Saltar ao contido principal

Assange se salva, por ahora, de la extradición a EEUU debido al riesgo de ser condenado a muerte

 

El Tribunal Superior de Justicia británico ha aceptado a trámite tres de las argumentaciones presentadas por la defensa del periodista. Esta es su última oportunidad para rechazar la extradición a EEUU en la jurisdicción británica.



Julian Assange, fundador de Wikileaks, salva los muebles por última vez. Al menos por ahora. La mañana del 26 de marzo se ha hecho pública la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Londres por la que se amplía el plazo para evaluar tres de los ocho puntos de apelación presentados por la defensa del periodista el pasado mes de febrero, a la espera de que EEUU presente sus garantías al respecto.

Los tres argumentos inicialmente aceptados por el Alto Tribunal tratan sobre la posibilidad de que la extradición de Assange vulnere la libertad de prensa, el hecho de que pueda recibir un trato discriminatorio y el riesgo de que sea condenado a pena de muerte. Los otros cinco puntos han sido directamente rechazados. Esta es la última baza que el australiano puede jugar en territorio británico para esquivar la extradición a EEUU.Si EEUU presenta garantías de que no se incumplirán ninguno de estos tres puntos –que son aceptadas por la Justicia inglesa– la apelación de Assange sería definitivamente rechazada, agotando la jurisdicción británica y dando comienzo al proceso de extradición. En el caso de que EEUU no presente dichas garantías o de que estas resulten insuficientes a la Justicia británica, los tres puntos se admitirían a trámite, iniciándose un nuevo procedimiento judicial.

El país norteamericano lleva cinco años solicitando la entrega de Assange, a quien acusa de haber cometido 18 delitos informáticos y de espionaje por la publicación de informaciones que revelaron numerosos escándalos cometidos por Washington, incluidos crímenes de guerra contra población civil en Oriente Medio. Los cargos  suman una pena máxima de hasta 175 años de prisión o, incluso, como estudia ahora Reino Unido pena de muerte.

Así lo evidenció el propio abogado del secretario de Estado de Interior británico en la vista de la apelación, celebrada en Londres entre el 20 y el 21 de febrero. Tal y como confirmaron a Público fuentes presentes en la audiencia, el secretario declaró que: "Sería muy difícil [para EEUU] ofrecer garantías para evitar que se imponga [a Assange] la pena de muerte".

La clave se encuentra en el delito de traición, del que el periodista es acusado y cuya pena máxima es la capital, según la ley de Espionaje vigente en el país norteamericano. La posibilidad de que reciba este castigo es contraria al acuerdo de extradición vigente entre Washington y Londres, que determina que el país europeo –que abolió la pena de muerte en 1965– no puede entregar a un acusado si este puede ser condenado a muerte. La propia diplomacia británica aseguró en 2020 que no extraditarían a Assange de existir dicho peligro.

Los jueces ingleses, Victoria Sharp y Adam Johnson, también esperan recibir garantías de Estados Unidos relativas a la argumentación sobre la libertad de prensa, recogido en el artículo 10 de la Convención para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, a la que Reino Unido está suscrita.


Julian Assange, fundador de Wikileaks, salva los muebles por última vez. Al menos por ahora. La mañana del 26 de marzo se ha hecho pública la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Londres por la que se amplía el plazo para evaluar tres de los ocho puntos de apelación presentados por la defensa del periodista el pasado mes de febrero, a la espera de que EEUU presente sus garantías al respecto.

Los tres argumentos inicialmente aceptados por el Alto Tribunal tratan sobre la posibilidad de que la extradición de Assange vulnere la libertad de prensa, el hecho de que pueda recibir un trato discriminatorio y el riesgo de que sea condenado a pena de muerte. Los otros cinco puntos han sido directamente rechazados. Esta es la última baza que el australiano puede jugar en territorio británico para esquivar la extradición a EEUU.

Thank you for watching

Si EEUU presenta garantías de que no se incumplirán ninguno de estos tres puntos –que son aceptadas por la Justicia inglesa– la apelación de Assange sería definitivamente rechazada, agotando la jurisdicción británica y dando comienzo al proceso de extradición. En el caso de que EEUU no presente dichas garantías o de que estas resulten insuficientes a la Justicia británica, los tres puntos se admitirían a trámite, iniciándose un nuevo procedimiento judicial.

