Saltar ao contido principal

As Fragas do Eume, otro bosque autóctono gallego amenazado por la invasión de eucaliptos

 


 

As Fragas do Eume son uno de los escasos bosques atlánticos ribereños más emblemáticos de Europa, con ecosistemas únicos y un ancestral patrimonio histórico formado por dos imponentes monasterios medievales. Se extienden sobre una superficie de 9.100 hectáreas, el equivalente a la de la ciudad de Barcelona, sobre la que viven menos de medio millar de afortunados habitantes repartidos entre pequeñas poblaciones de los municipios coruñeses de Cabañas, A Capela, Monfero y As Pontes de García Rodríguez.

As Fragas constituyen una verdadera joya natural, y para algunos son el ejemplo de lo que eran y deberían seguir siendo los bosque típicos de Galicia. Buena parte de su riqueza y biodiversidad se debe a que conservan aún grandes poblaciones especies caducifolias autóctonas, como castaños, robles, abedules, alisos, fresnos y chopos, que orillan el inicio de la desembocadura del río Eume entre abruptas gargantas y valles escondidos, dibujando paisajes naturales idílicos y casi v vírgenes a los que dotan de un sonoro colorido que varía con las estaciones del año.

El bosque, sin embargo, padece desde hace años una invasión de eucaliptos que se ha acelerado, paradójicamente, desde que fue declarado por la Xunta Parque Natural en 1997. Se suponía que esa figura debía servir para protegerlo y mimarlo, pero ha ocurrido justo lo contrario. Según un estudio de la Misión Biolóxica de Galicia del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), As Fragas do Eume han perdido desde entonces el 17,6% de su superficie arbórea autóctona, mientras que la ocupada por eucaliptos ha aumentado más del 48% en el mismo período.

Desidia de la Xunta e intereses económicos

"Nuestros resultados sugieren que la falta de políticas de conservación efectivas y el interés económico de las plantaciones de árboles de crecimiento rápido podrían explicar la pérdida de bosques caducifolios autóctonos", asegura el estudio, firmado por las investigadoras de la Universidade de A Coruña Paula Díaz García Adrián Regos. Lo han publicado en la revista suíza Land —tierra— y de él se hizo eco hace poco el portal divulgativo GCiencia. "Los resultados destacan la necesidad de implementar medidas de gestión proactivas y sostenibles para proteger estos ecosistemas forestales naturales", añaden


Un ciclista por una de las vías del Parque Natural das Fragas do Eume. — XuntaUn ciclista por una de las vías del Parque Natural das Fragas do Eume. — Xunta

El eucalipto, originario de Australia, empezó a invadir Galicia a partir de la segunda mitad del siglo XIX, después de que el misionero y fraile benedictino Rosendo Salvado trajera las primeras semillas y las plantara en varios jardines de su localidad natal, Tui, en Pontevedra, como ornamento exótico de jardines. Desde entonces han infestado los montes de toda la Península, con Galicia como la zona más dañada con mas de un tercio de su superficie arbolada poblada por ese desierto verde monocromático.Los eucaliptos son de por sí una especie dominante, gracias a su altura —pueden alcanzar los 60 metros e incluso más— y a sus enormes raíces, que les dotan de una enorme eficacia a la hora de hacerse con la luz, el agua y los nutrientes por las que compiten en situación de ventaja con el resto del bosque. En Galicia cuentan además con dos poderosos aliados: las fábricas de pasta de celulosa, que aprovechan su rápido crecimiento y los bajos precios de su madera para impulsar plantaciones en todo el país; y la Administración autonómica, que lejos de poner coto a su extensión la ha alentado con su desidia, tal y como se deduce de la investigación del CSIC.


As Fragas do Eume son uno de los escasos bosques atlánticos ribereños más emblemáticos de Europa, con ecosistemas únicos y un ancestral patrimonio histórico formado por dos imponentes monasterios medievales. Se extienden sobre una superficie de 9.100 hectáreas, el equivalente a la de la ciudad de Barcelona, sobre la que viven menos de medio millar de afortunados habitantes repartidos entre pequeñas poblaciones de los municipios coruñeses de Cabañas, A Capela, Monfero y As Pontes de García Rodríguez.

Publicidad


As Fragas constituyen una verdadera joya natural, y para algunos son el ejemplo de lo que eran y deberían seguir siendo los bosque típicos de Galicia. Buena parte de su riqueza y biodiversidad se debe a que conservan aún grandes poblaciones especies caducifolias autóctonas, como castaños, robles, abedules, alisos, fresnos y chopos, que orillan el inicio de la desembocadura del río Eume entre abruptas gargantas y valles escondidos, dibujando paisajes naturales idílicos y casi v vírgenes a los que dotan de un sonoro colorido que varía con las estaciones del año.




Un estudio del CSIC alerta de que la desidia de la Xunta y la presión de la industria papelera están provocando la desaparición de especies nativas de uno de los bosques atlánticos más emblemáticos de Europa.





El bosque, sin embargo, padece desde hace años una invasión de eucaliptos que se ha acelerado, paradójicamente, desde que fue declarado por la Xunta Parque Natural en 1997. Se suponía que esa figura debía servir para protegerlo y mimarlo, pero ha ocurrido justo lo contrario. Según un estudio de la Misión Biolóxica de Galicia del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), As Fragas do Eume han perdido desde entonces el 17,6% de su superficie arbórea autóctona, mientras que la ocupada por eucaliptos ha aumentado más del 48% en el mismo período.

Desidia de la Xunta e intereses económicos

"Nuestros resultados sugieren que la falta de políticas de conservación efectivas y el interés económico de las plantaciones de árboles de crecimiento rápido podrían explicar la pérdida de bosques caducifolios autóctonos", asegura el estudio, firmado por las investigadoras de la Universidade de A Coruña Paula Díaz García Adrián Regos. Lo han publicado en la revista suíza Land —tierra— y de él se hizo eco hace poco el portal divulgativo GCiencia. "Los resultados destacan la necesidad de implementar medidas de gestión proactivas y sostenibles para proteger estos ecosistemas forestales naturales", añaden.

Publicidad


Un ciclista por una de las vías del Parque Natural das Fragas do Eume. — XuntaUn ciclista por una de las vías del Parque Natural das Fragas do Eume. — Xunta

El eucalipto, originario de Australia, empezó a invadir Galicia a partir de la segunda mitad del siglo XIX, después de que el misionero y fraile benedictino Rosendo Salvado trajera las primeras semillas y las plantara en varios jardines de su localidad natal, Tui, en Pontevedra, como ornamento exótico de jardines. Desde entonces han infestado los montes de toda la Península, con Galicia como la zona más dañada con mas de un tercio de su superficie arbolada poblada por ese desierto verde monocromático.

Los eucaliptos son de por sí una especie dominante, gracias a su altura —pueden alcanzar los 60 metros e incluso más— y a sus enormes raíces, que les dotan de una enorme eficacia a la hora de hacerse con la luz, el agua y los nutrientes por las que compiten en situación de ventaja con el resto del bosque. En Galicia cuentan además con dos poderosos aliados: las fábricas de pasta de celulosa, que aprovechan su rápido crecimiento y los bajos precios de su madera para impulsar plantaciones en todo el país; y la Administración autonómica, que lejos de poner coto a su extensión la ha alentado con su desidia, tal y como se deduce de la investigación del CSIC.

Publicidad


El doble de eucaliptos de lo previsto hace tres décadas

En los años 60, cuando se inauguró la factoría de pasta de celulosa de Ence en Pontevedra, Galicia contaba con menos de 90.000 hectáreas de superficie de eucaliptos. En 1992, cinco años antes de declarar Parque Natural a As Fragas do Eume, la Xunta de Manuel Fraga redactó un plan forestal que establecía que en 2032 no debía haber en la comunidad más de 200.000 hectáreas de eucaliptales. Desde hace años ya superan con creces las 400.000, y aunque la Xunta renovó ese plan hace tres, en tiempos de de Alberto Núñez Feijóo, estableciendo una supuesta moratoria, la invasión continúa.

Dos mujeres caminan junto al río por uno de los senderos de As Fragas do Eume. — Juan OliverDos mujeres caminan junto al río por uno de los senderos de As Fragas do Eume. — Juan Oliver

Además, la Xunta, gobernada hoy por Alfonso Rueda, se ha mostrado abiertamente favor del proyecto de la papelera portuguesa Altri para instalar otro gran complejo pastero en Palas de Rei, en Lugo, a unos 60 kilómetros en línea recta al sureste de As Fragas do Eume. Al margen de los previsibles daños económicos, sociales y sobre todo medioambientales, por la toxicidad de sus vertidos y emisiones de gases, los ecologistas alertan de que el negocio de esa factoría renovará la demanda de eucaliptos y, por tanto, fomentará su plantación descontrolada.



As Fragas do Eume son uno de los escasos bosques atlánticos ribereños más emblemáticos de Europa, con ecosistemas únicos y un ancestral patrimonio histórico formado por dos imponentes monasterios medievales. Se extienden sobre una superficie de 9.100 hectáreas, el equivalente a la de la ciudad de Barcelona, sobre la que viven menos de medio millar de afortunados habitantes repartidos entre pequeñas poblaciones de los municipios coruñeses de Cabañas, A Capela, Monfero y As Pontes de García Rodríguez.

Publicidad


As Fragas constituyen una verdadera joya natural, y para algunos son el ejemplo de lo que eran y deberían seguir siendo los bosque típicos de Galicia. Buena parte de su riqueza y biodiversidad se debe a que conservan aún grandes poblaciones especies caducifolias autóctonas, como castaños, robles, abedules, alisos, fresnos y chopos, que orillan el inicio de la desembocadura del río Eume entre abruptas gargantas y valles escondidos, dibujando paisajes naturales idílicos y casi v vírgenes a los que dotan de un sonoro colorido que varía con las estaciones del año.

As Fragas do Eume son uno de los escasos bosques atlánticos ribereños más emblemáticos de Europa, con ecosistemas únicos y un ancestral patrimonio histórico formado por dos imponentes monasterios medievales. Se extienden sobre una superficie de 9.100 hectáreas, el equivalente a la de la ciudad de Barcelona, sobre la que viven menos de medio millar de afortunados habitantes repartidos entre pequeñas poblaciones de los municipios coruñeses de Cabañas, A Capela, Monfero y As Pontes de García Rodríguez.

Publicidad

As Fragas constituyen una verdadera joya natural, y para algunos son el ejemplo de lo que eran y deberían seguir siendo los bosque típicos de Galicia. Buena parte de su riqueza y biodiversidad se debe a que conservan aún grandes poblaciones especies caducifolias autóctonas, como castaños, robles, abedules, alisos, fresnos y chopos, que orillan el inicio de la desembocadura del río Eume entre abruptas gargantas y valles escondidos, dibujando paisajes naturales idílicos y casi v vírgenes a los que dotan de un sonoro colorido que varía con las estaciones del año.

El bosque, sin embargo, padece desde hace años una invasión de eucaliptos que se ha acelerado, paradójicamente, desde que fue declarado por la Xunta Parque Natural en 1997. Se suponía que esa figura debía servir para protegerlo y mimarlo, pero ha ocurrido justo lo contrario. Según un estudio de la Misión Biolóxica de Galicia del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), As Fragas do Eume han perdido desde entonces el 17,6% de su superficie arbórea autóctona, mientras que la ocupada por eucaliptos ha aumentado más del 48% en el mismo período.

