Después de que Trump fuera elegido, los funcionarios israelíes hicieron saber su intención de anexionarse Cisjordania. Los estadounidenses tienen que entender lo que esto significaría para los socios clave de Estados Unidos, como Jordania, así como para los intereses estadounidenses en Oriente Medio. Si Israel se anexiona Cisjordania, ello sería una amenaza existencial para Jordania. Asimismo, haría descarrilar la posición de Estados Unidos en Medio Oriente y evitaría que la Administración Trump logre los objetivos que se ha propuesto en la región.
Las personas que Trump ha elegido para sus nombramientos políticos parecen indicar que apoyaría la anexión de Cisjordania por parte de Israel
Para que Trump consiga llevar a cabo sus promesas de campaña, tiene que controlar a los israelíes y decirles que la anexión de Cisjordania es una línea roja para Estados Unidos y para nuestros intereses porque si se produjera ello arrastraría a Estados Unidos y llevaría a la región a un caos aún mayor. Cuando Trump fue elegido, el ministro de Finanzas israelí Smotrich le dijo a su equipo que se prepararan para la anexión y que esperaba trabajar con la Administración Trump en esto. La novedad es que tenemos a políticos estadounidenses que están empezando a apuntar en este mismo sentido. El senador [republicano] Tom Cotton ha presentado una ley para que el gobierno de Estados Unidos deje de usar la palabra Cisjordania y utilice en su lugar Judea y Samaria, los nombres bíblicos que utiliza el gobierno israelí. En un acto de campaña, el ex presidente Bill Clinton se refirió también a Cisjordania como Judea y Samaria, “ya que estaban allí en la época del rey David, en las tribus más al sur estaban Judea y Samaria”.
Las personas que Trump ha elegido para sus nombramientos políticos parecen indicar que apoyaría la anexión de Cisjordania por parte de Israel, como su elección de Mike Huckabee como embajador de Estados Unidos en Israel, que ha afirmado que “no hay ninguna Cisjordania: son Judea y Samaria, no hay ningún asentamiento; se trata de comunidades, de barrios y ciudades, no hay ninguna ocupación”. Todo esto significa una luz verde para los extremistas israelíes que quieren anexionarse Cisjordania y expulsar a los 3 millones de palestinos que viven actualmente allí, a Jordania o a otro lugar.
En mi reciente viaje a Jordania, lo que escuché con mayor frecuencia fue esta preocupación de que Israel estaba a punto de anexionarse Cisjordania. Lo que escuché en particular fue que Israel no solo está trabajando para evitar la creación de un estado palestino, sino que puede haber cambiado sus puntos de vista sobre Jordania en el sentido de que nuevamente está viendo a Jordania como una patria alternativa para los palestinos. Este era un problema que se suponía que ya se había resuelto con el Tratado de Paz de 1994.
Para mí la principal conclusión a este respecto es que sabemos que Trump hizo campaña con la idea de que sería capaz de restaurar el orden en esta parte del mundo. También hizo campaña con la idea de que sería capaz de lograr lo que Biden no pudo. y hacer que los saudíes normalicen las relaciones con Israel. Nada de esto será posible si Israel se anexiona Cisjordania en el contexto actual, en el que Siria está al borde de una inestabilidad extrema con la caída de Assad, la región se está volviendo cada vez más caótica. Por tal motivo, la idea de que el gobierno de Estados Unidos apoye la desestabilización del Reino de Jordania es francamente algo descabellado. El rey jordano, Abdullah II bin al Hussein, ha declarado que “[la anexión de Cisjordania] es una línea roja, porque creo que ese es el plan de algunos de los sospechosos habituales para tratar de crear problemas de facto sobre el terreno. No habrá refugiados en Jordania”.
