En un acto que representa más que un simple traslado forzoso, el vuelo que llegó a Brasil de Estados Unidos, refleja el trato denigrante hecho por el gobierno de Trump hacia los migrantes
Este viernes partió un vuelo de Estados Unidos a Brasil, con un total de ochenta y ocho deportados brasileños, entre ellos, los hombres viajaron esposados y con grilletes, vigilados por los agentes de inmigración estadounidenses. A bordo, el descontento incrementó por los reiterados fallos como el del aire acondicionado y estalló cuando el avión se quedó atascado en la pista de una ciudad de la calurosa selva amazónica.
De acuerdo con las entrevistas con seis de los deportados, el vuelo fue un maltrato sin precedentes, desde el no proporcionarles agua, empujones, gritos, llantos de niños, pasajeros con desmayos y agentes bloqueando las salidas. Ante los problemas, los pasajeros no tuvieron otra opción que tirar de las palancas para desbloquear dos salidas de emergencia, y los hombres encadenados salieron por el ala del avión, gritando por ayuda.
De inmediato, la policía federal brasileña llegó al lugar y el presidente Luiz Inácio Lula da Silva ordenó a un avión de la Fuerza Aérea Brasileña que recogiera a las personas deportadas, las cuales fueron liberadas tras un enfrentamiento de la policía con los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos. El gobierno brasileño ha criticado públicamente el trato del gobierno de Trump a los deportados, tildándolo de “inaceptable” y “degradante”.
Este incidente se suma a la polémica diplomática sobre los vuelos de deportación que están sufriendo los migrantes en Estados Unidos, que empezó en Colombia y que marcó un primer fin de semana turbulento para la política de línea dura del presidente Trump de deportar a millones de migrantes indocumentados. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, se pronunció sobre las quejas sobre el vuelo brasileño cuando anunció el domingo que su gobierno había rechazado dos vuelos de deportación, que desencadenó un duelo de amenazas de aranceles y que acabó con Petro aceptando las deportaciones.