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Simone Sperduto, periodista: “Siempre he pensado que Ángela Ruiz Robles merecía ser conocida”

 El italiano acaba de publicar su tercera obra, con la que vuelve a la línea del ensayo histórico que abordó en la primera, en la que recupera la labor realizada por una maestra e inventora desde Ferrol



Los nombres de Gutemberg o Manuzio, imperdibles en la historia del mundo editorial, son ampliamente populares por registrarse en los currículos académicos. No es este el mismo caso para Ángela Ruiz Robles, maestra en Ferrol durante gran parte de su carrera, que desde este punto creó unos dispositivos que contribuyeron a mejorar la accesibilidad de la educación para el alumnado con discapacidad visual, aparte de haber sentado las bases para la aparición del actual libro electrónico. En este 2025 se cumplen 50 años del fallecimiento de esta figura, que el periodista italiano Simone Sperduto reivindica en su última obra.


“Ángela Ruiz Robles. La inventora española del libro mecánico que imaginó el moderno libro electrónico” es el título que lanzó el escritor en septiembre, el primero que realiza en este idioma y  en formato digital, con el objetivo de divulgar la labor de esta inventora en pro de una enseñanza alternativa a la de la época, más inclusiva e interactiva.


“La primera cosa que me llamó la atención fue que Ángela era originaria de León pero trabajó muchos años en Ferrol”, declaró  el autor desde su ciudad natal, Roma, apesar de que actualmente reside en Madrid. Este es uno de los detalles destacados en el texto, ya que tanto el momento como la localización desde la que operaba son determinantes. Según Sperduto, los recursos no solían ser equiparables para las maestras que vivían en pequeñas y grandes ciudades, de la misma forma que la circulación de libros, que en general ya era escasa en la época, disminuía en las poblaciones menores. Así, el periodista resalta este aspecto por incrementar, si cabe, el valor del trabajo de Ruiz Robles.


Los dos principales inventos de la profesora son el libro y la enciclopedia mecánicos. Esta última, “considerada una obra pionera”, cuenta con un prototipo creado precisamente en Ferrol, que se encuentra en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología –Muncyt– de A Coruña. Tal como explicó Simone Sperduto, llegó a conseguir la patente de ambas ideas, que tenían numerosas similitudes, aunque de la primera “solo conocemos algunos bocetos”, hasta donde se conoce, por la falta de medios económicos.

Así, la existencia del modelo físico de la enciclopedia da cuenta de lo revolucionario de estos aparatos, en los que “los alumnos tenían la asignatura ya preparada para ser disfrutada a través de este dispositivo”, detalló el autor. A diferencia del libro mecánico, en el invento que hoy alberga la ciudad herculina, “parece que también era posible escuchar la lección como si fuese un moderno audiolibro”, y por medio de tres pantallas, “permitía la lectura a alumnos que, por ejemplo, tenían problemas de visión”, al poder aumentar el tamaño de los caracteres del texto.


No solo se beneficiaban del artilugio los estudiantes con discapacidad y dificultades de visión, sino que las ventajas se extendían a todos. Con la obra de Ángela Ruiz Robles, los pequeños evitaban cargar los libros, ya que solo debían cambiar una bobina cuando rotaban de asignatura. Asimismo, la enciclopedia posibilitaba interactuar entre los propios alumnos y con la maestra, puesto que “en la parte trasera del dispositivo había un teclado alfanumérico”, indicó Sperduto. Por lo tanto, el invento no solo ayudaba en la parte teórica de la enseñanza, sino también en la práctica, con la opción de realizar ejercicios variados, desde matemáticos hasta de letras.


“Siempre he pensado que merecía ser más conocida”, valoró el artífice del libro sobre Ángela Ruiz Robles, aunque admitió desconocer esta figura antes de empezar su investigación. La memoria de esta inventora continúa en proceso de consolidación, cada día un paso más cerca gracias a iniciativas como la que puso su nombre a una calle madrileña en 2018.


Proceso 

“Lamentablemente, a nivel bibliográfico no hay mucho”, concretó Sperduto, que terminó recogiendo buena parte de la información de una publicación del Ministerio de Educación de España. Esta escaseza supuso todo un reto al principio, antes de encontrar esa y otras fuentes de documentación.


Es el caso de la que utilizó el periodista del fondo digital del grupo social ONCE, sobre la inclusividad de la enseñanza a través de dispositivos digitales, aunque registraba poca información sobre el invento. Uno de los archivos más trascendentes, con el que se originó este trabajo, fue una entrevista realizada a la propia protagonista en RTVE, accesible a través de la web.