Saltar ao contido principal

Argentina. Multitudinaria despedida a Nora Cortiñas en la Casa de la Memoria y la Vida: “hasta siempre comandanta Che Norita”, cantaron las y los jóvenes

 


Miles de personas llenaron por completo el amplísimo salón de la Casa de la Memoria y la Vida (ex campo de concentración conocido como Mansión Seré) y los alrededores del mismo. Todos y todas compenetrados con el estado de emoción colectivo que provoca la partida física de esa gran revolucionaria de Argentina y el Tercer Mundo que es Norita Cortiñas.

Mucha juventud que por ratos aplaudía, y otras veces cantaba, impulsados por otra Madre con mayúsculas como es Elia Espén, el mítico tema “La Cigarra” (de María Elena Wash) que tanto le gustaba a Norita. O una versión del “Hasta Siempre” sobre el asesinato del Che, cambiando la estrofa y proclamando, entre aplausos, a la “Comandante Che Norita”.

Muchos adultos mayores, dirían en Venezuela bolivariana, que se los reconocía no solo por las canas sino también por esos interminables y emotivos abrazos, dejando comentarios referentes al momento; “cómo la vamos a extrañar”, o “nunca nos falló Norita cuando acudimos a ella”. Es así nomás, Nora Cortiñas siempre estuvo en todas las barricadas sin preguntar quien la organizaba, sino de qué injusticia se trataba. Y hubo días que llegó a acompañar hasta cuatro convocatorias distintas. A veces cansada de tanto trajinar, pero sin abandonar esa sonrisa de mujer buena y solidaria que la acompañó en todo ese período de búsqueda exigiendo memoria, verdad, justicia. Porque Norita era de esas personas que van a la lucha por la vida con la alegría de estar confiadas en la victoria, por eso cada vez que en la Plaza o en cualquiera de los actos que participaba, recordaba a las 30 mil, y después del “hasta la victoria siempre”, proclamaba sonriendo: “venceremos”, segura de que así será.

Por esas cualidades y muchísimas más el barrio de Ituzaingó donde se realizó el multitudinario funeral, se llenó de voces, de no pocas lágrimas, de abrazos fraternos, buscando en ese ámbito presidido por Norita la fuerza que hace falta para pujar nuevamente por la Argentina que ella deseaba, ese país por el que pelearon los 30 mil compañeros y compañeras detenidos-desaparecidos, con justicia social y sin explotadores ni explotados. Ahora Norita nos seguirá guiando y acompañando, de otra forma, pero con la misma ternura que hizo que siempre, al verla, teníamos ganas de abrazarla y besarla.

Gracias Madre por tanto que nos entregaste. No seguiremos viendo en la Plaza de Mayo y en todas las luchas contra el fascismo.