GINEBRA | En Gaza, las bombas lanzadas por Israel han matado a más de 40.000 personas -16.000 de ellas niños- y herido a más de 50.000, según datos de Naciones Unidas, pero la guerra causa destrucción más allá de los bombardeos. ¿Qué sucede si te diagnostican cáncer en Gaza? Es cuestión de tiempo, pero, es posible que mueras: seguramente no podrás recibir tratamiento y tendrás muchísimas dificultades para ser evacuado y tratado en otro lugar.
En esta situación hay más de 10.000 personas en la Franja, donde viven 2,1 millones de personas y nunca ha habido un aparato para aplicar radioterapia. Asimismo, los permisos para salir a recibir tratamiento se deniegan sistemáticamente sin explicación.
El Centro Oncológico de Gaza, el único hospital especializado, fue bombardeado en noviembre de 2023 y está fuera de servicio. Construido con apoyo de Turquía, el hospital representaba una esperanza para la oncología porque estaba equipado para atender hasta 5.000 pacientes diarios con quimioterapia.
La situación es tan crítica que el Congreso Mundial del Cáncer, organizado cada dos años por la Unión Internacional de Control del Cáncer, dedicó una sesión a exponer la realidad de Gaza y pedir acción internacional. A la mesa iba a acudir el director del hospital, Shobi Skaik. Sin embargo, tuvo que intervenir de forma telemática -desde Egipto- porque Suiza le denegó el visado para participar en el congreso.
Improvisando máquinas para administrar quimioterapia
Su mensaje fue claro: llamó a la comunidad internacional a dar una oportunidad a los pacientes de cáncer no solo para vivir con dignidad, sino también para morir con dignidad. “36 de los 38 hospitales de Gaza se han visto afectados por los bombardeos de manera alarmante. En la actualidad, en el norte de Gaza, no hay ningún lugar donde nuestros pacientes puedan recibir tratamiento. No hay infraestructura básica. Estamos tratando de prepararnos improvisando máquinas para la administración de la quimioterapia”, explica el doctor Shobi Shaik, que remarca que en Gaza no se pueden hacer mamografías o resonancias magnéticas, ni siquiera análisis de laboratorio. De toda la tecnología solo funcionan los escáneres.
Shaik reconoce que la Organización Mundial de la Salud y el Comité Internacional de Cruz Roja están intentando ayudar con la atención médica, pero no es suficiente, por eso el doctor llama a las organizaciones especializadas en cáncer a organizar misiones específicas. “No hay misiones de apoyo a la oncología en Gaza. Sentimos que estamos luchando solos durante esta guerra”, lamenta. El pasado 15 de septiembre la ONU evacuó a 100 pacientes de cáncer desde Gaza a Emiratos Árabes. “Esto no es suficiente. Hasta 6.000 personas deberían salir para tener acceso a un tratamiento”, explica.
Restricciones para recibir tratamientos en Jerusalén
Estas dificultades ya existían antes de la invasión, cuando muchos pacientes no recibían tratamiento debido a las deficiencias estructurales del sistema. En 2022, fueron denegados sin explicación el 33% de los permisos a los pacientes que pedían tratarse fuera de Gaza; además, al 60% de las personas se les impidió salir con acompañante, de las cuales un 25% de ellas fueron niños que tuvieron que someterse al tratamiento sin sus progenitores.
Además, al menos 885 trabajadores de salud han sido asesinados desde octubre de 2023, algo que afecta a todo el sistema porque no hay personal para cuidar de los pacientes. La situación se agrava con la falta de agua, electricidad, medicamentos y la propagación de enfermedades contagiosas como la poliomielitis, que había sido erradicada en Gaza en 1984. “Trabajamos en zonas inseguras, sin casi personal, sin agua, sin los mínimos requisitos sanitarios y teniéndonos que desplazar constantemente por los bombardeos”, explica el director del hospital.
Para tener una idea de la tasa de supervivencia del cáncer en Gaza basta con mirar los datos del de mama, que es el más extendido. Ya antes de la guerra actual, la tasa de supervivencia en Gaza y Cisjordania era del 40%, mientras que en los países de rentas altas es del 90%. Además, seis de cada diez casos de cáncer de mama se detectan en estadios tardíos, según los datos ofrecidos en el Congreso Mundial del Cáncer por la investigadora palestina Rua Rimawi, que trabaja actualmente en el Dana-Fraber Cancer Institute en Estados Unidos.
La radioterapia sólo está disponible para los palestinos en el hospital Victoria Augusta, en Jerusalén Este, donde únicamente hay dos máquinas. Los pacientes que necesitan un trasplante de médula tienen que pedir el traslado a otro país. “Debido a estas limitaciones, la posibilidad de traslado es esencial. Aproximadamente un centenar de pacientes por día viajaban desde Gaza o Cisjordania hasta Jerusalén para recibir tratamiento de quimioterapia, radioterapia o someterse a una intervención” según datos de 2022. El largo proceso dura entre 33 y 121 días y, en ocasiones, se niega. “Imagínense la repercusión de esos retrasos en diagnóstico y tratamiento. Los palestinos tienen 1,5 veces menos posibilidades de superar la enfermedad. Esto es discriminación sistemática, esto es apartheid, esto es una sentencia de muerte que se ha impuesto a los palestinos”, denuncia Rua Rimawi.Mads Gilbert, médico noruego con amplia experiencia en Gaza, sostiene que la situación de los pacientes de cáncer en Gaza no es nueva sino que es una consecuencia de la ocupación israelí. Ali Imran, un hombre de 62 años con un tumor maligno en el pecho; Nadine, de 31 años, que sufría de cáncer de mama y solo contaba con quimioterapia, sin posibilidad de recibir radioterapia ni el permiso para salir de Gaza; y Ali, un joven con un tumor cerebral a quien se le denegó el tratamiento de radioterapia, son tres de sus pacientes que habrán fallecido por la falta de acceso a tratamientos. “Debemos apoyar a nuestros pacientes palestinos, a nuestros colegas y al pueblo de Palestina, porque hasta que no termine la ocupación, los pacientes de cáncer seguirán muriendo por causas evitables”, pide Gilbert a las organizaciones que luchan contra esta enfermedad reunidas en Ginebra.
Shobi Shaik, el director del Centro Oncológico de Gaza, reclama también protocolos de actuación y apoyo específico para los pacientes oncológicos durante los conflictos, y agradece a la UICC que haya puesto este debate sobre la mesa en el congreso que reúne cada dos años a toda la comunidad de la medicina contra el cáncer.
“Lo que necesitamos hacer es implorar a los gobiernos, individuos y organizaciones de todo el mundo que busquen soluciones pacíficas a los conflictos. También necesitamos ver cómo apoyamos a los pacientes con cáncer en esas áreas donde ocurren esos conflictos. A veces, dependiendo de lo que esté sucediendo, no hay mucho que podamos hacer, pero debemos asegurarnos de mantener esa situación en el centro de atención y que la gente sea consciente. Por eso era importante organizar este panel sobre Gaza”, explica a lamarea.com Jeff Dunn, presidente de la organización.