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El Auditorio de Ferrol, el edificio cultural por el que hubo que esperar décadas

 Se cumplen 25 años de la primera petición que formuló el alcalde de Ferrol a la Xunta de Galicia para que se construyese el edificio ubicado en Caranza, una infraestructura que todavía tardaría doce años más en materializarse y que entraría en funcionamiento el 15 de marzo de 2014, casi tres años después de concluirse


Uno de los epicentros para la cultura de la ciudad de Ferrol es el auditorio ubicado en el barrio de Caranza. Un inmueble que en 1999 no existía, pero que ya se reclamaba desde el Concello, teniendo en cuenta que el teatro Jofre estaba cerrado por aquel entonces y esperando su ansiada rehabilitación. No había ningún espacio lo suficientemente amplio como para reunir a un público numeroso. Sin embargo, su ejecución no fue ágil, sino que los ferrolanos tuvieron que esperar hasta marzo de 2014 para disfrutarlo por primera vez.
 

El 21 de julio de 1999, Diario de Ferrol titulaba “Un auditorio que respete las necesidades reales” el despiece de la noticia en la que se informaba de la reunión que había mantenido el alcalde, Xaime Bello, con el conselleiro de Presidencia y Administración Pública, Xaime Pita. Además de abordar los usos del edificio administrativo que el Concello cedió a la Xunta de Galicia en la plaza de España, el regidor puso sobre la mesa la necesidad de que “Ferrol conte cun auditorio que respecte as necesidades reais, non só para satisfacer aos cidadáns, senón tamén para que se poidan captar actuacións de interés”.


La propuesta del gobierno local pasaba por la construcción del edificio cultural “na zona do matadoiro, nunha parcela de Telleiras”, donde finalmente se levantó. Pedía Bello que tuviese un “destino sociocultural”, por lo que el barrio más populoso de la ciudad sería “un lugar idóneo”, y recordaba que el único auditorio para algo más de 500 personas era el del recinto ferial de Punta Arnela. Finalmente, aseguraba que Pita había estado receptivo a la propuesta, comprometiéndose a estudiar “un sistema plurianual de investimentos económicos” con el conselleiro de Hacienda.  

Un largo periplo 


Desde aquel julio del 99 el tiempo volvió a dilatarse en Ferrol y pasarían tres años hasta que la Xunta y el Concello formalizasen la firma del convenio para impulsar un concurso de ideas. En septiembre de 2004, la Consellería de Política Territorial se hizo cargo de los 8 millones del presupuesto —finalmente se encareció hasta los 15,8— y en enero de 2005 fue el entonces vicepresidente del gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo, quien puso la primera piedra, fijando 2007 como el año de finalización.


Pero el reloj jugó una vez más en contra de la ciudad y en mayo de 2006, el presidente Emilio Pérez Touriño reconocía que una “mala planificación” estaba detrás de la paralización de las obras. Más tarde, en octubre de 2007, se confirmó que había “discrepancias” en el ámbito económico con la arquitecta.

 

La luz al final del túnel 


Después de dos años con los trabajos parados, en 2009 se retomaron bajo el mandato de Feijóo en la Xunta, comenzando al año siguiente a pedir el Concello al gobierno gallego una partida económica para equipar el contenedor cultural que finalmente asumirían ambas administraciones y se cifró en 1,7 millones.


Aunque era en 2011 la previsión de inauguración, el conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructura, Agustín Hernández, admitía en octubre de 2010 que estaba ejecutado un 75% del auditorio. Fue en marzo de 2011 cuando se puso punto y final a los trabajos.


No obstante, el telón se levantó formalmente el 15 de marzo de 2014 —tres años después y en la anterior legislatura de Rey Varela— con As Pepitas, deslucido por las obras de saneamiento que se estaban ejecutando y adoleciendo la falta de aparcamiento, con 80 plazas para un aforo de 900 personas, una problemática que todavía hoy está sobre la mesa.