Aproximadamente la mitad de la población de Jordania es de ascendencia palestina, lo que explica en parte por qué la cuestión de Palestina sigue siendo tan importante para Jordania
En este contexto, habría dos resultados: si se diera una situación en la que hasta 3 millones de palestinos huyeran de Cisjordania hacia Jordania, el Rey de Jordania tendría dos opciones: o responder a las demandas de su ciudadanía y hacer algo que significara derogar el Tratado de Paz de 1994 firmado con Israel, lo que significaría atacar a Israel e iniciar una guerra; o se resistirse a esos llamamientos, lo que es más probable, pero entonces tendría que enfrentarse a la posibilidad de ser derrocado. Además, podría haber milicias u otros grupos operando en Jordania que intentarían llevar a cabo algún tipo de represalia contra el estado de Israel, en términos parecidos a lo que precipitó la guerra israelí contra Hezbolá. Israel respondería con una fuerza descomunal contra Jordania y conduciría a otro frente en esta guerra.
Aproximadamente la mitad de la población de Jordania es de ascendencia palestina, lo que explica en parte por qué la cuestión de Palestina sigue siendo tan importante para Jordania. Jordania ha tenido que absorber oleadas posteriores de refugiados, a menudo como resultado de las acciones militares estadounidenses en la región: la invasión estadounidense de Irak en 2003 provocó una oleada de refugiados iraquíes; buena parte de los millones de refugiados sirios que huyeron de la violencia del régimen de Assad, muchos llegaron a Jordania y más de un millón de refugiados sirios permanecen en Jordania.
Aproximadamente la mitad de la población de Jordania es de ascendencia palestina, lo que explica en parte por qué la cuestión de Palestina sigue siendo tan importante para Jordania
En este contexto, habría dos resultados: si se diera una situación en la que hasta 3 millones de palestinos huyeran de Cisjordania hacia Jordania, el Rey de Jordania tendría dos opciones: o responder a las demandas de su ciudadanía y hacer algo que significara derogar el Tratado de Paz de 1994 firmado con Israel, lo que significaría atacar a Israel e iniciar una guerra; o se resistirse a esos llamamientos, lo que es más probable, pero entonces tendría que enfrentarse a la posibilidad de ser derrocado. Además, podría haber milicias u otros grupos operando en Jordania que intentarían llevar a cabo algún tipo de represalia contra el estado de Israel, en términos parecidos a lo que precipitó la guerra israelí contra Hezbolá. Israel respondería con una fuerza descomunal contra Jordania y conduciría a otro frente en esta guerra.
Aproximadamente la mitad de la población de Jordania es de ascendencia palestina, lo que explica en parte por qué la cuestión de Palestina sigue siendo tan importante para Jordania. Jordania ha tenido que absorber oleadas posteriores de refugiados, a menudo como resultado de las acciones militares estadounidenses en la región: la invasión estadounidense de Irak en 2003 provocó una oleada de refugiados iraquíes; buena parte de los millones de refugiados sirios que huyeron de la violencia del régimen de Assad, muchos llegaron a Jordania y más de un millón de refugiados sirios permanecen en Jordania.
Los jordanos dicen que sienten que ya no tienen un socio al otro lado de la frontera
Jordania no tiene ni los recursos económicos ni los recursos hídricos que necesita solo para proveer a su propia población, por no hablar de estos refugiados adicionales. Los jordanos están bastante preocupados ante la posibilidad de que la administración Trump no sea capaz de entender hasta qué punto la posición de seguridad de Estados Unidos en la región depende de la estabilidad de Jordania. Temen que la Administración Trump esté dispuesta a sacrificar Jordania para servir a Israel. Los jordanos dicen que sienten que ya no tienen un socio al otro lado de la frontera, en Israel, con el que solían tener una paz fría donde podían tener algún grado de cooperación. Ahora, con todo lo que Israel ha hecho a los palestinos después del 7 de octubre, hay jordanos que ya no están dispuestos a quedarse sentados y acatar ese Tratado de Paz. Hemos visto actos de violencia, hemos visto a jordanos ir a la frontera y abrir fuego contra los soldados israelíes. Hemos visto un ataque a la Embajada de Israel en Amán. Jordania es uno de los últimos bastiones de estabilidad en esta parte de Oriente Medio. Si Jordania cae en el caos esto sería una clave para el desastre y la guerra en la región, lo que muy probablemente arrastraría a Estados Unidos. La administración Trump no se está tomando esto lo suficientemente en serio. Tiene que controlar a los israelíes y decirles que la anexión de Cisjordania es una línea roja para Estados Unidos.