El país norteamericano lleva cinco años solicitando la entrega de Assange, a quien acusa de haber cometido 18 delitos informáticos y de espionaje por la publicación de informaciones que revelaron numerosos escándalos cometidos por Washington, incluidos crímenes de guerra contra población civil en Oriente Medio. Los cargos  suman una pena máxima de hasta 175 años de prisión o, incluso, como estudia ahora Reino Unido pena de muerte.

Así lo evidenció el propio abogado del secretario de Estado de Interior británico en la vista de la apelación, celebrada en Londres entre el 20 y el 21 de febrero. Tal y como confirmaron a Público fuentes presentes en la audiencia, el secretario declaró que: "Sería muy difícil [para EEUU] ofrecer garantías para evitar que se imponga [a Assange] la pena de muerte".

La clave se encuentra en el delito de traición, del que el periodista es acusado y cuya pena máxima es la capital, según la ley de Espionaje vigente en el país norteamericano. La posibilidad de que reciba este castigo es contraria al acuerdo de extradición vigente entre Washington y Londres, que determina que el país europeo –que abolió la pena de muerte en 1965– no puede entregar a un acusado si este puede ser condenado a muerte. La propia diplomacia británica aseguró en 2020 que no extraditarían a Assange de existir dicho peligro.

Los jueces ingleses, Victoria Sharp y Adam Johnson, también esperan recibir garantías de Estados Unidos relativas a la argumentación sobre la libertad de prensa, recogido en el artículo 10 de la Convención para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, a la que Reino Unido está suscrita.

Estos tres puntos, y los cinco rechazados definitivamente habían sido inicialmente rechazados en 2021 por la jueza británica Vanesa Baraister. Lo que la defensa solicitó el mes pasado fue que se revisara, una última vez, aquella decisión. Entre los rechazados se pedía tener en cuenta que, de entregarse a Assange, se permitiría a la Justicia estadounidense juzgarle por expresar sus opiniones políticas y exponer la criminalidad de EEUU.

Además, la defensa del periodista argumentó que, de ser extraditado, Assange no sería sometido a un juicio justo teniendo en cuenta, entre otras cuestiones, el espionaje al que él y sus abogados fueron sometidos durante su estancia en la Embajada de Ecuador. Tampoco han tenido en cuenta las evidencias publicadas por Yahoo News en 2017, en la que varios oficiales americanos y un ex agente de contraterrorismo admitieron la existencia de planes para entregar o asesinar a Assange. Los jueces no han visto indicios de fuerza en ninguno de estos argumentos.


Julian Assange, fundador de Wikileaks, salva los muebles por última vez. Al menos por ahora. La mañana del 26 de marzo se ha hecho pública la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Londres por la que se amplía el plazo para evaluar tres de los ocho puntos de apelación presentados por la defensa del periodista el pasado mes de febrero, a la espera de que EEUU presente sus garantías al respecto.

Los tres argumentos inicialmente aceptados por el Alto Tribunal tratan sobre la posibilidad de que la extradición de Assange vulnere la libertad de prensa, el hecho de que pueda recibir un trato discriminatorio y el riesgo de que sea condenado a pena de muerte. Los otros cinco puntos han sido directamente rechazados. Esta es la última baza que el australiano puede jugar en territorio británico para esquivar la extradición a EEUU.


Thank you for watching

Si EEUU presenta garantías de que no se incumplirán ninguno de estos tres puntos –que son aceptadas por la Justicia inglesa– la apelación de Assange sería definitivamente rechazada, agotando la jurisdicción británica y dando comienzo al proceso de extradición. En el caso de que EEUU no presente dichas garantías o de que estas resulten insuficientes a la Justicia británica, los tres puntos se admitirían a trámite, iniciándose un nuevo procedimiento judicial.

El país norteamericano lleva cinco años solicitando la entrega de Assange, a quien acusa de haber cometido 18 delitos informáticos y de espionaje por la publicación de informaciones que revelaron numerosos escándalos cometidos por Washington, incluidos crímenes de guerra contra población civil en Oriente Medio. Los cargos  suman una pena máxima de hasta 175 años de prisión o, incluso, como estudia ahora Reino Unido pena de muerte.

