Al primer ministro de Islandia, a la ministra de Pesca y a todos los miembros del gobierno islandés:
Al primer ministro de Islandia, a la ministra de Pesca y a todos los miembros del gobierno islandés:
Las ballenas de aleta, o rorcuales, son animales fascinantes: se comunican mediante el sonido, se enamoran y experimentan un profundo sufrimiento emocional. Loftsson acostumbra a matar a hembras embarazadas y según un estudio, estos colosos marinos pueden tardar hasta dos horas en morir después de recibir el arponazo letal.
Aún podemos impedir esta crueldad y proteger al segundo mamífero más grande del planeta —y no solo para esta temporada, sino definitivamente— ayudando a cambiar la ley y asegurándonos de que esta sea la última licencia que Islandia conceda.
El gobierno islandés está bajo presión. Aunque la ministra correspondiente ha reconocido su desacuerdo con la caza de ballenas, se escuda en que la ley la obliga a conceder el permiso. Pero hay un valiente grupo de legisladores que está tratando de derogarla.
Podemos ayudar, como ya hicimos antes: hagamos que esto sea una pesadilla mediática para el gobierno islandés y reunamos 2 millones de firmas para acabar con los mortíferos negocios como el de Kristján Loftsson para siempre. Se nos agota el tiempo, ¡suma tu nombre y difunde esta petición entre todos tus contactos!