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hile. Militarismo progre: Siempre se puede ser más facho

 



El progrerío pretende, siguiendo la política permanente de la derecha reaccionaria, sacar a los milicos de sus cuarteles para solucionar problemas inherentes al modelo neoliberal, segregador y clasista, que crea las condiciones para el surgimiento del crimen organizado, el narcotráfico y el sicariato.

Prepararon el camino con una insistente campaña de temor y amedrentamiento, sostenida por la oligarquía y su maquinaria mediática. Presentan las crisis económicas y sociales del capitalismo, también como una consecuencia del desorden y la insubordinación de las clases populares que luchan por mejorar sus condiciones de vida y se oponen al disciplinamiento ciego del capital. El fenómeno delictual, por tanto, es absolutamente funcional a los mecanismos de dominación y control jurídico-represivos.

Hablan de empoderar a las mismas fuerzas armadas que cuentan con un histórico prontuario represivo en contra del movimiento popular y de los pueblos originarios. El exterminio de pueblos enteros, la guerra criminal contra la nación Mapuche, las masacres obreras y campesinas siguen en la memoria de lxs pobres y explotadxs. Son el complemente perfecto para las policías corruptas y mafiosas del Estado chileno.

Milicos que no dudan en disparar, torturar y encarcelar. Que cuentan con una férrea estructura que replica la sociedad de clases, jerarquizados, entrenados y equipados por los imperialismos occidentales y el sionismo israelí. Cuya doctrina de seguridad es una abierta declaración de guerra contra el Pueblo.

Esto no es suposición ni especulación, lo vimos recientemente durante la Revuelta Popular iniciada el 2019 y en la ocupación militar del Wallmapu que se extiende hasta hoy.

Fuera los milicos de las calles y el Wallmapu!