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Netanyahu, cada vez más cuestionado en Israel

 

El primer ministro israelí mantiene su estrategia de controlar el Corredor Filadelfia y no tiene intención de lograr un acuerdo de paz a corto plazo




Llevar a cabo una masacre que ya se ha cobrado la vida de 40.000 palestinos en la Franja de Gaza no le ha servido a Benjamin Netanyahu para lograr la paz social en Israel. El hallazgo de seis israelíes muertos, presuntamente asesinados por Hamás, ha provocado protestas en el país hebreo e incluso una huelga general, convocada el pasado lunes. Los manifestantes han criticado las políticas del Gobierno sionista y han exigido un acuerdo de paz que ponga fin al conflicto y que logre la liberación de los rehenes israelíes.

La movilización, sin embargo, fue prohibida por el Tribunal Laboral del país que, a petición de la Fiscalía, consideró que no respondía a una naturaleza laboral, sino política.

Casi 11 meses después de los atentados del 7 de octubre y la posterior masacre emprendida por las Fuerzas Armadas israelíes, el principal mandatario del país se encuentra en su momento más bajo de popularidad a pesar del reguero de cadáveres que las acciones del ejército hebreo ha ido dejando a su paso en la Franja y con los que Netanyahu pretendía dar una imagen de poder dentro de las fronteras de su propio país.

Lejos de conseguir su objetivo, la ciudadanía israelí se ha impacientado tras un año sin lograr el principal resultado: la vuelta a casa de los rehenes que Hamás capturó durante su incursión. Por ello, achacan al Gobierno parte de la responsabilidad por la muerte de sus compatriotas

Las protestas y la huelga, a pesar de contar con numerosos apoyos, no han conseguido paralizar el país tal y como esperaban los sindicatos convocantes. Un pinchazo que ha servido al primer ministro para desoír las peticiones y continuar con su agenda. Así, a última hora del lunes compareció ante los medios para explicar su intención de seguir controlando el Corredor Filadelfia, en la frontera con Egipto: “No es una cuestión táctica militar, sino de la inmensa presión política que nos pone el mundo entero. Si salimos de ahí, no volveremos”, aseguró.

Netanyahu reconoció que el control de la región fronteriza es “un asunto político estratégico”, por lo que rechaza abandonarlo durante los más de 40 días que duraría la primera fase del alto el fuego temporal propuesto por los países mediadores en el conflicto.

El actual líder de la oposición y ex primer ministro, Yair Lapid, ha acusado de Netanyahu de no querer lograr un acuerdo y de preferir mantener “una guerra eterna”. Asimismo, ha definido como una “cortina de humo política que no se traga ni un solo profesional” y un “nuevo truco” la obsesión con el Corredor Filadelfia.