Un día, Nadia (nombre ficticio) preguntó a su madre, Raida, por la gente que estaba saliendo de Gaza por el paso fronterizo de Rafah, que une el enclave palestino con Egipto. Raida le contestó que esas personas tienen nacionalidad de otros países. La niña corrió a coger su hucha, donde tenía unos 50 séqueles (12 euros). “Me suplicó que le comprara una nacionalidad. La situación es muy difícil. Estoy agotada”, contó Raida, que tiene tres hijos, todos menores, en un testimonio recabado el mes pasado por Save The Children, ONG para la que trabaja en la franja.
La guerra en Gaza entra en una nueva fase e Israel se prepara para desmantelar el sur
Annas, de 13 años, sufrió graves quemaduras en la cara y las extremidades por un ataque israelí. Murió el 5 de noviembre, según contó Ghassan Abu Sitta, cirujano que trabajaba en Gaza hasta mediados de noviembre y tiene un niño de la misma edad. “Después de su última operación, Annas tenía sed. Le traje agua y le ayudé a beber. Ese será el recuerdo que me quedará de él”, publicó el médico en X,
Niñas aturdidas y cubiertas de polvo entre las ruinas de los edificios tras los incesantes bombardeos israelíes. Niños desconsolados y entrando en pánico al sentir ataques cercanos, o en shock tras conocer la muerte de sus familiares. Adultos consternados acunando en sus brazos a bebés sin vida. Las imágenes del costo de la violencia en los más pequeños se han acumulado a lo largo de la ofensiva del Ejército israelí, que ahora, dos meses después de su inicio tras los atentados de Hamás, está expandiendo sus operaciones terrestres al sur del estrecho enclave palestino, la misma zona a la que llegaron decenas de miles de personas para refugiarse obedeciendo las anteriores órdenes de evacuación de las fuerzas de Benjamin Netanyahu.
Entre esas instantáneas que han dado la vuelta al mundo también está la de varios recién nacidos diminutos en una cama después de que los sacaran de las incubadoras en el principal hospital de Gaza, que sufría cortes de electricidad y falta de combustible en medio de intensos ataques aéreos y combates en las cercanías antes de que el Ejército israelí tomara las instalaciones. Al menos dos bebés perdieron la vida antes de que pudieran ser rescatados.
Miles de niños muertos, heridos y desaparecidos Las autoridades sanitarias de Gaza elevan el saldo de víctimas mortales de la ofensiva israelí a 16.248, de las cuales calculan que cerca del 70% eran mujeres y niños. La oficina de prensa de Hamás dijo el martes que entre los muertos hay 7.112 menores. Esta cifra no incluye a los cientos de niños que se cree que están desaparecidos y pueden estar atrapados o haber perdido la vida bajo los escombros de los bombardeos israelíes.
Antes de la breve tregua de siete días entre Israel y Hamás, se calculaba que cerca de 9.000 niños habían resultado heridos. Los trabajadores de Médicos Sin Fronteras han contado que se están ocupando de tantos menores que llegan asustados y solos que utilizan un acrónimo para identificarlos, WCNSF (Wounded Child No Surviving Family ): niño herido, sin familia superviviente.
El pasado viernes, mientras Israel reanudaba sus bombardeos sobre la franja apenas unos segundos después del final del alto el fuego temporal, cientos de niños dormían en las salas de espera y los pasillos del abarrotado hospital Nasser, en Jan Yunis, al sur. Un portavoz de Unicef confirmó que hubo una explosión a unos 50 metros de distancia del centro médico, lleno de menores heridos. “Los que están en el poder han decidido que se reanude la matanza de niños en Gaza”, dijo James Elder.
Los civiles siguen pagando el precio más alto de la violencia, especialmente los menores, que representan casi la mitad de los 2,2 millones de habitantes del enclave. “Las historias que llegan de Gaza son dignas de pesadillas. Si no actuamos ahora, la historia nos juzgará a todos”, dice a este medio Jason Lee, director de Save the Children para los territorios palestinos ocupados. Cuando se cumplieron tres semanas del inicio de la ofensiva israelí, la ONG especializada anunció que el número de niños que habían sido asesinados en Gaza ya había superado el número anual de niños que han perdido la vida en las zonas de conflicto de todo el mundo desde 2019 –2.985 niños en 2022, 2.515 en 2021 y 2.674 en 2020, según los tres últimos informes anuales del Secretario General de la ONU –.
“Los niños son asesinados a un ritmo devastador, familias enteras son borradas del registro. Las cifras son desgarradoras y, con la violencia no solo continuando, sino expandiéndose, muchos más niños siguen en grave riesgo. Se trata de graves violaciones de proporciones épicas”, dice Lee.
Cuando se trata de los niños, las obligaciones que impone el derecho internacional humanitario son claras, ya que los protege de manera general como personas que no participan en las hostilidades y específicamente como personas vulnerables. La lista de violaciones graves cometidas contra los menores en Gaza es larga, como han denunciado numerosas organizaciones, e incluyen asesinatos, mutilaciones, ataques a escuelas y hospitales y secuestros.