Feijóo; su gurú el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, y el PP que escupe las consignas falsas y/o manipuladas de la ultraderecha contra los migrantes africanos, sobre todo, para tratar de desgastar al Gobierno se han hundido en la ciénaga xenófoba y racista de Vox para competir con Vox, como si los radicales no tuvieran siempre recursos para ir más allá y, para muestra, la de las últimas horas: ¿Feijóo dice "mafias" y "efecto llamada"? Santiago Abascal lo adelanta por la derecha más extrema con una recomendación autodefensa para ciudadanos y ciudadanas , por encima de la ley y la humanidad más elemental; violencia pura y dura. ¿Qué será lo próximo? ¿El líder del PP pidiendo la venta de armas en los supermercados para autodefenderse de migrantes? Ah, no... Que lo del bombardeo de la Armada a los cayucos ya lo había propuesto antes Miguel Tellado, en televisión y en hora punta, que no se diga: medalla para el PP y a seguir, a ver quién suelta la burrada más grande.
Lo más grave de todo es que, teniendo en cuenta esta sucesión de declaraciones y hechos -el rechazo a la reforma de la ley de Extranjería que obligue a todas las comunidades a asistir a los menores llegados a Canarias y Ceuta, por ejemplo-, la cerrazón del PP ante una gestión humanitaria y de derechos elementales que reclama hasta el Papa (tan pía la ultraderecha y ni caso al Pontífice) y su silencio oscuro cuando se le piden alternativas para ayudar a territorios del sur donde, encima, cogobierna y gobierna, viene a trasladarnos el peor de los futuros. Miren a Reino Unido y Alemania, donde hasta la socialdemocracia ha abrazado los marcos de la ultraderecha acercando a esta más al poder. Y otro muro derribado, justo el que no debía caer.