Israel asesina a más de cien refugiados palestinos en una escuela de Gaza y revienta la mediación internacional para detener la guerra e impedir su extensión regional
Israel lo ha denominado una "operación de precisión" contra Hamás, pero el ataque de este sábado a la escuela Al Tabaín, en el barrio de Al Daraj, de Ciudad de Gaza, ha sido una de las mayores masacres cometidas por el ejército israelí contra población civil desde que comenzó la guerra en este territorio palestino hace diez meses.
Ha sido también la respuesta del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a los esfuerzos de mediación que habían sido reanudados esta semana por Catar, Egipto y Estados Unidos. Los tres países reclamaron a Israel y Hamás que volvieran a la mesa de las negociaciones, después de que estos intentos para buscar una tregua en Gaza quedaran interrumpidos por el asesinato en Teherán el 31 de julio del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, atribuido a Israel.
Ahora, la matanza de decenas de palestinos, un centenar según las autoridades de Gaza, en la escuela arrasada por las bombas israelíes la hora de la oración matinal revienta todo atisbo de negociación también con Irán, cuyo régimen había jurado castigar a Israel por el asesinato de Haniyeh en su propia capital, aunque en las últimas jornadas había moderado el tono de sus amenazas.
Irán promete vengar la nueva matanza israelí
Pero se acabó el tiempo de la calma. Alí Shamkhani, asesor político del líder supremo de Irán, Alí Jamenei, advirtió en la red social X que ya está todo listo para asestar "un castigo severo" a Israel , "un régimen que no entiende más que el lenguaje de la fuerza", por la muerte de Haniyeh.
Shamkhani repitió las evidencias. "El único objetivo de Israel al matar a los fieles en la escuela Tabaín en Gaza y asesinar al mártir Haniyeh en Irán es fomentar la guerra y hacer fracasar las conversaciones destinadas a acordar una tregua" en Gaza, afirmó el dirigente iraní.
Operación de precisión”
Israel insistió en que su ataque contra la escuela de Al Tabaín era acabar con un grupo de milicianos y que había llevado a cabo una "operación de precisión". El mando del ejército israelí puso en duda las cifras de muertos ofrecidas por los gazatíes y subrayó que el bombardeo del complejo tenía como objetivo a una veintena de guerrilleros de Hamás y la Yihad Islámica que se refugiaban allí.
Un portavoz militar israelí insistió en que el ataque fue realizado con tres proyectiles guiados y que las explosiones resultantes no podían haber causado la matanza que señalaban los palestinos.
Israel no discrimina entre combatientes y civiles a la hora de lanzar sus ataques
Según los israelíes, los militantes de Hamás estaban mezclados con la población civil. Esta observación corroboró de nuevo que Israel no discrimina entre combatientes y civiles a la hora de lanzar sus ataques. Si hay un guerrillero de Hamás, se le eliminará, aunque su aniquilación implique la muerte de todos los civiles que se encuentren en la zona.
Pocas horas antes del bombardeo de la escuela en la capital de Gaza, otro bombardeo israelí había acabado con la vida de al menos 14 personas en Jan Yunis, otra de las mayores ciudades gazatíes, en el centro de la Franja. La táctica fue la misma.
El propio Netanyahu ha insistido en numerosas ocasiones que la guerra que lanzó Israel contra Hamás el 7 de octubre pasado, por la matanza a manos de los islamistas de más de 1.200 personas en una incursión masiva contra territorio israelí, no terminará hasta haber aniquilado completamente a esa organización palestina.
Las imágenes de destrucción y muerte que llegaron del lugar donde antes se alzaba la escuela de Al Tabaín no evidenciaban, sin embargo, que hubiera sido blanco simplemente de un "ataque quirúrgico", como señalaban los israelíes. Las imágenes distribuidas por las redes mostraban numerosos cuerpos destrozados y abrasados y otros que eran retirados de entre los escombros del complejo.
Había 350 familias en la escuela antes de ser arrasada
Según explicó en una conferencia de prensa el portavoz de la Defensa Civil Palestina, Mahmoud Basal, en el momento en que se produjo el ataque israelí había 6.000 personas pertenecientes a 350 familias refugiadas en el complejo de la escuela.
Eran parte de los cientos de miles de palestinos a los que la invasión y los bombardeos israelíes han desalojado de sus hogares. De los 2,3 millones de habitantes de Gaza, casi dos millones han tenido que abandonar sus casas a causa de esta guerra.
Basal agregó que en el ataque con misiles fueron destruidos el piso inferior de la escuela, usado como mezquita y donde decenas de personas rezaban en esos momentos, así como la planta superior, donde estaban alojadas esas familias de desplazados.
Misiles estadounidenses
Para este ataque se emplearon misiles suministrados por Estados Unidos a Israel, con una potente capacidad de destrucción y con efectos incineradores al estallar, de ahí el estado en que quedaron muchos de los cuerpos de los muertos.
