El 20 de mayo fue el Día Mundial de las abejas. A estos animales, vitales para la conservación del medio ambiente y la agricultura, les han asignado un nuevo lugar para vivir, las plantas de producción de energía fotovoltaica.
Las plantas fotovoltaicas españolas ya no son solo filas interminables de placas solares que se mueven al ritmo que marca el sol. Algunas se están convirtiendo en una especie de "reserva natural" fundamentalmente para las abejas, unas inquilinas que parecen haber llegado para quedarse. La apicultura, un sector estratégico para la conservación del medio ambiente y la agricultura, arrastra tres años de sequía. Y la falta de alimento para estos animales está provocando su muerte y la reducción del 80% de la producción de miel en el país. Una situación que está poniendo en serio peligro a este sector ganadero.
Las abejas son polinizadoras, es decir, se alimentan del néctar de las flores y transportan el polen de una flor a otra. Este proceso de polinización es fundamental para la supervivencia de los ecosistemas, y para la producción y reproducción de muchos cultivos, además de plantas silvestres. La crisis climática, la acción del ser humano, los cambios en la forma de cultivar, y los nuevos usos de la tierra están haciendo que la labor de las abejas sea cada vez más complicada. En el caso de España, el sector apícola denuncia que la mortandad de las abejas llega alcanzar el 50% en algunas colonias, lo que se traduce en una catástrofe ecológica y económica nacional e internacional.
España tiene un papel destacado en la apicultura, a nivel mundial por la calidad de la miel española, y a nivel europeo porque acumula el 16% de las colmenas de toda la Unión Europea (UE) y es el principal país en producción profesionalizada de cera y miel, ya que la mayor parte de las colmenas se encuentran en manos de apicultores profesionales (aquellos que tienen más de 500 colmenas), según datos del MAPA -Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación-. Con este panorama, ¿podrían ser los parques solares la respuesta a la delicada situación que están viviendo las abejas y los apicultores en el país?
Las granjas solares, ¿una solución para las abejas?
A comienzos de la presente década llegaron a España las que ya se denominan granjas solares, sobre todo de la mano de las grandes empresas energéticas. Endesa puso en marcha el primer proyecto piloto en la planta solar de Las Corchas, en la localidad sevillana de Carmona. Tras salir a concurso, en 2020 la empresa local Loramiel fue la ganadora y de su mano se instaló el primer apiario solar.
Actualmente, esta granja solar de abejas se complementa con el proyecto de agrivoltaica de cultivo ecológico de aromáticas, ya que resultan "sinérgicas con la actividad de apicultura por su alto grado de polinización", explican fuentes de Endesa. Juan Ignacio López, de Loramiel, es la cuarta generación de apicultores en la familia y corrobora que "la experiencia ha sido un éxito" y que están "muy contentos" porque las más de 80.000 abejas que viven y trabajan en el entorno de las placas solares producen más de 500 kilos de miel al año, en un entorno de biodiversidad. "Han plantado aromáticas y eso importante", señala el apicultor, que también valora que, al tratarse de una planta solar, es zona libre de pesticidas.En cuanto al impacto de este experimento en las abejas los apicultores "no se han encontrado interferencias negativas, ni en la producción de miel ni en el estado de las abejas, que no han sufrido cambios de comportamiento ni estrés, desde la puesta en marcha de este proyecto en 2020", asegura el responsable del proyecto de Carmona, Daniel, y lo subrayan desde la Asociación de Amigos de las Abejas. Unos datos que han corroborado con la implantación de un sistema de sonometría, temperatura y humedad de estos animales, con la colaboración de las biólogas del Rincón de la Abeja, que en 2023 han monitorizado estos parámetros para elaborar un informe de la salud de las colmenas y su impacto sobre la biodiversidad del entorno.
Para la implantación del proyecto, se ha vallado un espacio específico para las colmenas, se han plantado aromáticas, y se han puesto en marcha formación y acciones complementarias "que aumentan la visibilidad de marca del apicultor", explica Daniel Romero. El responsable destaca que lo que caracteriza a este proyecto frente a otros es la "cadena de acciones de carácter social" y las alianzas que "generan una corriente positiva" en toda la zona.
Los apicultores son parte vital porque ellos "aportan el conocimiento" necesario para redactar, por ejemplo, "la normativa de seguridad y salud" que implica el trabajo con abejas, "algo que nunca antes habíamos hecho", añade el responsable. Por ello se colocaron las colmenas a 50 metros de los paneles solares, con el objeto de limitar el riesgo de las personas que acceden a los paneles. Hasta la fecha han pasado por la planta fotovoltaica más de 300 personas "sin incidencias", aseguran.
A través de su filial renovable, Enel Green Power España (EGPE), la energética ha registrado una marca especial para la miel producida en los apiarios que ha instalado en el entorno de sus plantas renovables, "Miel Solar energía de Endesa®". En este sentido, Justicia Alimentaria ha alzado la voz para señalar las "dudas" que les suscita la marca registrada por Endesa en 2023 en la Oficina Española de Patentes y Marcas. Este organismo califica como peculiares los conceptos "miel solar", "colmena fotovoltaica" o apiario solar, y apuntan que podrían "entrar perfectamente en la categoría de prácticas de blanqueo ecológico". Justicia alimentaria, en un texto hecho público, defiende que la "miel solar" no existe y que, por lo tanto, la iniciativa de Endesa es una "práctica comercial engañosa que no ayuda a elegir mejor la compra", tal y como reza el texto europeo y que se deberá incorporar al ordenamiento jurídico español antes de 24 meses.
Otras empresas como Iberdrola, también se han sumado a la moda de las granjas de abejas. Las energéticas defienden que estos proyectos permiten "mitigar" los principales inconvenientes más impopulares entre la población rural de los parques solares, entre los que Inmaculada Fiteni, directora de Creación de Valor Compartido y Sostenibilidad en Endesa enumera: "La ocupación de amplias extensiones de terreno, la reducción de espacio disponible para el desarrollo de otras actividades del sector primario y la pérdida de biodiversidad".
Los apicultores que han participado en estas experiencias, destacan que "están siendo positivas para la apicultura" en términos de producción. Otros, sin embargo, los que se ven acechados por la implantación de parques solares de empresas menores o particulares, se han visto obligados a cambiar de ubicación sus colmenas. Es el caso de Vanesa Iglesias, que ha tenido que moverse en dos ocasiones por la puesta en marcha de parques solares en los terrenos que hasta entonces le habían prestado sus propietarios para alojar sus colmenas. La apicultora explica que "el prejuicio no va más allá del hecho de tener que buscar otro emplazamiento" y que en la mayoría de las ocasiones este problema se resuelve "de manera sencilla" dada la buena relación que existe entre las partes implicadas: el propietario del terreno y el apicultor. Aun así es consciente de que esta práctica se está empezando a ver con más frecuencia y que tendrá que "ser estudiada" también por los órganos competentes.
Estados Unidos, el impulsor de esta idea
Las primeras experiencias de esta convivencia se dieron en Estados Unidos. En el año 2019, Investigadores del Laboratorio Argonne, del Departamento de Energía Renovable (DOE) del país estadounidense, concluyeron que el terreno que queda alrededor de los paneles solares "podría proporcionar un entorno ideal para las plantas silvestres que atraen a los polarizadores y así ayudar a la supervivencia de las abejas y las mariposas". Una conclusión a la que el equipo investigador llegó tras observar cerca 2.800 de estas instalaciones. Tras el resultado del informe, una compañía solar de Minnesota plantó vegetación amigable para los polinizadores y se empezaron a utilizar los diferentes enclaves de esta empresa para albergar colmenas de abejas.
Un estudio llevado a cabo en el Reino Unido unos años antes, en 2016, respalda los hallazgos de Estados Unidos, ya que concluye que "las granjas solares tienen un impacto positivo en la biodiversidad para una variedad de especies de plantas y animales cuando se combinan con un plan de manejo de tierras adecuado, en particular, plantas de hoja ancha, pastos, mariposas, abejorros, y pájaros".
Un sector que atraviesa su peor momento
El sector "está peor que nunca", denuncia Vanesa Iglesias Martín, responsable de apicultura de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA). Al problema de la adulteración de la miel, o la falta de claridad en los etiquetados, se suma la presencia "destructora" de la varroa, un parásito que "se coloca en el abdomen de las abejas, como una garrapata, y les destroza el aparato digestivo acabando así con su vida", explica Vanesa Iglesias.
En la actualidad solo existe un tratamiento, pero está resultando "claramente insuficiente" ya que un colmenar afectado con varroa "desaparece en un tiempo récord sin que los apicultores podamos hacer nada", sentencia la responsable de apicultura de ASAJA. Para paliar el impacto que esta plaga está teniendo en las abejas españolas, los sindicatos agrarios piden al Ministerio que no solo invierta en investigación, sino que se implique en la búsqueda de un nuevo tratamiento que sea capaz de hacer frente a este parásito que "ya se ha hecho fuerte" a los tratamientos que existen ahora. ASAJA mantiene que es posible que a las farmacéuticas "que están vendiendo el doble del tratamiento actual por la delicada situación" no les interese sacar al mercado una alternativa, "de ahí la necesidad de que el Estado se implique", responde Iglesias.
Uno de los temas que se está negociando con el Ministerio en este momento es "incluir alguna sustancia en la alimentación complementaria de las abejas" para combatir la varroa, explica la apicultura. Por el momento, están haciendo investigaciones, ya que "no todas las sustancias pueden aplicarse al ser la miel un alimento", subraya Iglesias. En cuanto a la posible eliminación de la subvención a la alimentación complementaria para los apiarios y a la cera, una amenaza que también sobrevuela al sector de la apicultura en este momento, Iglesias sostiene que "sería contraproducente dado el momento tan difícil que estamos atravesando". Como alternativa, algunos sindicatos profesionales han propuesto al ministro, Luís Planas, que se dote al sector de una ayuda directa "para que cada apicultor la invierta donde necesite" y señalan que la apicultura "es un sector pequeño dentro de la ganadería, pero es un sector vital" para el conjunto de la sociedad.
Son animales muy inteligentes y adaptativos, se desplazan a varios kilómetros, su contacto directo no va a ser negativo. Salvo que hay zonas en las que los apicultores pierden los asentamientos.
Las Hurdes, donde las abejas son una de las pocas esperanzas
La histórica comarca de Las Hurdes, ubicada en el norte de la provincia de Cáceres, se abre paso entre montañas "es una tierra muy dura, aquí solo hay olivos, y abejas", explica Vanessa. En una zona de poco más de 1.000 habitantes, la Asociación Cacereña de Apicultores (ACA) registra un censo de 203.195 colmenas, y 331 socios, todos ellos profesionales. Gran parte son jóvenes y el 40% mujeres, algo "muy importante, no solo para la apicultura sino para el sector ganadero y para Las Hurdes", apunta Vanesa.
Esta auxiliar de clínica llegó a la apicultura de la mano de su marido, descendiente de una saga familiar de apicultores, y decidió dejar su trabajo para dedicarse íntegramente a las abejas. "Tiene algo que engancha, no es un proceso mecánico, cada apiario tiene unas necesidades, siempre distintas", cuenta la apicultora que, además invita a quien la desconozca a acercarse porque asegura que "no deja a nadie indiferente" porque "es un mundo único", subraya.
En zonas de la España más deprimida, como Las Hurdes, las abejas suponen una oportunidad "casi la única", matiza Vanessa, para los jóvenes que quieren quedarse a vivir y trabajar en sus pueblos, en un momento en el que el relevo generacional es escaso y complejo para el sector primario.
"Firmes defensores de la apicultura" en Las Hurdes y en otros territorios de España, el sector profesional de la apicultura pide a las administraciones públicas una mayor implicación para "sacar adelante" a un sector "vital" que, como subrayan desde ASAJA y el resto de organizaciones agrarias, "está viviendo su peor momento".