Es el caso de la Relatora Especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en los Territorios Palestinos Ocupados, Francesca Albanese, cuya intervención en la Universidad Libre de Berlín y en la Universidad de Múnich fueron canceladas. El motivo oficial fueron supuestos problemas de seguridad relacionados con su aparición. En la práctica significó que una autoridad internacional fue ninguneada y, al mismo tiempo, la libertad de cátedra quedó en entredicho, ya que la relatora es asimismo profesora de Universidad.
Que la política se inmiscuya en los devenires de la ciencia y en qué discursos o actos se celebran en una Universidad ha molestado incluso a una parte del profesorado. De hecho, varios catedráticos de derecho firmaron una carta por la decisión tomada por la Universidad y recordaron que el artículo 5 de la carta magna alemana reconoce la libertad de cátedra. Varias organizaciones de científicos firmaron un comunicado que puede leerse aquí en inglés donde exigen que "el liderazgo de las universidades resista la presión de la cobertura mediática sesgada y de los políticos, y que defiendan la autonomía universitaria, así como la libertad de opinión y la libertad académica de su personal y estudiantes". Algo que, en una democracia, debeíra ser de perogrullo.
Sin embargo, la persecución a la representante de la ONU continuó en la capital berlinesa. Tras la cancelación de los dos actos oficiales en la universidad, el partido DiEM25, del exministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis, decidió alquilar un local y organizar unas jornadas alternativas. Sin embargo, la Kühlhaus, el lugar elegido, canceló el evento en el último momento debido a presiones políticas y del ayuntamiento. Finalmente, el diario Junge Welt, una modesta publicación de izquierdas, acogió el acto en su sala de eventos, un espacio minúsculo en el que no pudieron entrar todas las personas que querían ver a la italiana.
Además, la policía envió veintidós furgonetas llenas de antidisturbios al acto, entró en las dependencias del diario sin tener una orden judicial ni permiso de la dirección y permaneció durante las ocho horas que duró la jornada para escuchar que no se dijese nada prohibido con el pretexto de "prevenir peligros". El director de la publicación, Dietmar Koschmieder, aseguró que, en los treinta años que se han celebrado actos en dicha sala, "nunca habíamos vivido una represión a este nivel, pero lo ocurrido el año pasado durante el congreso sobre Palestina prohibido nos dio pistas de lo que podría ocurrir".
En su discurso, Albanese se mostró indignada por el trato recibido en Alemania y recordó que ella es relatora y experta legal no solo en los crímenes cometidos por Israel, sino también en los perpetrados por Hamás. La jurista recalcó que la falta de respeto hacia la ONU en el país le resultó inaudita. “Es paradójico que haya más controversia en este país por mi intervención aquí que por los asesinatos, las violaciones y el resto de violaciones de derechos humanos sobre los que vengo a exponer”. La responsabilidad histórica de Alemania en el derecho internacional, explicó, es especial porque que desde suelo alemán se han originado varios genocidios. Criticó la opresión de los palestinos por los colonos israelíes y aseguró que el genocidio en Gaza, que el gobierno alemán niega en conjunto y que ha apoyado con envíos de armas, es "uno de los problemas más urgentes de nuestro tiempo".
El acto con la relatora de la ONU puede verse completo en inglés en el canal de Youtube del partido Diem25:
Junto a Albanese participaron en la jornada la presidenta de Amnistía Internacional en Alemania, Julia Duchrow, quien habló sobre "la ley internacional y el genocidio en Gaza", así como el músico Michael Barenboim, hijo del reconocido Daniel Barenboim, quien tocó con el grupo Nasmé Ensemble. La periodista palestino-estadounidense Hebh Jamal, que vive en Alemania, se vio impedida de presentar el documental en el que trabaja junto al periodista británico Tom Wills, titulado Reason of State (Razón de Estado, en inglés). La policía le advirtió que la inclusión de imágenes de un miembro de Samidoun—asociación ilegalizada que apoya a los presos palestinos—provocaría la cancelación de todo el acto. El documental trata sobre la represión a la protesta del movimiento pro Palestina en Alemania.
A pesar de que en las últimas semanas han tenido manifestaciones multitudinarias contra la extrema derecha, el escándalo de censura a la relatora de la ONU en el centro de Berlín no pareció interesarle a casi nadie. Desde Die Linke, que tiene su oficina enfrente del edificio del diario junge Welt, no salieron a la calle a protestar ni emitieron comunicados. Algunas figuras concretas como el candidato por el barrio multicultural de Neukölln, Ferat Kocak, o la eurodiputada Özlem Alev Demirel, ambos de ascendencia turca, mostraron solidaridad con Albanese en sus cuentas de X. El miércoles ya, la co-presidenta del partido Ines Schwerdtner decía en su cuenta de X que "tiene que ser posible poder hablar sobre violaciones de los derechos humanos en Gaza, inclusive de la acusación de genocidio que hace el tribunal internacional". Recordemos que el Bundestag aprobó el pasado 7 de noviembre una resolución contra el antisemitismo que, en la práctica, legitima este tipo de prácticas censoras. Die Linke se abstuvo, y el único partido que votó en contra fue la Alianza Sahra Wagenknecht.
El miércoles, estudiantes de la Universidad Libre organizaron una charla de Albanese en las dependencias de la universidad junto con el director de la ONG británica Forensic Architecture, Eyal Weizman, sin revelar con exactitud su ubicación. Mientras tanto, la policía buscaba a la relatora de la ONU por la universidad: