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https://www.revista5w.com/columnas/despierta-europa-107194

 La ira es lo que cuenta. La amargura es como un cáncer, ‘se come a su huésped’, decía Maya Angelou. Por eso hay que dejarla a un lado y estar cabreado y usar esa ira: ‘Escribirla. Pintarla. Bailarla. Hacerla marchar. Votar con ella. Hacer todo con ella. Comunicarla. Nunca dejar de hablar de ella’. Y yo no la puedo acallar. Me hierve la sangre, me queman las manos, las tripas se me revuelven y la lengua parece ensancharse y sofocarme. Es la ira. La Ira. T. me escribe y me dice: ‘Si no sobrevivo, haz lo que puedas por ellos’. Su esposa y su hijo. Él en Rafah, ellos refugiados en Egipto”.


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