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Pensamiento Crítico. Biden se apresura a hacer concesiones mientras “Israel” se derrumba desde dentro

 




“Tel Aviv” se está quedando sin dinero para ganar más tiempo en su rápida desintegración política y de toda la entidad, sin cartas que jugar ni en el campo de batalla ni en la arena militar.

En la noche del 31 de mayo, Biden instó a la aprobación de un plan de tres puntos para poner fin a la guerra, instando a “Israel” a aceptar la propuesta de varias etapas para una retirada total israelí de Gaza, el intercambio de prisioneros y la reanudación de la ayuda humanitaria al enclave en medio de un alto el fuego de seis semanas (aunque probablemente extendido).

Su propuesta no sólo fue más bien una concesión a la Resistencia Palestina, incluso por encima de su apaciguamiento a los israelíes, sino que, al hacerlo, igualó el mismo plan de alto el fuego de tres puntos que al-Qassam presentó meses antes de la invasión “israelí” de Rafah. Después del rechazo de “Israel” y la posterior invasión de Rafah, Hamas dejó claro que esas concesiones serían lo más lejos que estaría dispuesto a hacer. Por otro lado, EE.UU. e “Israel” están cada vez más aislados, más a la defensiva, más hundidos en las pérdidas y más sumergidos en daños irreversibles a nivel político y militar.

Aunque Biden dijo que “Israel” había “devastado” a las fuerzas de Hamas en los últimos ocho meses, la prisa y urgencia del presidente estadounidense en instar a un alto al fuego fue motivada por la realidad de lo contrario: que la resistencia palestina y libanesa de Hizbullah ha colocado a la Palestina ocupada al borde de la liberación e “Israel” al borde de la desintegración.

La Resistencia palestina y libanesa, incluso teniendo en cuenta su escalada, sólo ha gastado una fracción de su capacidad. Los túneles y la infraestructura de la Resistencia palestina siguen intactos. La entidad sionista afirma haber perdido alrededor de 600 soldados, aunque el número reportado por Haaretz en el primer día del Diluvio de Al-Aqsa es mucho mayor, lo que hace evidente que el real es varias veces mayor y que el daño estructural a su ejército ha sido irreversible.

A medida que la entidad sionista acepta el colapso de su poder de disuasión y cosecha los frutos de su ausencia de estrategia, Estados Unidos también fracasó en sus intentos de disminuir la carga de las operaciones de la Resistencia de Hizbullah contra la entidad sionista mediante la negociación de acuerdos de paz separados con el grupo de la Resistencia Libanesa.

El 31 de mayo, el exsoldado israelí y enviado de energía de Biden, Amos Hochstein, volvió a hacer sus rondas por Beirut en un intento inútil de sobornar al Líbano con 12 horas más de electricidad a cambio de una restauración del statu quo anterior al 7 de octubre en la frontera palestina ocupada por “Israel”. Hizbullah, sin embargo, ha dejado claro durante meses, frente a la miríada de intentos franceses y estadounidenses, que la reducción de su presión sobre la entidad sionista desde el frente palestino ocupado del norte depende por completo de poner fin a la guerra contra Gaza.

En su último discurso, el secretario general de Hizbullah, Sayyed Nasrallah, también insinuó el destino interconectado de Palestina con Líbano al enfatizar por qué Hizbullah ha entrado en esta lucha del lado de Gaza: “Esta batalla significa el futuro de la riqueza y la soberanía libanesas, al igual que lo es para Palestina”.

Todavía usando solo una fracción de sus capacidades, Hizbullah luego derribó aún más el norte de la Palestina ocupada, ya inutilizado, con cohetes Burkan y drones kamikaze no interceptados que resultaron en incendios incesantes en más de 30 lugares de esos asentamientos, sobre todo en Kiryat Shmona y el Golán ocupado. Todo lo que queda, según los funcionarios israelíes, es que las unidades de élite Radwan de Hizbullah marchen a través de ellas.

Ahora, contrasta esto con la falta de visión que “Israel” tiene para su futuro que se desmorona, y mucho menos para el resto de este asedio. Desde que comenzó la amenaza de invasión sionista de Rafah, la Resistencia Palestina había emboscado, disparado y destruido vehículos militares a cada paso. Inmediatamente después de la invasión de Rafah por parte de la entidad sionista, Hizbullah intensificó sus ataques de precisión contra las bases israelíes, golpeando directa y sistemáticamente sus objetivos y destruyendo grupos enteros de soldados. Era evidente que mientras “Israel” pasaba meses en el período previo a la invasión de Rafah jactándose y amenazando, Hamas y Hizbullah pasaban su tiempo preparándose y calculando, intensificando sus ataques con una intensidad y precisión mordaces en ambos frentes.

Mientras Hamas apretaba a “Israel” en tierra, Hizbullah trabajaba para neutralizar y desactivar la superioridad aérea de la que se jactaba “Tel Aviv” desde hacía mucho tiempo. En el frente marítimo, Ansar Allah bloqueó completamente las rutas navales de la entidad sionista, expandiéndose a su cuarta fase de escalada, bloqueando las rutas marítimas sionistas, no solo a través del Mar Rojo sino también de todo el Océano Índico.

El 30 de mayo, en respuesta a su apoyo a Gaza y al ataque de Ansar Allah del sexto avión no tripulado estadounidense MQ9 Reaper de tres millones de dólares, Estados Unidos lanzó un ataque aéreo contra una estación de radio en Hodeidah, en la costa de Yemen, matando a 16 personas e hiriendo a decenas más. En respuesta, Ansar Allah pasó de atacar barcos comerciales vinculados a “Israel” a dañar directamente a los propios portaaviones estadounidenses, llevando a cabo un ataque exitoso contra el USS Dwight D. Eisenhower.

