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Estreno extraoficial de la reforma de la calle San Francisco: «Sin aceras estamos vendidos» Rocío Pita Parada ROCÍO PITA PARADA FERROL

 


La reapertura será en días, pero con la obra finalizada y las vallas retiradas los coches recuperan el paso hasta Espartero

10 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo el trazado de la calle San Francisco ya es transitable. No a nivel oficial, pero en la práctica los coches pueden acceder desde la Praza Vella y salir hacia Espartero. El derribo parcial del antiguo bar Cobas, en el número 4, ya está finalizado. Y las vallas han desaparecido. Por eso, y a pesar de que a media subida una señal indica el desvío obligatorio por San Antonio, algunos conductores que la ignoraban ascendían ayer estrenando en toda su longitud la vía. Un par de operarios se afanaban en los últimos retoques a la altura del atrio. Y a media mañana trabajos de Emafesa obstaculizaban el paso. Pero los vecinos acreditan que hay coches ya circulando —«está todo abierto y librela calle está lista», trasladan— a la espera de que la próxima semana, según les informaron en la obra, se «inaugure» la reforma. Por el momento lo hacen solo puntualmente, como demuestra que el atrio vacío, pese a no haber un hueco libre para aparcar en el entorno. Pero ¿se puede pasar? «Más o menos», es la lacónica respuesta a pie de obra.

La reurbanización ha dado paso a una nueva calle: sin las 50 plazas de aparcamiento que tenía, con plataforma única —con la calzada y la acera al mismo nivel— y con adoquín solo testimonial en la hilera central de las bandas de rodadura. La calle ha ganado espacio visualmente y también para los peatones, algo que saludan los vecinos de la zona. «Es más amplia, más ancha, mejor. Falta le hacía, porque estaba hecha un asco. Ahora por lo menos puedes ir dos personas juntas hablando», señala Montse Puentes, vecina de Ferrol Vello. La reforma, asegura, «le da más vida a la calle. Y se nota, porque la gente anda más, y yo estaba deseando que la abrieran».


«No es que me encante, pero quedó bien», opina al paso Carmen, residente en San Francisco. Uno de sus peros es la seguridad: «No sé cómo van a pasar los coches, que no respetan la velocidad, y sin aceras estamos un poco vendidos», señala en referencia a la plataforma única. Las obras, a su juicio, «duraron de más, pero el resultado compensa». No obstante, reprocha la «falta de iluminación» en el tramo del edificio derribado: «Es un desastre, no se ve nada».

También hay voces críticas con el «patchwork» de cuatro pavimentos distintos sobre la calzada: hormigón, losetas de granito, losas históricas de piedra originales y adoquín. Iniciada físicamente en febrero, una actuación Edusi de medio año mantuvo la calle en obras durante más del doble. Los retrasos y la  polémica acompañaron a esta reforma, en la que aparecieron restos arqueológicos compatibles con la muralla medieval, que fueron tapados. Un modificado elevó el coste final a 946.930 euros. 

ANTONIO FERREIROA, VECINO

«Queda bien, pero ya se verá cómo circulan los coches»

Tras 85 años de vida en la casa de San Francisco en la que nació, Antonio Ferreiroa ve con buenos ojos el resultado, aunque no sin alguna crítica. «Queda muy bien, pero el problema es que dejaron las aceras al mismo nivel, y ahora el agua corre por encima de ellas», apunta. «Y después, ya se verá cómo circulan los coches», desliza, temiendo el riesgo de que la plataforma única favorezca que invadan el espacio reservado para los peatones. La supresión del aparcamiento es otra de sus quejas: «Los residentes teníamos que tener un sitio», reclama, «al menos una parte del día». Y la iluminación en catenaria le parece, de momento, insuficiente: «No sé si van a poner más potencia, pero de noche no se ve nada», asegura.

MODESTO DEL RÍO, VECINO

«Agora podo andar por aquí como quero, antes non»

Con desparpajo, a sus 81 años, Modesto del Río analiza la calle en la que reside desde hace un cuarto de siglo. «Queda mellor do que estaba, porque antes estaba mal. E a min gústame», apunta. Saluda el cambio que trae a su día a día: «Agora podo andar por aquí como quero, e antes non podía andar». E ironiza sobre la eliminación del estacionamiento: «A min non me afecta nada, por que din que quitaron os aparcamentos, pero aparcan igual», dice señalando un vehículo detenido sobre la nueva acera contigua a la Praza Vella. Entre los aciertos de la calle señala el acondicionamiento de la jardinera triangular frente a la casa de Carvalho Calero: «Deixárono curiosiño. Antes era un asco e está guay, e deixaron sitio para unha terraza, e iso está ben».