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Teresa Gisbert, jefa de la Fiscalía de Menores española: «Niños de 12 y 13 años acceden a pornografía infantil y los padres no se enteran»

 




La especialista reclama una mayor formación digital y advierte de que hay «una zona de silencio» por falta de denuncias

16 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Teresa Gisbert (Valencia, 1957) fue nombrada en marzo fiscala de sala coordinadora del área de Menores de la Fiscalía General del Estado. Está, por tanto, estrenándose en el cargo, aunque la especialidad no le es nueva. Ya trabajó en ella en la Comunidad Valenciana, donde fue fiscala superior hasta su nombramiento de marzo. La entrevista se realiza después de escuchar la ponencia de la coordinadora de Criminalidad Informática, que expuso un panorama muy complicado respecto a los menores.

—Nos hemos asustado un poco con lo que explicó de los riesgos que corren los menores en internet y en las redes sociales.

—Todo lo que ha dicho mi compañera es muy grave, y lo que mas preocupa es que en estos delitos hay una zona de silencio, en la que no se denuncia. Antes decíamos que era en violencia de género, luego pasó con los delitos de odio... Las víctimas tenían miedo a denunciar y creían que no le iban a dar importancia a sus casos. En el asunto de los menores, esa zona oscura de silencio me preocupa mucho. Ellos no son conscientes de lo que les están haciendo. Y si lo son, es porque los están obligando.—Todo lo que ha dicho mi compañera es muy grave, y lo que mas preocupa es que en estos delitos hay una zona de silencio, en la que no se denuncia. Antes decíamos que era en violencia de género, luego pasó con los delitos de odio... Las víctimas tenían miedo a denunciar y creían que no le iban a dar importancia a sus casos. En el asunto de los menores, esa zona oscura de silencio me preocupa mucho. Ellos no son conscientes de lo que les están haciendo. Y si lo son, es porque los están obligando.

—¿Y nadie sabe lo que le está pasando al menor?

—Yo eso lo enlazo con lo que más me preocupa, que es que los padres no saben lo que les pasa a sus hijos. Y eso tiene mucho que ver con otras conductas, como que el acceso a la pornografía se produce con niños de 12 y 13 años y los padres no se enteran. Y esos niños creen que esas relaciones que ven son normales, cuando como norma general se dan situaciones de abuso, con imágenes violentas que determinan el aumento de los delitos de odio. Los padres no tienen conocimientos ni medios para poder controlar eso. Lo que yo siempre propongo es que en los colegios, con 12 o 13 años, deberían darles información y hacer escuelas de padres para que tengan una mínima información digital y así saber lo que pueden estar haciendo sus hijos ante la pantalla.

—¿Los padres no se preocupan?

—No es que los padres no se preocupen, es que no saben cómo controlar eso, y tampoco les advierten de los peligros de internet. No es lo mismo que un niño vea un acto pornográfico con sus amigos, que si el padre sabe que su hijo ha visto porno y se sienta con él a ver juntos la imagen, explicarle lo que pasa y así contrarrestar el problema.

—¿Esas imágenes incitan a la violencia?

—Es que hay un aumento exponencial de los delitos contra la libertad e indemnidad sexual. En adultos y en menores de 14 a 18 años puedes intervenir con una medida sancionadora o educativa, pero donde está aumentando muchísimo es en los menores que no han cumplido los 14 años. El año pasado, en la Comunidad Valenciana se cometieron más abusos por parte de niños de 14 años que por menores de 16-17.

—¿Qué se puede hacer con esos menores de 14 años?

—La ley del menor dice que cuando el agresor no ha cumplido 14 años hay que darle traslado a la entidad pública que tiene la competencia. ¿Pero que hace la entidad pública? Lo que puede. Por eso yo quiero potenciar una actitud más proactiva por parte del fiscal. Hablo de delitos sexuales, odio, violencia de género, asesinatos... En los que hay que decirle a la entidad pública que se le da traslado, pero que en el plazo de un mes tiene que informar de las medidas a tomar y saber periódicamente como marchan las medidas.

—Necesitan reeducarse, supongo.

—Los menores que cometen un delito necesitan una reeducación en valores, en formación. Que lleguen a comprender qué es realmente una conducta sexual consentida y cual no. Y que si te dicen que no, es no. Que eso no es amor y que no es lo normal. Esas relaciones violentas con una mujer son delito, son una cosificación de la mujer.—¿Qué hacen los fiscales de menores?

—En menores, el fiscal investiga y hay un juez de garantías, que es quien se encarga de analizar las medidas limitativas de derechos fundamentales y de dictar sentencia. Tenemos un equipo técnico que determina los factores de riesgo que confluyen en ese menor y se recomienda una medida punitiva, pero adaptada a sus circunstancias, y siempre reeducativa.

—No sucede así en la Justicia de adultos.

—La jurisdicción de adultos tendría que aprender de nosotros, porque estamos preparados como fiscales para dirigir la investigación. Lo hemos demostrado en Menores, donde hay delitos graves e importantes. Queremos que el fiscal investigue y que el juez haga lo que le marca la Constitución, que es juzgar y hacer ejecutar lo juzgado. No dice nada del juez instructor.

—¿Qué hay que enseñarles a los menores?

—A ellos, que aprendan que no se puede cosificar a la mujer, que no se puede hacer lo que uno quiera con el cuerpo de una mujer. Y a ellas, que sepan que hay conductas que no son amor. Que te coja el móvil no es amor, que te diga que te cambies la falda porque es muy corta o que te controle, que te aparte de las amigas. Todo eso tenemos que explicarlo desde el principio de una manera controlada y educativa.

ESCUELA DE VERANO DEL MINISTERIO FISCAL

El fiscal general: «El modelo de trabajo en Menores debe exportarse a los adultos»

«Llevamos muchos años en la Fiscalía española trabajando con los menores, de manera que ya se ha convertido en algo especial, en una bandera para todos nosotros». Así definió esta especialidad el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, en el acto de clausura de una nueva edición de la Escuela de Verano del Ministerio Fiscal, en el pazo de Mariñán (Bergondo), en la que fiscales de toda España reflexionaron durante tres días sobre los derechos y la protección de los menores.

García Ortiz destacó que la Fiscalía de Menores es «una especie de célula que hay en todas las fiscalías y que tienen un sistema organizativo algo diferente». Recordó que los fiscales de Menores gestionan un modelo al que aspira la Fiscalía desde hace años y que tiene al fiscal como el protagonista de la investigación penal en las primeras fases para que luego sean los jueces los que juzguen, El fiscal general aseguró que ese es un modelo de éxito, que se puede comparar con cualquier instrucción judicial y con cualquier modelo europeo.

Por eso, García Ortiz cree que ese sistema de trabajo que se realiza en la especialidad de Menores debe exportarse a la Fiscalía de adultos. «Hemos demostrado durante 24 años que somos capaces de hacerlo. Solo falta que nos escuchen», terminó el fiscal general de Estado, que clausuró la Escuela de Verano de Mariñán acompañado por el conselleiro de Presidencia, Xustiza e Deportes, Diego Calvo; el presidente de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso, y el fiscal superior de Galicia, Fernando Suanzes.