Desidia de la Xunta e intereses económicos

"Nuestros resultados sugieren que la falta de políticas de conservación efectivas y el interés económico de las plantaciones de árboles de crecimiento rápido podrían explicar la pérdida de bosques caducifolios autóctonos", asegura el estudio, firmado por las investigadoras de la Universidade de A Coruña Paula Díaz García Adrián Regos. Lo han publicado en la revista suíza Land —tierra— y de él se hizo eco hace poco el portal divulgativo GCiencia. "Los resultados destacan la necesidad de implementar medidas de gestión proactivas y sostenibles para proteger estos ecosistemas forestales naturales", añaden.

Publicidad

Un ciclista por una de las vías del Parque Natural das Fragas do Eume. — XuntaUn ciclista por una de las vías del Parque Natural das Fragas do Eume. — Xunta

El eucalipto, originario de Australia, empezó a invadir Galicia a partir de la segunda mitad del siglo XIX, después de que el misionero y fraile benedictino Rosendo Salvado trajera las primeras semillas y las plantara en varios jardines de su localidad natal, Tui, en Pontevedra, como ornamento exótico de jardines. Desde entonces han infestado los montes de toda la Península, con Galicia como la zona más dañada con mas de un tercio de su superficie arbolada poblada por ese desierto verde monocromático.

Los eucaliptos son de por sí una especie dominante, gracias a su altura —pueden alcanzar los 60 metros e incluso más— y a sus enormes raíces, que les dotan de una enorme eficacia a la hora de hacerse con la luz, el agua y los nutrientes por las que compiten en situación de ventaja con el resto del bosque. En Galicia cuentan además con dos poderosos aliados: las fábricas de pasta de celulosa, que aprovechan su rápido crecimiento y los bajos precios de su madera para impulsar plantaciones en todo el país; y la Administración autonómica, que lejos de poner coto a su extensión la ha alentado con su desidia, tal y como se deduce de la investigación del CSIC.

Publicidad

El doble de eucaliptos de lo previsto hace tres décadas

En los años 60, cuando se inauguró la factoría de pasta de celulosa de Ence en Pontevedra, Galicia contaba con menos de 90.000 hectáreas de superficie de eucaliptos. En 1992, cinco años antes de declarar Parque Natural a As Fragas do Eume, la Xunta de Manuel Fraga redactó un plan forestal que establecía que en 2032 no debía haber en la comunidad más de 200.000 hectáreas de eucaliptales. Desde hace años ya superan con creces las 400.000, y aunque la Xunta renovó ese plan hace tres, en tiempos de de Alberto Núñez Feijóo, estableciendo una supuesta moratoria, la invasión continúa.

Dos mujeres caminan junto al río por uno de los senderos de As Fragas do Eume. — Juan OliverDos mujeres caminan junto al río por uno de los senderos de As Fragas do Eume. — Juan Oliver

Además, la Xunta, gobernada hoy por Alfonso Rueda, se ha mostrado abiertamente favor del proyecto de la papelera portuguesa Altri para instalar otro gran complejo pastero en Palas de Rei, en Lugo, a unos 60 kilómetros en línea recta al sureste de As Fragas do Eume. Al margen de los previsibles daños económicos, sociales y sobre todo medioambientales, por la toxicidad de sus vertidos y emisiones de gases, los ecologistas alertan de que el negocio de esa factoría renovará la demanda de eucaliptos y, por tanto, fomentará su plantación descontrolada.

Publicidad

En As Fragas, como sucede en el resto de Galicia, la invasión tampoco ha dejado de aumentar y de provocar la desaparición del bosque autóctono, mientras que el terreno de eucaliptales seguía creciendo. Según el informe, que recoge también datos del mapa forestal español, en apenas 13 años se perdieron 650 hectáreas de especies caducifolias nativas, al pasar de las 3.608 hectáreas de en 1998 a 2.961 en 2011. El incendio que asoló buena parte del Parque Natural en 2012 devoró otras 350 hectáreas de esos árboles, aunque los investigadores aseguran que esas zonas ya han sido recuperadas.

