Ni una celebración de algo colectivo de este país sin que aparezcan los ultras intentando acapararlo, como hacen con la bandera y otras cosas, o estropeándolo con su odio. Este lunes Madrid estallaba de júbilo para recibir a los integrantes de la selección española de fútbol tras su triunfo en la Eurocopa, pero mientras que la gran mayoría ha coreado el "Lamine Yamal, cada día te quiero más" que lanzaba Morata, unos pocos han preferido hacer otra cosa.
Atención al vídeo que se está moviendo en las redes en las últimas horas, donde se ve un grupo de energúmenos en la Plaza de Cibeles con banderas de España al cuello coreando: "Lamine Yamal come jamón".
Por si esto fuera poco, en las redes sociales han aparecido decenas de comentarios tremendamente xenófobos y machistas tras publicarse imágenes de una joven durante las celebraciones acompañando al jugador del Barça que algunos medios han identificado como su novia. Unos comentarios tan repugnantes que rechazamos incluso describirlos.
Precisamente gracias a la presencia de jugadores como Lamine Yamal cuyos padres proceden de Marruecos y de Guinea Ecuatorial, o como Nico Williams, esta también ha sido una victoria de la España diversa por mucho que a los que hablan de "estercoleros multiculturales" les duela
Da vergüenza ver esto La Celebración de la Eurocopa Ensombrecida por Gritos Racistas e Islamófobos Anoche miles se unieron para celebrar la victoria de la Eurocopa, un logro que debería unirnos como nación y como pueblo. Sin embargo, en medio de esta celebración, se han alzado voces llenas de racismo, odio, falta de respeto e incultura. Voces que, en lugar de celebrar la diversidad y el talento, eligen denigrar y humillar con cánticos como “Lamine Yamal come jamón”. Este grito, lejos de ser una simple broma, es un ataque directo a nuestra humanidad y a los valores que deberíamos defender. Racismo. Xenofobia. Odio. Falta de respeto. Incultura. Estas son las verdaderas amenazas que enfrentamos hoy. Pero, cuando levantamos la voz contra estas injusticias, siempre hay quienes se apresuran a decir: “España no es racista”. Y lo dicen con la convicción de quienes nunca han sentido el peso de la discriminación, de quienes nunca han sido juzgados por el color de su piel o por su origen. Nos dicen que son solo unos pocos. Pero, honestamente, no sé si sois muchos o pocos. Lo que sí sé es que para mí, sois demasiados.