Se equivoca la entidad sionista: el pueblo palestino no solo es heroico sino dotado de una inmensa paciencia, que lo convierte en invencible. Sabe que el 7 de octubre significó y significa un punto de no retorno, el “basta ya” que suelen dar los pueblos cuando se rebelan después de años de sufrimiento, y que a pesar del inmenso dolor de ya contar alrededor de 50 mil asesinados (35 mil en las cifras oficiales y alrededor de 15 mil debajo de las viviendas bombardeadas) nadie opta por retroceder o huir del país. Al contrario, muchos que estaban en la diáspora han regresado para aferrarse con sus hermanos y hermanas a esa tierra que la ocupación quiere convertir en “un país sin gente”, como anhelaba otra déspota llamada Golda Meir. El pueblo palestino no está solo, lo acompaña el “Eje de la resistencia”, desde Siria e Irak a Yemen, desde Irán a Hezbolah, pero también junto a él están los miles y miles de estudiantes de Estados Unidos, musulmanes, cristianos y judíos antisionistas, gente sensible, que odian los crímenes que arropa su propio país. Valientes y solidarios internacionalistas que han ocupado con sus tiendas de campaña los campus, y resisten a los golpes de las jaurías policiales que no son distintos a los militares “israelíes”. Ese ejemplo surgido desde las entrañas del monstruo, se ha ido extendiendo por todo el mundo y hoy se puede decir que en cada continente, la causa palestina tiene millones que la defienden. La única y constatable ausencia siguen siendo las llamadas “instituciones internacionales”, descarados en su no accionar, hipócritas en sus declaraciones, y sin duda, cómplices de la intención de Washington y Tel Aviv de proseguir con el Holocausto del pueblo palestino. Son enormemente parecidos todos ellos, junto con los mandatarios de la Unión Europea o los que no escasean en otros puntos del planeta, a quienes decían oponerse a Hitler y actuaban como colaboracionistas de sus crímenes. Las bombas siguen cayendo sobre Rafah, como antes lo hicieron en el resto de la heroica Gaza, las tropas sionistas no dejan de invadir todos los días pueblos de Cisjordania ocupada, asesinando a los mejores jóvenes de cada sitio o aumentando la lista de encarcelados (ya son 12 mil los y las rehenes en cárceles sionistas), pero no caben dudas que la victoria palestina está cercana. Parece una incongruencia o a lo sumo una expresión de deseos, pero si realmente se piensa de esa manera, es porque realmente se desconoce de cuanto amor por la libertad corre por las venas de este pueblo. Desde el río hasta el mar, Palestina será libre.
La tan anunciada masacre masiva en Rafah ya se está produciendo. Por aire y por tierra, efectivos militares “israelíes” invaden Rafah y lo hacen con toda la fuerza criminal que caracteriza a la entidad sionista. Durante estas dos últimas semanas ya se habían producido bombardeos “de ablande” sobre viviendas y las tiendas de campaña donde malviven alrededor de un millón y medio de palestinos y palestinas, pero lo que está ocurriendo por estas horas amenaza con ser catastrófico a nivel de muertos y heridos, muchas de ellas mujeres y niños.
Las informaciones se suceden y nos hablan de nuevos mártires como resultado del bombardeo de las Fuerzas militares de la ocupación a una casa en el oeste de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza. O que se están llevando a cabo violentos cinturones de fuego en el sur de Rafah, mientras helicópteros y tanques disparan en el este. Intensos bombardeos de artillería tienen como objetivo el cruce de Rafah, el cruce “Kerem Shalom” y los barrios orientales de Rafah. Los vehículos blindados “israelíes” también están abriendo fuego al suroeste de la ciudad de Gaza, en el norte, aseguran comunicadores y comunicadoras palestinas que se juegan el cuerpo tratando de contarle al mundo el horror que están viviendo.
Esta es la respuesta del criminal de guerra Netanyahu a la esperada aceptación -conocida hoy- por parte de Hamás y todas las facciones de la Resistencia palestina a los puntos del acuerdo, que tanto se reclamaba para lograr un alto el fuego. Netanyahu no acepta la paz, quiere más y más guerra porque de esa manera logra sostenerse en el gobierno. De lo contrario caería por su propio peso y no solo eso, debería enfrentar cientos de acusaciones por corrupción, autoritarismo desenfrenado, crímenes de lesa humanidad y un largo etcétera. Por eso, su “salvación” está en huir hacia adelante, asesinando cuantos más palestinos se pueda, acusando a niños, niñas, mujeres, ancianos, médicos, periodistas, de ser “combatientes” de Hamás.
La tan anunciada masacre masiva en Rafah ya se está produciendo. Por aire y por tierra, efectivos militares “israelíes” invaden Rafah y lo hacen con toda la fuerza criminal que caracteriza a la entidad sionista. Durante estas dos últimas semanas ya se habían producido bombardeos “de ablande” sobre viviendas y las tiendas de campaña donde malviven alrededor de un millón y medio de palestinos y palestinas, pero lo que está ocurriendo por estas horas amenaza con ser catastrófico a nivel de muertos y heridos, muchas de ellas mujeres y niños.
Las informaciones se suceden y nos hablan de nuevos mártires como resultado del bombardeo de las Fuerzas militares de la ocupación a una casa en el oeste de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza. O que se están llevando a cabo violentos cinturones de fuego en el sur de Rafah, mientras helicópteros y tanques disparan en el este. Intensos bombardeos de artillería tienen como objetivo el cruce de Rafah, el cruce “Kerem Shalom” y los barrios orientales de Rafah. Los vehículos blindados “israelíes” también están abriendo fuego al suroeste de la ciudad de Gaza, en el norte, aseguran comunicadores y comunicadoras palestinas que se juegan el cuerpo tratando de contarle al mundo el horror que están viviendo.
Esta es la respuesta del criminal de guerra Netanyahu a la esperada aceptación -conocida hoy- por parte de Hamás y todas las facciones de la Resistencia palestina a los puntos del acuerdo, que tanto se reclamaba para lograr un alto el fuego. Netanyahu no acepta la paz, quiere más y más guerra porque de esa manera logra sostenerse en el gobierno. De lo contrario caería por su propio peso y no solo eso, debería enfrentar cientos de acusaciones por corrupción, autoritarismo desenfrenado, crímenes de lesa humanidad y un largo etcétera. Por eso, su “salvación” está en huir hacia adelante, asesinando cuantos más palestinos se pueda, acusando a niños, niñas, mujeres, ancianos, médicos, periodistas, de ser “combatientes” de Hamás.
Sin embargo, Netanyahu y toda la cúpula sionista que lo rodea, saben bien que la Resistencia sigue en pie y luchando en una batalla desigual pero no imposible de vencer, y de allí la desesperación del alto mando sionista que ahora se inventa otra gran mentira de poder encontrar en Rafah la posibilidad de “acabar” su cometido de dejar Gaza totalmente bajo los escombros.