Palestina. El criminal de lesa humanidad Netanyahu y su comparencia en la ONU: “El brazo de Israel llega a cualquier lugar de Oriente Medio”
El primer ministro israelí. conocido por sus crímenes de lesa humanidad, ha amenazado a Irán y ha prometido que continuará con sus ofensivas hasta lograr una “victoria total” contra el grupo palestino Hamas y el libanés Hezbollah
Antònia Crespí Ferrer
“No hay ningún lugar en Irán adonde el largo brazo de Israel no pueda llegar. Y lo mismo vale para Oriente Medio”, ha advertido el primer ministro Benjamín Netanyahu en la 79 sesión de la Asamblea General de la ONU, de la que se han ausentado en señal de protesta los representantes de muchos países cuando el israelí ha subido al estrado. “Si nos atacas, te vamos a atacar”, ha amenazado directamente a Teherán, al que ha acusado de estar detrás de los ataques tanto del grupo palestino Hamas como del libanés Hezbollah.
A pesar de que la sala se haya quedado medio vacía, Netanyahu ha contado con un grupo de seguidores que han aplaudido tras cada una de sus afirmaciones y han llenado el vacío que se había creado de la gran habitación. La delegación española sí ha permanecido en la sala durante la intervención del primer ministro israelí.
Netanyahu ha empezado diciendo que no tendría que haber ido a Nueva York este año porque su país “está en guerra, luchando por su vida”, pero ha agregado que decidió acudir para rebatir las mentiras y las acusaciones que estaban siendo vertidas contra él y su Gobierno.
Como ya ha hecho en otras citas anuales en la sede de Naciones Unidas, ha mostrado dos mapas: uno en el que se podía leer “la bendición” y otro con el título “la maldición”. “¿Qué mapa de estos dos va a moldear nuestro futuro?”, ha preguntado, explicando que Israel lleva tiempo trabajando en el escenario que plantea la bendición: alcanzar acuerdos con los países árabes del golfo Pérsico y convertirse así en “un puente entre Asia y Europa”. El otro escenario, de color negro, representa el llamado ‘Eje de la Resistencia’ encabezado por Irán, en el que se encuentran Siria, las milicias poriraníes de Irak, Hezbollah y los rebeldes hutíes del Yemen, entre otros.
El genocida ha defendido la ofensiva que ha lanzado esta semana el Ejército israelí contra Líbano, mientras la aviación ha seguido bombardeando “objetivos terroristas” del grupo chií Hezbollah en el sur y el este del país, donde han sido asesinadas unas 700 personas desde el lunes por los ataques de Israel. “Mientras Hezbollah opte por el camino de la guerra, Israel no tendrá otra alternativa e Israel tiene todo el derecho a eliminar esta amenaza”, ha insistido Netanyahu. “Nos enfrentamos a enemigos que buscan nuestra aniquilación y debemos defendernos ante estos asesinos salvajes”, ha esgrimido.
“No aceptaremos que otro grupo terrorista [Hezbollah] se coloque en nuestra frontera septentrional para que pueda realizar otro atentado”, ha afirmado el líder israelí, en referencia al ataque que Hamas lanzó el pasado 7 de octubre desde la Franja de Gaza contra el sur de Israel. Netanyahu ha recordado a las 250 personas secuestradas por Hamas hace casi un año, de las que un centenar siguen retenidas en Gaza. “No vamos a parar hasta cumplir nuestra misión: devolver a los rehenes a casa”, ha prometido.
Ha asegurado que la guerra de Gaza “puede terminar ahora”: “Todo lo que tiene que hacer Hamas es rendirse, entregar las armas y liberar a los rehenes”. También ha detallado que sus tropas han eliminado a 23 de los 24 batallones de Hamas, pero que no van a parar hasta la “victoria total” en la Franja.
Las palabras de Netanyahu en la ONU suman más confusión a los volantazos de Israel respecto a la propuesta de alto el fuego en Líbano planteada por Estados Unidos y Francia. En su discurso, no ha hecho ninguna referencia a esta proposición, ni a la posibilidad de un acuerdo para poner fin a la guerra en Gaza.
Cuando Washington hizo pública la propuesta el jueves, Netanyahu y su ministro de Exteriores, Israel Katz, se mostraron taxativos y aseguraron que seguirían adelante con la ofensiva contra Hezbollah, a pesar de los llamamientos internacionales a una desescalada. La Casa Blanca hizo notar su molestia por el desplante porque, como aseguró la secretaria de Comunicación, Karine Jean-Pierre, la propuesta de alto el fuego para Líbano había sido presentada en “coordinación con Israel”.
La madrugada de este viernes, la oficina del primer ministro israelí publicaba un comunicado en inglés asegurando que “Israel comparte el objetivo” que Washington persigue con la iniciativa de un alto el fuego de 21 días en Líbano. “Israel aprecia los esfuerzos de EEUU en este sentido, ya que su papel es indispensable para avanzar en la estabilidad y seguridad de la región”.
Pero el Gobierno de Netanyahu ha desoído las reiteradas peticiones de los estadounidenses para rebajar la violencia en Oriente Medio, mientras sigue recibiendo la ayuda militar y económica de Washington. El mismo día que Estados Unidos presentaba un plan de alto el fuego en Líbano, también firmaba un nuevo paquete de ayuda militar para Tel Aviv valorado en 8.700 millones de dólares.
Por último, Netanyahu no ha desaprovechado la oportunidad para atacar Naciones Unidas: “Esta organización se ha vuelto una vergüenza para todos; para los palestinos esta casa de la oscuridad es su cancha y se regodean en esta bilis antisemita”. El primer ministro ha acusado reiteradamente a la ONU de ser “antisemita”.
También ha atacado al fiscal de la Corte Penal Internacional, que el pasado mes de mayo solicitó emitir una orden de detención contra Netanyahu y su ministro de Defensa, Yoav Gallant, por crímenes de guerra y contra la humanidad. “Son nuestros enemigos los que utilizan a los civiles como escudos humanos”, se ha defendido Netanyahu, según el cual el Ejército israelí en Gaza trabaja para evitar la muerte de civiles. Además, ha rechazado las acusaciones de matar de hambre a los gazatíes impidiendo el acceso de ayuda humanitaria y suministros básicos a la Franja.
Radiografía y mapas de los ataques de Israel en Líbano: “Llevamos años esperando esta oportunidad”
- Los ataques israelíes multiplicaron por cinco los lanzados por Hezbollah entre el 7 de octubre y el inicio de la actual ofensiva contra el grupo chií libanés.
Javier Biosca Azcoiti / Raúl Sánchez
Durante casi un año, Israel y Hezbollah se vieron envueltos en una intensa guerra de desgaste a la que el Gobierno israelí decidió poner fin lanzando bombardeos masivos y anunciando una posible nueva invasión terrestre en Líbano.Qué es Hezbollah y cuál es su influencia en Líbano
En esa guerra de desgaste y de acción-reacción, ambos habían evitado un conflicto a gran escala. El grupo chií Hezbollah comenzó disparando el 8 de octubre como respuesta a la ofensiva en Gaza (que en su primer día ya dejó centenares de palestinos muertos) e Israel ha esgrimido el argumento de la “defensa propia”. Un análisis de los datos realizado por elDiario.es confirma que, hasta la reciente escalada del conflicto, los ataques de Israel en Líbano multiplicaron por cinco los realizados por la milicia. De este modo, el 83% de incidentes transfronterizos estuvo protagonizado por Israel.
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Entre el 8 de octubre de 2023 —fecha en la que Hezbollah anunció el lanzamiento de cohetes “en solidaridad” con el pueblo palestino y como plan “para liberar el territorio libanés ocupado en las Granjas de Shebaa”— y el 16 de septiembre de 2024 —un día antes de las explosiones de los buscas y el inicio de la nueva fase de la ofensiva israelí en el frente norte—, se produjeron un total de 9.950 incidentes registrados por la organización Armed Conflict Location & Event Data (ACLED), una ONG internacional independiente que recopila datos sobre conflictos y protestas en todo el mundo. De ellos, 7.940 han estado protagonizados por las fuerzas armadas de Israel y 1.610, por Hezbollah.
Durante ese mismo periodo, los ataques de Hezbollah han matado a 26 personas, mientras que los de Israel han acabado con la vida de 711. La inmensa diferencia entre ambas cifras se ha ampliado aún más durante la última semana de bombardeos, que sólo en su primera jornada dejaron unos 500 muertos. Desde que Israel lanzó un ataque masivo a través de los buscapersonas de miembros de Hezbollah la semana pasada, las autoridades libanesas han contabilizado 1.540 fallecidos y 5.410 heridos en el país árabe.
La base de datos no recoge el ataque ocurrido en los Altos del Golán ocupados por Israel y en el que murieron 12 menores. Israel acusa a Hezbollah de haber cometido ese ataque, pero el grupo lo niega.
Entre los incidentes registrados no se incluyen aquellos en los que Israel interceptó los cohetes de Hezbollah algo que, según la base de datos, ocurrió 197 veces entre el 8 de octubre y el 16 de septiembre. Israel solo intercepta los cohetes si van a caer en zonas pobladas donde ponen en riesgo a la población.
Además, la base de datos no cuantifica cada cohete como un “evento”, sino que los eventos hacen referencia a incidentes ocurridos en un lugar y un momento determinados y pueden agrupar varios ataques con decenas de lanzamientos de cohetes o bombardeos.
“Desescalada a través de escalada”
“Necesitamos seguir atacando a Hezbollah. Hemos estado esperando esta oportunidad durante años”, ha señalado este jueves el jefe del Ejército israelí, Herzi Halevi. Netanyahu se ha pronunciado de manera similar, según ha aterrizado en Nueva York para su intervención en la Asamblea General de la ONU: “Israel seguirá atacando Hezbollah hasta que alcancemos todos nuestros objetivos”.
Israel ha definido esta nueva fase como una ofensiva preventiva. “No estamos esperando a que llegue la amenaza, nos estamos adelantado a ella”, ha afirmado Netanyahu. Fuentes del Gobierno israelí aseguraron la semana pasada al medio Axios que no están buscando una guerra abierta, sino que la ofensiva es un intento de “desescalada a través de escalada”, es decir, someter a Hezbollah a través de la fuerza.
Israel llevaba desde el 8 de octubre contemplando la posibilidad de lanzar una guerra preventiva en Líbano. Poco después de los ataques de Hamás del 7 de octubre contra el sur de Israel, los cazas de combate estaban listos para recibir la orden de bombardear Líbano. A las 6.30 de la mañana del 11 de octubre, las autoridades israelíes informaron a la Casa Blanca de que estaban considerando ataques preventivos y solicitaban su apoyo, pero Washington consiguió parar la operación, según información del think tank estadounidense, Center for Strategic & International Studies (CSIS).
“Desde 2006 al 7 de octubre de 2023, durante 17 años, no se había producido ningún gran incidente en la frontera entre Líbano e Israel y Hezbollah estaba ahí”, decía esta semana el ministro de Exteriores libanés, Abdallah Bou Habib, en un encuentro organizado por el think tank Carnegie Endowment for International Peace. Durante el año anterior a los ataques de Hamás del 7 de octubre solo se produjeron 15 incidentes registrados por ACLED, 13 de ellos protagonizados por Israel sin ningún fallecido y dos lanzados por Hezbollah con un muerto.
Los analistas del CSIS coinciden con el ministro. “Desde 2006 prevaleció una disuasión incómoda. Israel atacó ocasionalmente a combatientes de Hezbollah y convoyes de suministro de armas y se dieron ataques intermitentes con cohetes, aviones no tripulados y otros ataques de ida y vuelta a través de la frontera. Sin embargo, en su mayor parte, la frontera era la más tranquila de las últimas décadas, con ambas partes deseosas de evitar otra guerra total”. El 7 de octubre cambió radicalmente la situación, haciéndola mucho más volátil.
“Hay mucha gente en el establishment de defensa de Israel que siente que ha pasado demasiado tiempo desde que Israel dio su último golpe fuerte a Hezbollah”, explica Jon B. Alterman, director del programa de Oriente Medio del CSIS. “Sienten que la disuasión de Israel ha caído porque su respuesta a los cohetes de Hezbollah ha sido demasiado comedida desde el 7 de octubre”.
“Este Gobierno [de Israel] solo puede sobrevivir a través de guerras […] Siempre que hemos tenido una escalada ha sido una escalada israelí”, decía el ministro de Exteriores libanés mientras reconocía que Hezbollah empezó lanzando cohetes el 8 de octubre.
fuente: Diario.ar