Así lo evidenció el propio abogado del secretario de Estado de Interior británico en la vista de la apelación, celebrada en Londres entre el 20 y el 21 de febrero. Tal y como confirmaron a Público fuentes presentes en la audiencia, el secretario declaró que: "Sería muy difícil [para EEUU] ofrecer garantías para evitar que se imponga [a Assange] la pena de muerte".

La clave se encuentra en el delito de traición, del que el periodista es acusado y cuya pena máxima es la capital, según la ley de Espionaje vigente en el país norteamericano. La posibilidad de que reciba este castigo es contraria al acuerdo de extradición vigente entre Washington y Londres, que determina que el país europeo –que abolió la pena de muerte en 1965– no puede entregar a un acusado si este puede ser condenado a muerte. La propia diplomacia británica aseguró en 2020 que no extraditarían a Assange de existir dicho peligro.

Los jueces ingleses, Victoria Sharp y Adam Johnson, también esperan recibir garantías de Estados Unidos relativas a la argumentación sobre la libertad de prensa, recogido en el artículo 10 de la Convención para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, a la que Reino Unido está suscrita.

Estos tres puntos, y los cinco rechazados definitivamente habían sido inicialmente rechazados en 2021 por la jueza británica Vanesa Baraister. Lo que la defensa solicitó el mes pasado fue que se revisara, una última vez, aquella decisión. Entre los rechazados se pedía tener en cuenta que, de entregarse a Assange, se permitiría a la Justicia estadounidense juzgarle por expresar sus opiniones políticas y exponer la criminalidad de EEUU.

Además, la defensa del periodista argumentó que, de ser extraditado, Assange no sería sometido a un juicio justo teniendo en cuenta, entre otras cuestiones, el espionaje al que él y sus abogados fueron sometidos durante su estancia en la Embajada de Ecuador. Tampoco han tenido en cuenta las evidencias publicadas por Yahoo News en 2017, en la que varios oficiales americanos y un ex agente de contraterrorismo admitieron la existencia de planes para entregar o asesinar a Assange. Los jueces no han visto indicios de fuerza en ninguno de estos argumentos.


Julian Assange, fundador de Wikileaks, salva los muebles por última vez. Al menos por ahora. La mañana del 26 de marzo se ha hecho pública la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Londres por la que se amplía el plazo para evaluar tres de los ocho puntos de apelación presentados por la defensa del periodista el pasado mes de febrero, a la espera de que EEUU presente sus garantías al respecto.

Los tres argumentos inicialmente aceptados por el Alto Tribunal tratan sobre la posibilidad de que la extradición de Assange vulnere la libertad de prensa, el hecho de que pueda recibir un trato discriminatorio y el riesgo de que sea condenado a pena de muerte. Los otros cinco puntos han sido directamente rechazados. Esta es la última baza que el australiano puede jugar en territorio británico para esquivar la extradición a EEUU.

Thank you for watching

Si EEUU presenta garantías de que no se incumplirán ninguno de estos tres puntos –que son aceptadas por la Justicia inglesa– la apelación de Assange sería definitivamente rechazada, agotando la jurisdicción británica y dando comienzo al proceso de extradición. En el caso de que EEUU no presente dichas garantías o de que estas resulten insuficientes a la Justicia británica, los tres puntos se admitirían a trámite, iniciándose un nuevo procedimiento judicial.

El país norteamericano lleva cinco años solicitando la entrega de Assange, a quien acusa de haber cometido 18 delitos informáticos y de espionaje por la publicación de informaciones que revelaron numerosos escándalos cometidos por Washington, incluidos crímenes de guerra contra población civil en Oriente Medio. Los cargos  suman una pena máxima de hasta 175 años de prisión o, incluso, como estudia ahora Reino Unido pena de muerte.

Así lo evidenció el propio abogado del secretario de Estado de Interior británico en la vista de la apelación, celebrada en Londres entre el 20 y el 21 de febrero. Tal y como confirmaron a Público fuentes presentes en la audiencia, el secretario declaró que: "Sería muy difícil [para EEUU] ofrecer garantías para evitar que se imponga [a Assange] la pena de muerte".

La clave se encuentra en el delito de traición, del que el periodista es acusado y cuya pena máxima es la capital, según la ley de Espionaje vigente en el país norteamericano. La posibilidad de que reciba este castigo es contraria al acuerdo de extradición vigente entre Washington y Londres, que determina que el país europeo –que abolió la pena de muerte en 1965– no puede entregar a un acusado si este puede ser condenado a muerte. La propia diplomacia británica aseguró en 2020 que no extraditarían a Assange de existir dicho peligro.

Los jueces ingleses, Victoria Sharp y Adam Johnson, también esperan recibir garantías de Estados Unidos relativas a la argumentación sobre la libertad de prensa, recogido en el artículo 10 de la Convención para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, a la que Reino Unido está suscrita.

Estos tres puntos, y los cinco rechazados definitivamente habían sido inicialmente rechazados en 2021 por la jueza británica Vanesa Baraister. Lo que la defensa solicitó el mes pasado fue que se revisara, una última vez, aquella decisión. Entre los rechazados se pedía tener en cuenta que, de entregarse a Assange, se permitiría a la Justicia estadounidense juzgarle por expresar sus opiniones políticas y exponer la criminalidad de EEUU.

Además, la defensa del periodista argumentó que, de ser extraditado, Assange no sería sometido a un juicio justo teniendo en cuenta, entre otras cuestiones, el espionaje al que él y sus abogados fueron sometidos durante su estancia en la Embajada de Ecuador. Tampoco han tenido en cuenta las evidencias publicadas por Yahoo News en 2017, en la que varios oficiales americanos y un ex agente de contraterrorismo admitieron la existencia de planes para entregar o asesinar a Assange. Los jueces no han visto indicios de fuerza en ninguno de estos argumentos.

El último cartucho

Este es el último intento del periodista de salvar la extradición a EEUU. La decisión de aceptar a trámite el punto de apelación de la defensa, no cambia, por el momento, la difícil situación en la que se encuentra Julian Assange, quien lleva cinco años encerrado en la prisión de máxima seguridad Belmarsh (Londres). Anteriormente, había permanecido siete años confinado en la Embajada de Ecuador en Londres, gracias al asilo diplomático que le concedió el expresidente latinoamericano, Rafael Correa, y que después le sería retirado en 2019 por su sucesor, Lenin Moreno.

Si la Justicia británica finalmente rechaza el punto de apelación que hoy ha sido admitido a trámite, al periodista sólo le quedaría solicitar medidas cautelares al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) para tratar de detener la extradición. Sin embargo, a pesar de que Reino Unido es uno de los 46 países adherido al Convenio de Protección de los Derechos Humanos, la defensa del periodista cree que existe riesgo de que eluda su responsabilidad ante Estrasburgo, como ya ha intentado hacer en otras ocasiones.La defensa de Assange ya apeló en esta instancia la decisión de la jueza británica, Vanessa Baraitser de dar por válidas las justificaciones de la Justicia norteamericana de que velaría por la salud de Assange de ser extraditado. Ante las evidencias del riesgo de suicidio, el argumento humanitario había sido el único que la jueza había aceptado de todos los presentados por la defensa y con el que se paralizó inicialmente la extradición. Tras la aceptación del recurso, en 2022, la extradición fue puesta de nuevo en marcha, en un proceso judicial que ha agotado su último estadio este 26 de marzo.

Otra vía sería la planteada la semana pasada por el Wall Street Journal, cuyas informaciones hablan de la posibilidad de que la Justicia estadounidense esté buscando algún tipo de acuerdo con el periodista para evitar su extradición a cambio de que este admita su culpabilidad. Su defensa ha negado esta hipótesis, y aseguró al periódico estadounidense que "EEUU sigue tan firme como siempre en su empeño de lograr la extradición".

Como consecuencia de las condiciones de su largo encierro, la salud del periodista se ha deteriorado considerablemente. Dos relatores para la tortura de la ONU llegaron a calificarlo como tortura. Familiares de Assange y organizaciones por la libertad de prensa llevan años advirtiendo de la gravedad que secuelas físicas y psicológicas que el encierro ha dejado en su salud, y temen que su extradición suponga el final del periodista. Por el momento, Assange puede respirar tranquilo, pero no bajar la guardia.

*Habrá ampliación