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«Las empresas de armas de Europa están de fiesta y les ha dado un subidón»

 


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La industria de las armas o de la «defensa», como les gusta llamarla ahora, está en primer plano. Europa ya no está en la onda de crear espacios de paz en el mundo, sino que ahora destina 1.500 millones de euros al complejo militar industrial. ¿Qué les ha pasado a los finlandeses y a estos pueblos nórdicos, que eran aparentemente conocidos por sus modelos educativos y de pacifismo? ¿Acaso les parece mejor migrar hacia la barbarie vikinga, con espada incluida? Sí, parece que estos pueblos han decidido unirse a una organización belicista, en lugar de luchar para crear condiciones de protección de los pueblos y de concordia.

Claro, nos dirán que todo se hace por la «seguridad de Europa». Nada más falso, pues al entrar en una carrera armamentista ya comienzas a poner en peligro a las poblaciones desde el minuto uno. Europa no tiene fondo, lo ha perdido, y sus gentes están idiotizadas con las tecnologías de la comunicación y no discuten la realidad que se les presenta cada día. Se ha eliminado el pensamiento crítico y objetivo, las personas no piensan y, cuando lo hacen, piensan mal o creen lo que les llega por las pantallas.

Así que las empresas de armas de Europa están de fiesta y les ha dado un subidón. Tienen mucho interés en «defender» a los ucranianos, pero ningún motivo para ayudar a los palestinos. Esto solo trae problemas. Pareciera que quieren atajar las crisis fabricando más armas, más guerras... Y los pueblos son los que siempre salen perdiendo de estas. Veremos a ver a dónde llega toda esta producción dantesca. Jesús Antonio Fernández Olmedo.