La izquierda y la centroizquierda gobernarán a más del 75 por ciento de la población chilena. Las cifras golpean a las candidaturas presidenciales de las derechas
La declarada estrategia de las derechas de Chile de transformar el balotaje de la elección de once Gobernadores regionales en un plebiscito sobre la gestión del gobierno de Gabriel Boric terminó en un notorio fracaso. Finalizado el ciclo electoral, las fuerzas progresistas consiguieron 10 de los 16 gobiernos regionales, con triunfos inapelables en la región metropolitana de Santiago, el puerto de Valparaíso y en el bastión derechista de La Araucanía. El mapa es contundente: la alianza oficialista gobernará 15 millones de habitantes, muy por encima de los cinco millones que gobernará la derecha tradicional. La ultraderecha del partido Republicano no consiguió ninguna victoria y sufrió la más dura derrota.
En Santiago —la capital chilena— fue reelegido el ex militante de la Democracia Cristiana, Claudio Orrego, con el 55,03% de los votos, muy por encima de su contendor de las derechas unidas, Francisco Orrego, que acumuló el 44,97% de los sufragios. Claudio Orrego se impuso en 43 de las 52 comunas de la Región Metropolitana.
“Dijimos al comienzo de la campaña que esto no era un plebiscito nacional, que era una campaña sobre la región, sobre Santiago, sobre el tipo de liderazgo que requería esta región, y esa batalla la ganamos”, dijo Claudio Orrego, quien se presentó como candidato independiente con el apoyo de todas las fuerzas progresistas. Consiguió sacar una amplia ventaja a Francisco Orrego, un candidato que emergió desde un programa de TV transmitido por redes sociales, caracterizado por sus fuertes contenidos de violencia verbal y mensajes de odio.
La ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo, dijo este lunes que “el candidato de Evelyn Matthei, el comando de Evelyn Matthei, y la oposición en general, instalaron en varias oportunidades que esto se iba a traducir en un plebiscito contra el Gobierno y, evidentemente, eso no sucedió y fracasaron en esa idea”.
La derrota de la derecha en Santiago salpicó a la declarada candidata presidencial Evelyn Matthei, quien lideró la campaña de Francisco Orrego. Para mitigar los efectos del revés electoral la ex alcaldesa y ex senadora catalogó como “una hazaña” los resultados obtenidos por su candidato. “La vez pasada teníamos un gobernador, ahora tenemos seis (…) Yo lo encuentro una maravilla”, expresó.
Matthei también recibió daños colaterales en Valparaíso, donde el actual gobernador, Rodrigo Mundaca, consiguió el 62,5% de los votos y se impuso sobre la ex diputada de la conservadora Unión Demócrata Independiente (UDI), María José Hoffmann, secretaria general de su partido, quien consiguió un 37,5% de los sufragios. Mundaca —independiente vinculado al izquierdista Frente Amplio— ganó en todas las comunas de Valparaíso, que Matthei recorrió como cabeza de la campaña derechista. “Aquí pierde la UDI y pierde su candidata presidencial”, dijo el también ex dirigente social.
En la región de La Araucanía, un clásico bastión de la derecha, ganó el ex alcalde y ex diputado René Saffirio, con el 51,7% de los votos y venció a Luciano Rivas, de la derecha tradicional y que era el único gobernador de ese sector hasta ahora. Saffirio —que renunció a su militancia en la Democracia Cristiana hace seis años— consiguió desplazar a Rivas de su cargo en una campaña marcada por las acusaciones de corrupción contra la autoridad regional.
Con los resultados en la mano, el presidente Boric dijo que “ganó la unidad, ganaron los acuerdos, ganó el diálogo como forma de hacer avanzar las regiones”
Otro declarado candidato presidencial, el ultraderechista José Antonio Kast, también salió golpeado por los resultados electorales. Su partido, el Republicano, que competía en el balotaje en dos regiones en el sur —O´Higgins y Los Lagos— fue derrotado. La ultraderecha no gobernará ninguna región chilena y el revés se transformó en un frenazo en seco al avance electoral que tuvo durante el proceso constitucional, cuando consiguió hegemonizar la convención que redactó un segundo proyecto de carta magna y que fue rechazado en el plebiscito de diciembre de 2023.
Con los resultados en la mano, el presidente Boric dijo que “ganó la unidad, ganaron los acuerdos, ganó el diálogo como forma de hacer avanzar las regiones. Y perdió la política de la agresividad, de la polarización y de los discursos de odio”. Desde el palacio presidencial de La Moneda, el gobernante puntualizó que el resultado que emanó de las urnas “es un impulso que da esperanza porque el trabajo conjunto y en unidad de las fuerzas progresistas nos muestra que hay una capacidad probada de que cuando actuamos juntos es posible crear proyectos más grandes para nuestro país y que le hagan sentido a la gente”.
Las cifras electorales confirmaron que el escenario de las competencias presidenciales y parlamentarias del próximo año “está abierto”. Las fuerzas progresistas expresadas en la alianza que en esta elección abarcó a la Democracia Cristiana —que no forma parte del gobierno— los partidos socialdemócratas, el Partido Comunista y el Frente Amplio, pese a no tener una candidatura perfilada, mantiene la posibilidad de mantenerse en el poder y dar continuidad a las transformaciones.
Los más de dos millones de votos que obtuvo en Santiago el reelecto Gobernador Claudio Orrego, lo han puesto en una eventual carrera presidencial. Pero el abogado se resiste: “Este domingo fui elegido gobernador por cuatro años y a eso me voy a dedicar en los próximos años”, dando por cerrado el debate.