Palestina. Un dátil envuelto en gasa, es el alimento de los bebés palestinos: ¿La ONU, UNICEF y todos los organismos internacionales, dónde están?
La escasez de alimentos ha sido un problema en todo el enclave palestino desde el inicio de la agresión de “Israel” contra Gaza, pero es particularmente grave en el norte de Gaza, donde las entregas de ayuda han sido más escasas durante más tiempo.
Después de sobrevivir con panes amargos elaborados con piensos para animales en lugar de harina adecuada, tres jóvenes hermanos que huyeron de su hogar en la ciudad de Gaza para instalarse en una tienda de campaña más al sur comían de un recipiente con halawa, un dulce de pasta quebradiza.
Seraj Shehada, de ocho años, y sus hermanos Ismail, de nueve, y Saad, de 11, dijeron que habían huido en secreto para refugiarse con su tía en su tienda de campaña en Deir al-Balah, en el centro de Gaza, porque no había nada para comer en Gaza.
“Cuando estábamos en la ciudad de Gaza, no comíamos nada. Comíamos cada dos días”, dijo Seraj Shehada, mientras los tres niños comían el halawa directamente del recipiente, con una cuchara. “Comíamos comida para pájaros y burros, cualquier cosa”, dijo, refiriéndose a los panes elaborados con cereales y semillas destinadas al consumo animal. “Día tras día, esta comida”.
La escasez de alimentos ha sido un problema en todo el enclave palestino desde el inicio de la agresión de “Israel” contra Gaza, pero es particularmente grave en el norte de Gaza, donde las entregas de ayuda han sido más escasas durante más tiempo.
Algunos de los pocos camiones de ayuda que llegaron al norte han sido acosados por multitudes desesperadas y hambrientas, mientras que los trabajadores humanitarios han informado haber visto personas delgadas y visiblemente hambrientas con los ojos hundidos.
En el centro de Gaza, la situación es ligeramente mejor, pero aún está lejos de ser fácil. En el campo de refugiados de Al-Nuseirat, justo al norte de Deir al-Balah, Warda Mattar, una madre desplazada que se refugia en una escuela con su bebé de dos meses, le estaba dando un dátil envuelto en una gasa para que lo chupara, por falta de leche. “Se supone que mi hijo debe tomar leche cuando es recién nacido, ya sea natural o de fórmula, pero no pude conseguirle leche porque no hay leche en Gaza”, dijo Mattar.
Un pan pequeño de pienso animal cada dos días
En la tienda de Deir al-Balah, los tres hermanos dijeron que habían perdido a su madre, a otro hermano y a varias tías en la guerra. Se quedaron con su padre y su abuela, y casi nada para comer aparte de panes hechos con piensos para animales, dijo el hermano mayor, Saad Shehada.
“Era amargo. No queríamos comerlo. Nos obligaban a comerlo, un pan pequeño cada dos días”, dijo, y agregó que bebían agua salada y se enfermaban, y no había forma de lavarse o su ropa.“Vinimos en secreto a Deir al-Balah. No se lo dijimos a nuestro padre”, dijo.
La tía de los niños, Eman Shehada, los cuidaba lo mejor que podía. Embarazada casi a término, dijo que había perdido a su marido en la guerra y quedó sola con su hija, una pequeña. “No recibo la nutrición necesaria, por lo que me siento cansada y mareada”, afirmó. No puede permitirse ni siquiera comprar un kilo de patatas. “No sé cómo manejar nuestros asuntos con estos tres niños, mi hija y yo estoy embarazada, puedo dar a luz en cualquier momento”.
La guerra ha desplazado a la mayoría de los 2,3 millones de habitantes de Gaza y ha causado hambre y enfermedades generalizadas.
Fuente: Al Mayadeen