Hoy, los medios de comunicación de la ocupación admiten que han perdido el control de la frontera de la Palestina ocupada con el Líbano, y el regreso de los colonos se ha convertido en otro objetivo imposible, además de otros fallidos.

Más de 100 mil colonos han abandonado la Palestina ocupada (otras estimaciones, sin embargo, hablan de entre 60 mil  y 80 mil), y casi la mitad de los habitantes de las ciudades del norte confían en que no volverán. Históricamente, los colonos han sido la estrategia de anclaje y la palanca para asegurar el control sobre la tierra que ocupa “Israel”. En las primeras semanas de la operación Diluvio de Al-Aqsa, a finales de octubre de 2023, se evacuaron más de 28 asentamientos.

Hoy en día, casi toda la región entre la frontera libanesa-palestina y la línea que va de Nahariya a Safad en la Palestina ocupada está casi desierta. El director general de la oficina del ex primer ministro israelí, Rabin, Shimon Sheves, va un paso más allá, diciendo que “Israel” ha perdido claramente el al-Jalil ocupado, admitiendo que “el cinturón de seguridad con el Líbano pasa ahora a través de la línea Amiad-Acre”.

Mientras tanto, la desintegración de “Israel” se hizo más evidente tanto en términos de territorio como en términos del funcionamiento del gobierno de la entidad de ocupación. Un artículo publicado por Haaretz, como se muestra en el gráfico, destaca la nueva frontera gracias a la Resistencia de Hizbullah “Israel”, tras un posible alto al fuego, no tiene ningún plan ni curso para recuperar la frontera norte del territorio que ocupa, y Hizbullah está en camino de establecer una nueva zona de seguridad.

Después de haber tenido que lidiar con la incapacidad del gobierno de ocupación para devolver a los colonos, el colapso territorial comenzó a tener lugar junto con el administrativo interno dentro de la entidad. El asentamiento de Margaliot, en el norte de la Palestina ocupada, se separó recientemente de la entidad sionista, tras hacerse eco de las fuertes quejas tanto de los colonos como de su administración por la “falta de protección”. En agosto, un mes y medio antes del Diluvio de Al-Aqsa, algunos colonos de ea zona admitieron que preferían la protección de Hizbullah. Días después de la invasión de Rafah, bajo los ataques precisos y sin ser interceptados llevados a cabo por los aviones no tripulados de la Resistencia libanesa los líderes de los asentamientos del norte de “Israel” se reunieron en el foro de la “Zona de Conflicto” de “Israel” para separarse en el “Estado de Galilea” administrado de forma independiente.

Sayyed Nasrallah recordó a los líderes de la entidad sionista la magnitud de sus pérdidas en su último discurso del 31 de mayo. A la luz de las afirmaciones de victoria y éxito del ministro de Seguridad israelí Gallant y del primer ministro Netanyahu, Nasrallah expuso la banalidad de sus afirmaciones, especialmente con alardes vacíos sobre su distancia en la frontera libanesa a la luz de las amenazas israelíes de invadir Líbano durante meses.

Hizbullah añadió sal a la herida al asestar golpes que no solo demostraron una precisión afinada y perfeccionada, sino que también llevaron a cabo ataques a corta distancia, como los de la base de Ramya y las colinas de Kfar Chouba, la aniquilación del cuartel general de la 91ª división militar de la ocupación, o la destrucción el 1 de junio del cuartel general de la 769ª Brigada Oriental en Kiryat Shmona.

El liderazgo de la entidad, por su parte, nunca ha estado tan cerca del colapso total. La refriega entre Netanyahu y su ministro de Seguridad, Gallant, ha llegado a su punto de ruptura, con el jefe de seguridad insistiendo en reconciliarse con el consenso de Washington sobre el futuro del gobierno palestino -un gobierno comprador- y con el primer ministro israelí insistiendo en el dominio sionista completo sobre Gaza.

Un soldado israelí en Gaza amplificó estas divisiones en sus llamamientos a un motín contra el ministro de seguridad israelí -“cambien sus tácticas”, dijo el soldado de las FOI a Gallant en un video viral también republicado por el hijo de Netanyahu, Yair, en las redes sociales- “o nuestro golpe militar les mostrará cómo ganan los verdaderos judíos”.

Mientras tanto, el liderazgo de la ocupación, así como su oposición, siguen en disputa con Netanyahu dispuesto a rechazar el acuerdo de alto al fuego de Biden, y el líder de la oposición, Lapid, insta al primer ministro a aceptarlo.

En el otro extremo, los sionistas de extrema derecha en el gobierno, Ben-Gvir y Smotrich, alineados con Netanyahu, amenazaron con disolver el gobierno por completo si se aprobaba el acuerdo.

La propia Resistencia habilitó las condiciones para que, incluso, llegar a la mesa de negociaciones con la sartén por el mango,  con Estados Unidos e “Israel” inmovilizados en un ultimátum para aceptar una propuesta en última instancia en los términos previamente establecidos o hundirse aún más en la derrota en el campo de batalla.

Después de sufrir grandes pérdidas en Jabalia, el ejército israelí se enfrentó aún más a la realidad de su inminente derrota. El genocidio ya no es el camino para imponer con éxito la voluntad política israelí sobre los palestinos, y la reversión de la expansión y el sabor de la derrota que golpeó por primera vez a la entidad en el año 2000 se acelerará rápidamente hasta la caída de “Israel”.

Como dijo el líder de la Yihad Islámica en Palestina, Abu Hamza, en su último discurso, es “el horror del desgaste lo que expulsará al enemigo de Gaza”. “Tel Aviv” se está quedando sin dinero para ganar más tiempo en su rápida desintegración política, sin cartas que jugar ni en el campo de batalla ni en la arena militar.

Fuente: Almayadeen.