Las excavaciones que se llevaron a cabo este pasado verano en el castro de Esmelle en el marco de la Cátedra de arqueología de la Universidade da Coruña-Concello de Ferrol cuentan ya con la datación precisa sobre la ocupación de ese espacio, gracias a los resultados de las pruebas efectuadas de carbono 14.
El director técnico de la excavación e investigador de la USC, Samuel Nión, indicó que los estudios realizados en dos sedimentos confirman la hipótesis que se barajaba ya con los trabajos llevados a cabo en la zona y que fijan la fase de ocupación más antigua del castro en el siglo III antes de Cristo.
Nión explica que la sucesión de estructuras halladas, una ovalada con un muro muy bien realizado; otra con un muro tosco y, por encima, otra que se situaría en la época romana, daban ya las primeras pistas sobre la datación ahora confirmada y que se ha conseguido para la segunda y la tercera estructura, es decir, se corrobora una ocupación en torno al siglo III a.C. y una última en torno al cambio de era, en los primeros años del siglo I antes de Cristo. Aunque todo apuntaría a que la primera ocupación real y no confirmada, y que se corresponde con el primero de los hallazgos, todavía se remontaría más atrás en el tiempo, en torno incluso al IV a.C.
Esta primera excavación profesional que se ha realizado en un castro en la zona rural de Ferrol se enmarcaría, como explica el director técnico, en un proyecto a largo plazo, que implicaría, además, exposiciones, musealización, divulgación o actividades formativas con niños. Ha sido un trabajo arduo pero también muy gratificante, explica Nión, tanto por el éxito y la acogida que ha tenido entre la ciudadanía –la visita guiada anunciada con solo 24 horas de antelación reunió a un centenar de personas en día laborable– como por los profesionales y alumnos que en ella participaron. De hecho, el investigador resalta que uno de los estudiantes que trabajó en esta excavación ya está trabajando y otra está realizando un máster pero ya podría estar actuando como profesional.
Nión explica que la sucesión de estructuras halladas, una ovalada con un muro muy bien realizado; otra con un muro tosco y, por encima, otra que se situaría en la época romana, daban ya las primeras pistas sobre la datación ahora confirmada y que se ha conseguido para la segunda y la tercera estructura, es decir, se corrobora una ocupación en torno al siglo III a.C. y una última en torno al cambio de era, en los primeros años del siglo I antes de Cristo. Aunque todo apuntaría a que la primera ocupación real y no confirmada, y que se corresponde con el primero de los hallazgos, todavía se remontaría más atrás en el tiempo, en torno incluso al IV a.C.
Esta primera excavación profesional que se ha realizado en un castro en la zona rural de Ferrol se enmarcaría, como explica el director técnico, en un proyecto a largo plazo, que implicaría, además, exposiciones, musealización, divulgación o actividades formativas con niños. Ha sido un trabajo arduo pero también muy gratificante, explica Nión, tanto por el éxito y la acogida que ha tenido entre la ciudadanía –la visita guiada anunciada con solo 24 horas de antelación reunió a un centenar de personas en día laborable– como por los profesionales y alumnos que en ella participaron. De hecho, el investigador resalta que uno de los estudiantes que trabajó en esta excavación ya está trabajando y otra está realizando un máster pero ya podría estar actuando como profesional.
Museo o exposición
Aunque la exposición parece ser que ya es un hecho, los materiales hallados en el castro –cerámica, clavos de hierro, una fuyasola, punta de flecha, etc– tendrían que recogerse en un museo. Como recuerda el director técnico de la excavación, es la Dirección Xeral de Patrimonio la que lo determina y en este caso sería el museo de San Antón.
Nión apuesta por una conservación en las zonas del propio hallazgo y así explica que “eu son un firme defensor dos museos locais. Aínda que está moi ben que haiba provinciais, aposto por depósitos provisionais ou por que volva as pezas aos sitios que as viron nacer”.
Por eso, indica que existen posibilidades para que la ciudad de Ferrol pueda contar con esos hallazgos. Hay una serie de requisitos que se deben cumplir, explica, como el de disponer de un espacio adecuado –el Torrente, con horarios fijados, vigilancia, etc. podría ser idóneo–, y con un plan de musealización. Todo ello, reconoce el investigador, requiere de una visión a largo de plazo, de, al menos, un par de años.
EL PLENO DEBATIRÁ UNA MOCIÓN SOCIALISTA SOBRE LA CREACIÓN DE UN PARQUE ARQUEOLÓGICO
El grupo socialista insta, a través de una moción que se debatirá en el pleno, a que el gobierno local ceda una sala del centro municipal Torrente Ballester para que “de forma temporal e mentres non exista unha solución definitiva, acolla as pezas materiais do castro de Esmelle”. La concejala Eva Martínez se refiere, de este modo, a los hallazgos encontrados en la excavación que se llevó a cabo el pasado verano por parte del equipo liderado por Samuel Nión dentro de la Cátedra de Arqueológica Concello-UDC, dirigida por Juan Luis Montero Fenollós.