Como ha hecho en otras ocasiones, la extrema derecha se ha apoderado de un homicidio –esta vez en la ciudad alicantina Gata de Gorgos– para intentar soliviantar a la ciudadanía con su veneno racista y xenófobo, sin importarle un bledo el dolor de los familiares de la víctima. Además de difundir sus habituales mensajes incendiarios contra la inmigración, los ultras han redoblado su ofensiva inquisitorial contra aquellos medios que en sus informaciones evitan por norma general identificar la nacionalidad de los delincuentes. Lo preocupante es que esta campaña haya saltado a cadenas de televisión generalistas con altos índices de audiencia.