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Rompiendo mitos sobre el autismo

 



Son niños superdotados, se cura con tratamientos o es consecuencia de las vacunas. Estas son algunas de las falsas creencias que todavía persisten sobre el trastorno del espectro del autismo.  

 

De acuerdo con el Ministerio de Sanidad, el trastorno del espectro autista (TEA) “es una alteración del desarrollo neurológico y el funcionamiento cerebral que produce dificultades principalmente en la interacción social, el lenguaje y en la flexibilidad del pensamiento y de la conducta”.

Se trata de una condición que afecta a la forma de pensar y comportarse, a la comunicación y la interacción con los demás. De acuerdo con los datos de la Confederación Autismo España, “1 de cada 100 personas en España lo presenta”.

 

Con motivo de la celebración del Día de Concienciación del Autismo, que se celebra hoy 2 de abril, desmentimos los mitos más frecuentes de la mano de la psicóloga María Verde Cagiao, del área de Investigación de la Confederación de Autismo España, y Cati Palmer, integrante del equipo técnico de la Fundación Amadip Esment.

 

Son niños superdotados  

Falso. Las series de televisión y las películas han generado un perfil del autismo con habilidades distintas a las habituales o personas consideradas genios. Esta generalización ha incrementado la construcción de un mito en torno a los afectados: “De la misma manera que no todas las personas autistas presentan discapacidad intelectual, tampoco es posible generalizar afirmando que todas tienen un talento excepcional”, explica María Verde Cagiao, psicóloga de la Confederación de Autismo España.

 

Cati Palmer, de la Fundación Amadip Esment, explica que a estas habilidades se les conoce como “islotes de capacidad” o “habilidades savants”, relacionadas con intereses o conocimientos restringidos en los que pueden especializarse. “Muchas de estas habilidades se explican por su estilo cognitivo particular que les permite detectar patrones y detalles con facilidad. Eso supone que lo que era un defecto, a veces, pueda convertirse en una virtud”, comenta.

 

Es una fase, se cura cuando crecen 

Falso. “No es una fase, ni se presenta solo en la infancia”, señala la psicóloga María Verde. El autismo no está considerado como una enfermedad, más bien como una condición que acompaña a la persona a lo largo de su vida.

El autismo se cura con tratamiento y medicamentos  

Como apuntábamos anteriormente, el autismo no se cura. Si bien, comenta Cati Palmer, al detectarse de forma temprana e interviniendo correctamente se puede mejorar la calidad de vida de los afectados.

María Verde enumera a INFOVERITAS cuáles son los únicos abordajes recomendados para personas con TEA: de carácter psicoeducativo, orientados a desarrollar sus fortalezas y que promuevan su participación social.

 

Entre los tratamientos más comunes se encuentra la combinación de terapias e intervenciones con el objetivo de propiciar los aspectos que mejoran su día a día, acompañadas por el conocimiento científico y profesional, así como los intereses de las personas, y sus familiares.

 

Se debe a las vacunas 

Falso. Actualmente no se conoce el origen de este trastorno, pero no guarda ninguna relación con las vacunas. En la página web del Ministerio de Sanidad señala que el origen de esta falsa relación está en la publicación en 1998 de un estudio de un grupo de investigación en el Reino Unido en la prestigiosa revista científica The Lancet que relacionaba la vacuna triple vírica (sarampión-rubeola-paperas) con el desarrollo de autismo.

 

No obstante, más tarde, se descubrió que era un estudio con escasa evidencia científica (ya que, entre otras cosas, incluía únicamente 12 niños) y, además, fraudulento. De hecho, la revista retiró el artículo en 2010.

Además, los datos encargados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyeron que no había relación entre el uso de conservantes en vacunas, como el tiomersal, y el autismo.

Dependen de sus padres toda la vida 

Falso. Lo primero, se debe subrayar que es una condición que no afecta de la misma manera a todas las personas que la sufren. Cati Palmer señala que se pueden encontrar personas con una forma de ser y funcionar muy diferente.

 

“Entendemos que puede darse el perfil de una persona con alteraciones graves asociadas a la discapacidad intelectual, u otras con dificultades más sutiles, incluso con un nivel de inteligencia superior a la media”, agrega la experta.  

 

Por tanto, las personas con autismo grave serán dependientes toda su vida, mientras que aquellas que tengan un grado más leve serán independientes.

 

Tienen problemas neurológicos 

 La creencia que relaciona que las personas afectadas por el TEA con problemas neurológicos que afectan a su capacidad intelectual, autoestima y relaciones sociales también es falsa. Algunas personas con autismo presentan discapacidad intelectual, pero no la totalidad del colectivo.

 

Las personas con TEA son agresivas y tienden a aislarse 

Tanto María Verde como Cati Palmer explican que un entorno hostil o tras haber sido víctimas de burlas, agresiones o acoso los afectados pueden desarrollar conductas inadecuadas. Pero que, de nuevo, tendemos a generalizar. Estas conductas responden a niveles elevados de estrés, ansiedad, frustración o malestar. “Es imprescindible analizar las circunstancias en las que esta conducta se ha producido”, apunta María Verde.

De la misma manera, es un error concebir que todas las personas bajo esta condición tienden a buscar la soledad y rechazan el contacto con otras personas.  

 

María señala que las personas autistas tienen interés en relacionarse con los demás, aunque dado a su sensibilidad con determinados estímulos, pueden no sentirse cómodos en algunas situaciones. “Sin embargo, las personas autistas pueden afrontar las demandas cotidianas y participar activamente en la sociedad si cuentan con los apoyos necesarios y los ajustes apropiados en el entorno”, explica María

La falta de cariño de los progenitores puede provocar autismo

Aunque no se conoce la causa de la aparición del TEA, sí se sabe que está relacionado con el desarrollo neurobiológico, con fuerte implicación genética. Se descarta esta premisa, puesto que una persona nace con autismo.

 

Además, Cati Palmer destaca que hay casos de niños que han desarrollado este trastorno en entornos familiares de ternura y afecto.

 

Fuentes

Página de la Organización Mundial de la Salud

Confederación de Autismo España  

Informe del Ministerio de Sanidad sobre el Autismo y las vacunas

Declaraciones de María Verde Cagiao, del área de Investigación de la Confederación de Autismo España

Declaraciones de Cati Palmer, integrante del equipo técnico de la Fundación Amadip Esment