Pérdida de masa arbórea autóctona

Esa acelerada pérdida de masa arbórea autóctona de los últimos 25 años años ha afectado a toda la biodiversidad del parque, que cuenta con una nutrida fauna, especialmente anfibios y aves pero también grandes mamíferos como jabalíes, corzos y lobos. El estudio atribuye  el problema "tanto a la falta de gestión territorial de las áreas protegidas como a la reducida inversión en acciones de conservación".

Puente sobre el río en As Fragas do Eume. — Xunta

"Parece que no hubo acciones políticas o legales con respecto a las plantaciones de eucaliptos", subrayan los investigadores, que alertan de que "la presión económica para el cultivo de especies de rápido crecimiento están impulsando la transformación del paisaje" de As Fragas, quizá de manera irreversible.

En marzo del año pasado, la Xunta de Rueda aprobó el plan de uso y gestión del bosque, con una vigencia de diez años y un presupuesto de 8,5 millones de euros. Entre sus objetivos figuran la protección y conservación de la biodiversidad, el paisaje y el patrimonio cultural; el fomento y promoción de la investigación, seguimiento y evaluación del territorio; la gestión del uso público para que los visitantes conozcan y disfruten de sus valores; y la mejora y mantenimiento de las infraestructuras e, instalaciones actuales. También pretende el "relevo de masas de eucalipto por frondosas", aunque el documento no detalla cómo ni cuándo se hará.


El bosque, sin embargo, padece desde hace años una invasión de eucaliptos que se ha acelerado paradójicamente, desde que fue declarado por la Xunta Parque Natural en 1997. Se suponía que esa figura debía servir para protegerlo y mimarlo, pero ha ocurrido justo lo contrario. Según un estudio de la Misión Biolóxica de Galicia del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), As Fragas do Eume han perdido desde entonces el 17,6% de su superficie arbórea autóctona, mientras que la ocupada por eucaliptos ha aumentado más del 48% en el mismo período.

Puente sobre el río en As Fragas do Eume. — XuntaPuente sobre el río en As Fragas do Eume. — Xunta

"Parece que no hubo acciones políticas o legales con respecto a las plantaciones de eucaliptos", subrayan los investigadores, que alertan de que "la presión económica para el cultivo de especies de rápido crecimiento están impulsando la transformación del paisaje" de As Fragas, quizá de manera irreversible.

En marzo del año pasado, la Xunta de Rueda aprobó el plan de uso y gestión del bosque, con una vigencia de diez años y un presupuesto de 8,5 millones de euros. Entre sus objetivos figuran la protección y conservación de la biodiversidad, el paisaje y el patrimonio cultural; el fomento y promoción de la investigación, seguimiento y evaluación del territorio; la gestión del uso público para que los visitantes conozcan y disfruten de sus valores; y la mejora y mantenimiento de las infraestructuras e, instalaciones actuales. También pretende el "relevo de masas de eucalipto por frondosas", aunque el documento no detalla cómo ni cuándo se hará.


El bosque, sin embargo, padece desde hace años una invasión de eucaliptos que se ha acelerado paradójicamente, desde que fue declarado por la Xunta Parque Natural en 1997. Se suponía que esa figura debía servir para protegerlo y mimarlo, pero ha ocurrido justo lo contrario. Según un estudio de la Misión Biolóxica de Galicia del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), As Fragas do Eume han perdido desde entonces el 17,6% de su superficie arbórea autóctona, mientras que la ocupada por eucaliptos ha aumentado más del 48% en el mismo período.

