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El tren entre Ferrol y A Coruña, una vergüenza Andrés Vellón Graña ANDRES VELLÓN

 



La línea de tren que une las ciudades de Ferrol y A Coruña es una vergüenza. Y las sucesivas promesas de mejoras, modernizaciones y ficticias altas velocidades hechas por unos y otros desde el Gobierno central, otra. La última, que no la única, fue la frasecita del ministro de Transportes, Óscar Puente, el pasado mes de mayo. «No nos olvidamos de Ferrol». Claro que el tema no es no olvidarse. La clave aquí, señor ministro, es hacer algo

La realidad es tozuda. Y dicta que la línea ferroviaria entre las dos ciudades tiene más de un siglo sin apenas renovaciones. Y que si usted hace el trayecto tardará entre una hora y seis minutos y hora y media. Y eso, si todo va bien. ¿Resultado? Nos tienen con un servicio de transporte público vertebrador obsoleto. Un servicio que cada vez usa menos gente. Un servicio que no compite ni con el coche privado ni con el autobús. Un servicio que, por horarios y frecuencias, sirve para muy poco. 

¿Y cuáles son las recetas? Palabras sin proyectos ni consignaciones presupuestarias. Documentos acumulando capas de polvo en cajones y que, a día de hoy, se antojan de risa. En resumen. Nada.

Que, sin renunciar a nada en el futuro, a corto plazo hay que lograr una línea ágil de cercanías hasta A Coruña es una obviedad. Nadie ha descubierto la pólvora con esto. Pero... ¿Dónde está el proyecto? ¿Dónde están los fondos? ¿Cuánto va a costar? ¿Cuándo se van a poner en marcha las obras? ¿Qué horizonte temporal se baraja para modernizar el servicio? De eso, nadie dice nada. Por tanto, Ferrol y su comarca están claramente marginados respecto al resto del Eje Atlántico (pese a formar parte del mismo) en cuanto a conexión ferroviaria. Una vergüenza.