Palestina. “Israel” libera y deporta a Nael Barguti, símbolo de la lucha palestina, tras 45 años en prisión
Nael Barguti ha pasado más de 44 años entre rejas, más que ningún otro preso palestino
De sus 67 años de vida, Nael Barguti ha pasado 45, más que ningún otro palestino, en prisión, donde se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la ocupación israelí. Este sábado, Israel tiene previsto liberarlo y deportarlo a Egipto, después de prohibirle a su mujer, Iman Nafi, viajar para reencontrarse con él.
Iman llevaba semanas esperando para conocer cuál sería el destino de su marido, después de que su nombre apareciese en la lista de presos que serían liberados durante la primera fase del acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás en Gaza, que entró en vigor el 19 de enero y acaba el 1 de marzo.
Finalmente, figura en la relación de los 620 presos y detenidos palestinos que Israel tiene previsto liberar este sábado, a cambio de la puesta en libertad por parte de Hamás de seis rehenes israelíes de Gaza y la entrega de los cuerpos de otros cuatro.
A Barguti ya le habían ofrecido ser deportado en anteriores ocasiones, y él siempre se había negado, por lo que su mujer no sabía si esta vez accedería o si decidiría seguir en prisión, explica ella a EFE.
Este lunes, tras varios retrasos, su abogado pudo por fin reunirse con él para preguntarle.
“Al final aceptó ser deportado. Sabía que otros presos tampoco querían irse, querían rechazar la deportación, así que no quería darle (a las autoridades israelíes) ningún motivo para hacer algo contra el acuerdo”, dice Iman, claramente aliviada.
Pero el viernes, cuando la mujer intentó salir de Cisjordania para viajar a Egipto a recibirlo, se encontró con que Israel, que controla todos los accesos al territorio ocupado, le había prohibido viajar.
Su caso es similar al de otras familias de presos palestinos deportados durante el acuerdo de alto el fuego, después de que el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, emitiese una orden para prohibir salir de Cisjordania a los familiares de deportados.
Un amor improbable
Barguti fue arrestado y condenado a cadena perpetua en 1978, cuando tenía 20 años, por el asesinato de un conductor de autobús israelí, junto a su hermano Omar y su primo Fajri.
Pasó 33 años en prisión antes de ser liberado, en 2011, en el conocido como acuerdo de Shalit, en el que más de mil presos palestinos quedaron en libertad a cambio de Gilad Shalit, un soldado israelí secuestrado por Hamás en Gaza.
Dos semanas después comenzaron las preparaciones para su boda con Iman. Nunca se habían conocido en persona, pero Nael llevaba más de veinte años esperando ese momento.
En 1987, cuando Barguti ya llevaba casi una década en prisión, Iman Nafe fue condenada a más de 15 años de cárcel por planear un ataque en Jerusalén. Desde su celda, Nael vio a la joven, de 23 años, en la televisión, y decidió que algún día se casaría con ella, cuenta la mujer.
Cuando fue liberado, Barguti, que entonces tenía ya 53 años, le pidió a un conocido que fuera a casa de los Nafe para pedir la mano de Iman, como es tradición. Ella aceptó de inmediato, y los dos comenzaron su vida juntos en Kober, su pueblo natal, donde la familia de Barguti se dedicaba a la agricultura.
Un amor improbable
Barguti fue arrestado y condenado a cadena perpetua en 1978, cuando tenía 20 años, por el asesinato de un conductor de autobús israelí, junto a su hermano Omar y su primo Fajri.
Pasó 33 años en prisión antes de ser liberado, en 2011, en el conocido como acuerdo de Shalit, en el que más de mil presos palestinos quedaron en libertad a cambio de Gilad Shalit, un soldado israelí secuestrado por Hamás en Gaza.
Dos semanas después comenzaron las preparaciones para su boda con Iman. Nunca se habían conocido en persona, pero Nael llevaba más de veinte años esperando ese momento.
En 1987, cuando Barguti ya llevaba casi una década en prisión, Iman Nafe fue condenada a más de 15 años de cárcel por planear un ataque en Jerusalén. Desde su celda, Nael vio a la joven, de 23 años, en la televisión, y decidió que algún día se casaría con ella, cuenta la mujer.
Cuando fue liberado, Barguti, que entonces tenía ya 53 años, le pidió a un conocido que fuera a casa de los Nafe para pedir la mano de Iman, como es tradición. Ella aceptó de inmediato, y los dos comenzaron su vida juntos en Kober, su pueblo natal, donde la familia de Barguti se dedicaba a la agricultura.
Tres años de libertad
No habían pasado tres años cuando las fuerzas israelíes volvieron a detener a Nael. En ese momento, la razón de su arresto fue su pertenencia a Hamás, y el hombre fue condenado a 30 meses de cárcel, según recoge el periódico israelí The Times of Israel.
Una vez pasados esos 30 meses, Barguti seguía en prisión, sin que su mujer o su familia supiesen por qué.
En 2017, el Club de Prisioneros Palestinos denunció que Israel había decidido reinstaurar la cadena perpetua de Barguti, pero no fue hasta 2022 cuando las autoridades militares lo confirmaron, asegurando que Nael tenía gran cantidad de dinero procedente de un “grupo terrorista”, violando las condiciones de su liberación.
En total, Nael Barguti ha pasado más de 44 años entre rejas, más que ningún otro preso palestino. A pesar de su encarcelamiento, el hombre nunca ha dejado de tener un papel en la lucha palestina, escribiendo artículos y presentándose a elecciones desde la cárcel.
Iman, por su parte, se ha convertido en una importante voz por los derechos de los presos palestinos en cárceles de Israel, y ha escrito sobre su arresto y el de su marido, con quien espera poder reencontrarse algún día.
Fuente: www.público.es