"Todavía hay grandes cantidades de partes de cuerpos y cadáveres desmembrados dentro del Hospital Árabe Al Ahly que no han podido ser identificados", indicó el responsable de la Defensa Civil palestina. La atención a los heridos es si cabe más dantesca, con decenas de amputaciones traumáticas y quemaduras de tercer grado que no pueden ser tratadas por la falta de medios de los hospitales.
Por su parte, Ezat al Rashq, miembro del buró político de Hamás, afirmó que no había "un solo combatiente" entre las víctimas mortales de la escuela, regida como campamento de refugiados por varias instituciones internacionales.
Unos diez mil cuerpos podrían permanecer aún bajo los escombros de las principales ciudades
Decenas de miles de palestinos se han refugiado en este tipo de instalaciones desde que comenzó esta guerra en la que han muerto casi 40.000 palestinos y han resultado heridos 92.000 bajo las bombas israelíes. Unos diez mil cuerpos podrían permanecer aún bajo los escombros de las principales ciudades y localidades atacadas en la Franja, especialmente en Ciudad de Gaza, Jan Yunis y Rafah.
Tanto las escuelas ocupadas por los refugiados, como los hospitales, mezquitas, mercados, convoyes de gente que escapa de los bombardeos y los campamentos de desplazados son objetivos habituales de los ataques israelíes.
ONU: "Israel está cometiendo un genocidio, barrio a barrio, escuela a escuela"
Tras producirse el ataque, la relatora especial de la ONU para los Territorios Palestinos, Francesca Albanese, afirmó que Israel "está cometiendo un genocidio contra los palestinos barrio a barrio, hospital a hospital, escuela a escuela, campo de refugiados a campo de refugiados y una zona segura tras otra zona segura".
La Unión Europea, que el viernes dio la bienvenida a la intención de EEUU, Catar y Egipto por recuperar las conversaciones para alcanzar un alto el fuego parcial al menos, fue otra de las primeras instituciones en pronunciarse sobre el ataque. El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Seguridad, Josep Borrell, dijo que estaba "horrorizado" por el bombardeo de la escuela y por el brutal número de palestinos muertos desde que comenzó la guerra.
Borrell: "No hay justificación alguna para estas masacres"
Según Borrell, una decena de escuelas palestinas donde se refugiaban civiles fueron atacadas por los israelíes en las últimas semanas. "No hay justificación alguna para estas masacres", aseveró el jefe de la diplomacia europea.
"Un alto el fuego es la única manera de detener la matanza de civiles y garantizar la liberación de los rehenes", afirmó Borrell.
Condena de los mediadores árabes
Pero tras el ataque a la escuela, del que nadie duda en Oriente Medio de que fue intencionado y no solo una "operación de precisión" contra un puñado de milicianos allí reunidos, los propios mediadores árabes en las negociaciones para ese cada vez más lejano alto el fuego también mostraron su horror y su condena a Tel Aviv.
El Ministerio de Asuntos Exteriores catarí calificó el ataque como "una horrible masacre" y el Gobierno egipcio fue más duro. "La matanza deliberada de este enorme número de civiles desarmados, cada vez que se intensifican los esfuerzos de los mediadores para tratar de alcanzar una fórmula de alto el fuego en la Franja, es una prueba concluyente de la ausencia de voluntad política por parte israelí para poner fin a esta feroz guerra", señaló El Cairo.
El sangriento doble juego de Washington
Nabil Abu Rudeineh, portavoz del presidente palestino Mahmoud Abbas, instó a Estados Unidos a poner fin a su respaldo a Israel, "un apoyo ciego que está llevando al asesinato de miles de civiles inocentes, entre ellos niños, mujeres y ancianos".
Mientras Washington muestra en público su consternación por la guerra y el sufrimiento de los palestinos en esta contienda, al tiempo subraya el derecho de Israel a defenderse y le entrega miles de millones de dólares en armas de última generación, como las bombas planeadoras que arrasan barrios gazatíes enteros o los aviones de combate que están siendo empleados para atacar cualquier rincón de la Franja.
Ahora, tras las reiteradas amenazas de Irán y la organización proiraní Hizbulá de desatar una guerra regional contra Israel por el asesinato de Haniyeh, el Pentágono ha aumentado su presencia militar en la región para proteger a sus aliados judíos.
Y aunque la guerra y al genocidio perpetrado por Israel contra los palestinos han sido condenados en manifestaciones y multitud de actos públicos por doquier en EEUU, lo cierto es que la clase política cierra filas con Netanyahu, aunque ello pueda suponer un castigo en los comicios presidenciales del 5 de noviembre.
Los dos candidatos, el republicano y expresidente Donald Trump, y la demócrata y actual vicepresidenta, Kamala Harris, coinciden en su abierto respaldo a Israel, y hoy día es más fuerte que nunca la presión del lobby israelí sobre el Congreso estadounidense. Hasta el extremo de que la participación de EEUU en una eventual guerra contra Irán y Hizbulá en defensa de Israel sería respaldada (y aclamada) en ambas cámaras del legislativo estadounidense.
Para EEUU Israel no se toca, aunque ello signifique el genocidio de los palestinos y la hecatombe en Oriente Medio.