Desidia de la Xunta e intereses económicos

"Nuestros resultados sugieren que la falta de políticas de conservación efectivas y el interés económico de las plantaciones de árboles de crecimiento rápido podrían explicar la pérdida de bosques caducifolios autóctonos", asegura el estudio, firmado por las investigadoras de la Universidade de A Coruña Paula Díaz García Adrián Regos. Lo han publicado en la revista suíza Land —tierra— y de él se hizo eco hace poco el portal divulgativo GCiencia. "Los resultados destacan la necesidad de implementar medidas de gestión proactivas y sostenibles para proteger estos ecosistemas forestales naturales", añaden.

Publicidad


Un ciclista por una de las vías del Parque Natural das Fragas do Eume. — XuntaUn ciclista por una de las vías del Parque Natural das Fragas do Eume. — Xunta

El eucalipto, originario de Australia, empezó a invadir Galicia a partir de la segunda mitad del siglo XIX, después de que el misionero y fraile benedictino Rosendo Salvado trajera las primeras semillas y las plantara en varios jardines de su localidad natal, Tui, en Pontevedra, como ornamento exótico de jardines. Desde entonces han infestado los montes de toda la Península, con Galicia como la zona más dañada con mas de un tercio de su superficie arbolada poblada por ese desierto verde monocromático.

Los eucaliptos son de por sí una especie dominante, gracias a su altura —pueden alcanzar los 60 metros e incluso más— y a sus enormes raíces, que les dotan de una enorme eficacia a la hora de hacerse con la luz, el agua y los nutrientes por las que compiten en situación de ventaja con el resto del bosque. En Galicia cuentan además con dos poderosos aliados: las fábricas de pasta de celulosa, que aprovechan su rápido crecimiento y los bajos precios de su madera para impulsar plantaciones en todo el país; y la Administración autonómica, que lejos de poner coto a su extensión la ha alentado con su desidia, tal y como se deduce de la investigación del CSIC.

Publicidad


El doble de eucaliptos de lo previsto hace tres décadas

En los años 60, cuando se inauguró la factoría de pasta de celulosa de Ence en Pontevedra, Galicia contaba con menos de 90.000 hectáreas de superficie de eucaliptos. En 1992, cinco años antes de declarar Parque Natural a As Fragas do Eume, la Xunta de Manuel Fraga redactó un plan forestal que establecía que en 2032 no debía haber en la comunidad más de 200.000 hectáreas de eucaliptales. Desde hace años ya superan con creces las 400.000, y aunque la Xunta renovó ese plan hace tres, en tiempos de de Alberto Núñez Feijóo, estableciendo una supuesta moratoria, la invasión continúa.

Dos mujeres caminan junto al río por uno de los senderos de As Fragas do Eume. — Juan OliverDos mujeres caminan junto al río por uno de los senderos de As Fragas do Eume. — Juan Oliver

Además, la Xunta, gobernada hoy por Alfonso Rueda, se ha mostrado abiertamente favor del proyecto de la papelera portuguesa Altri para instalar otro gran complejo pastero en Palas de Rei, en Lugo, a unos 60 kilómetros en línea recta al sureste de As Fragas do Eume. Al margen de los previsibles daños económicos, sociales y sobre todo medioambientales, por la toxicidad de sus vertidos y emisiones de gases, los ecologistas alertan de que el negocio de esa factoría renovará la demanda de eucaliptos y, por tanto, fomentará su plantación descontrolada.

Publicidad


En As Fragas, como sucede en el resto de Galicia, la invasión tampoco ha dejado de aumentar y de provocar la desaparición del bosque autóctono, mientras que el terreno de eucaliptales seguía creciendo. Según el informe, que recoge también datos del mapa forestal español, en apenas 13 años se perdieron 650 hectáreas de especies caducifolias nativas, al pasar de las 3.608 hectáreas de en 1998 a 2.961 en 2011. El incendio que asoló buena parte del Parque Natural en 2012 devoró otras 350 hectáreas de esos árboles, aunque los investigadores aseguran que esas zonas ya han sido recuperadas.