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El Premio Couso recae en dos periodistas iraníes que no podrán recogerlo por la censura

 El Colexio de Xornalistas y el Club de Prensa han anunciado el fallo este viernes en el consistorio ferrolano


Las periodistas iraníes Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi son las ganadoras de la vigésima edición del Premio José Couso a la libertad de prensa, que otorga el Colexio de Xornalistas y el Club de Prensa de Ferrol a través de las votaciones de sus miembros. El fallo se anunciaba este viernes en el consistorio ferrolano, avanzando que las profesionales no podrán recibir el galardón ni siquiera en la distancia, precisamente, porque están envueltas en un proceso judicial en su país que les impide entrar en contacto con el extranjero.

 

El alcalde de Ferrol, José Manuel Rey Varela, presidió la lectura del fallo en el Salón de Recepciones. Un acto que contó con la presencia del decano del Colexio, Paco Sarria; la presidenta del Club de Prensa, Julia Díaz, y el secretario de la entidad colegial, Darío Janeiro, además de concejales de la Corporación ferrolana. 

Nilufar Hamedi (Babol, 1992) trabaja en el diario reformista Shargh y, dentro de sus labores periodísticas, el 16 de septiembre de 2022 consiguió acceder al hospital de Teherán donde estaba en coma la joven Mahsa Amini, que había sido detenido por la policía de la moral por llevar, supuestamente, el velo de forma "inadecuada". La fotografía que le hizo a los padres saliendo abrazados del centro médico se hizo viral durante las protestas que sucedieron a la muerte de la chica de tan solo 22 años.

 

Heroínas de la libertad de prensa

 

Por su parte, Elaheh Mohammadi (Teherán, 1986) es reportera de sociedad y temas de mujer en el periódico Ham-Mihan. También en septiembre de 2022 se trasladó a Saqqez para cubrir el funeral de Amini e informó sobre los ataques de la policía en los actos fúnebres. Ambas fueron detenidas días después. A la primera, la condenaron a 13 años por supuesta colaboración con Estados Unidos y conspiración contra la seguridad nacional, además de propaganda contra la República islámica, los mismos cargos que a la segunda, que acumula 12 años de pena.

 

Fueron encarceladas en la prisión de Evin, conocida por acoger la mayor parte de disidentes iraníes en prisión. Fue el pasado 14 de enero, tras numerosas protestas, cuando fueron puestas en libertad bajo fianza después de pasar 15 meses encarceladas. No obstante, pesa sobre ellas la prohibición de dejar el país y ejercer la profesión, además de haber sido denunciadas por no llevar el velo al día siguiente de su liberación. Asimismo, informan desde el Colexio que no pueden mantener ningún tipo de contacto con entidades extranjeras, de modo que, al menos por el momento, no han podido recibir información ni de que han sido premiadas.