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Así desvía el PP la atención hacia Venezuela hasta convertirla en 'cuestión de Estado'

 

La contundencia con la que Feijóo y su entorno se posicionan sobre Venezuela contrasta con los titubeos y la equidistancia ante las situaciones sociopolíticas de otros países, incluso dictaduras como la saudí o el genocidio en Gaza.




En lo que va de 2024 ha habido elecciones en más de 50 países en todo el mundo y dos de ellas han generado una especial expectación en España: las de Francia y Venezuela. En el caso francés, el movimiento de Emmanuel Macron para responder a la apabullante victoria de la extrema derecha en las elecciones europeas puso al país vecino al borde del acantilado. La posibilidad de que Marine Le Pen ganase las legislativas francesas puso en alerta a la izquierda española ante la equidistancia del Partido Popular y la euforia de Vox —que, como la de Le Pen, se esfumó en la segunda vuelta—. Los mensajes de los populares estuvieron muy medidos antes, durante y tras los comicios en Francia. El espejo les devolvía una imagen incómoda por dos razones fundamentales: porque sus homólogos franceses cerraron el paso a la ultraderecha y porque evidenciaba sus contradicciones al defender para Francia "un Gobierno que excluya a los extremos" tras haberse abrazado a Vox.

Con Venezuela, el interés del PP emerge hasta convertir las elecciones venezolanas casi en una cuestión de Estado. Han pedido al Gobierno que llame a consultas al embajador de España para que dé explicaciones por la gestión de la expulsión de los diputados y senadores del PP que viajaron a Venezuela para seguir la jornada electoral —el ministerio de Exteriores asegura que eran plenamente conscientes de que se bloquearía su entrada en el aeropuerto de Caracas porque carecían del visado exigido—. También quieren que el expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero explique "cómo ha llegado a la conclusión de que ha ganado Maduro". Ni Zapatero ni ningún miembro del Gobierno de España han reconocido por ahora la victoria de Maduro, a la espera de las actas de las mesas electorales. El Centro Carter y la ONU observan al detalle los resultados que ha dado el Consejo Nacional Electoral (CNE).Así, este martes, con Sánchez prestando declaración ante el juez Juan Carlos Peinado y el preacuerdo entre el PSC y ERC para investir a Salvador Illa recién anunciado, el portavoz del PP, Miguel Tellado, ofreció una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados. Arrancó su intervención poniendo el foco en la situación de Venezuela —según la ONG Foro Penal, al menos seis personas han muerto este lunes en medio de las protestas contra la proclamada victoria de Maduro— y en "el silencio" del Gobierno o "el mánager de Maduro", como se refirió a Zapatero. Es el martillo pilón del PP.

Tanto los muchos españoles que residen en Venezuela como los muchos venezolanos que residen en España explican para la derecha la atención que centran en este país. Lo cierto es que, según los datos ofrecidos por el INE a 1 de enero de 2024, en 2023 había más españoles residiendo en Argentina, Francia, Estados Unidos, Reino Unido o México. Hay otro factor: hace diez años, Venezuela fue la primera arma arrojadiza del PP contra un Podemos emergente y, de igual manera, lo es ahora contra el Gobierno de Sánchez.

Además, los de Alberto Núñez Feijóo hace tiempo que se han fijado en la comunidad latina como caladero de votos. Isabel Díaz Ayuso fue pionera en esto e incluso ha llevado el little Caracas de Madrid a la estructura del PP en su comunidad. Feijóo replicó su estrategia y se lanzó a por el voto hispano contra los "autócratas" y contra "quienes les rinden pleitesía". Aquellas declaraciones, en marzo de 2023, provocaron una gran polémica porque el presidente del PP cargó así contra Sánchez por acudir a la Cumbre Iberoamericana en la que también participaba el rey Felipe VI. Más tarde matizaron sus palabras.

La contundencia con la que Feijóo y su entorno se posicionan sobre Venezuela contrasta con los titubeos y la equidistancia ante las situaciones sociopolíticas de otros países. Sobre el ultraderechista Javier Milei en Argentina, el líder del PP celebró en su momento que su victoria supusiese el fin del "peronismo corrupto", pero no ha querido acercarse al mandatario argentino como sí ha hecho Ayuso. Pies de plomo también a la hora de posicionarse sobre el éxito de Giorgia Meloni en Italia o sobre las posibilidades de volver al poder Donald Trump en Estados Unidos. Preguntados al respecto, los populares siempre han mostrado "máximo respeto" por los resultados electorales de otros países. Ahora, el PP ni siquiera ha esperado a que los observadores internacionales se pronuncien o las actas oficiales se hagan públicas, hablando ya de "fraude" electoral en Venezuela incluso antes de que se celebrasen los comicios. 

El Centro Carter, que envió observadores a Venezuela, ha concluido que "las elecciones no cumplieron los estándares internacionales y que no pueden considerarse democráticas".

En el PP no titubean a la hora de calificar de "dictadura" al país venezolano y defender "una Venezuela libre", como escribió Feijóo en sus redes sociales este martes. Los conservadores nunca se han rebelado contra la dictadura de Arabia Saudí, cuyo expediente de incumplimiento de los derechos humanos es extenso; han defendido que Marruecos es una democracia; e incluso se han puesto de perfil con el genocidio de Israel en Gaza.