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Cerrar colegios o mejorar la educación pública, el futuro incierto de la escuela rural por la baja natalidad

 

Es una realidad que en España cada vez nacen menos niños. La caída de la natalidad sacudirá en un futuro a varios ámbitos de la sociedad. Las pensiones, la sanidad o los servicios sociales se tendrán que adaptar progresivamente a la nueva pirámide poblacional invertida. Un cambio que no será menos significativo en el sistema educativo

Las escuelas pasarán de absorber 7,5 millones de alumnos de Infantil, Primaria y Secundaria en 2013 a 6,5 millones en 2037, según el último informe publicado por el centro EsadeEcPol. ¿Cómo se asumirá el declive demográfico? Si las aulas se siguen vaciando, ¿qué ocurrirá con los centros educativos? ¿Se cerrarán? Este es el interrogante que se plantean miles de familias, sobre todo aquellas que residen en municipios rurales y pequeños. Las escuelas pasarán de absorber 7,5 millones de alumnos en 2013 a 6,5 millones en 2037

Y es que el estudio apunta, precisamente, que el desplome no afectará a todas los territorios por igual, sino que se cebará con los municipios menos poblados. En concreto, según prevén los experto de EsadeEcPolZamora, León, Palencia, Albacete y Jaén perderán más de un tercio del volumen de menores de 16 años que tenían hace diez años. Mientras que en Barcelona y Madrid descenderá alrededor de un 10%. Actualmente, de acuerdo con los datos publicados por el INE, aunque el 14,1% de la población española está en edad escolar obligatoria (de 3 a 16 años), sólo uno de cada diez menores en esa franja de edad vive en municipios de menos de 5.000 habitantes.

Entre 2013, cuando se alcanzó el máximo histórico de alumnos, y 2023, el número de menores de 16 años ha descendido en 450.000 niños. Una caída que, se espera, continúe y que en 2037 ya sobrepase el millón. 

Un futuro incierto

El estudio de EsadeEcPol abre el debate sobre el futuro incierto del sistema educativo. Si bien es verdad que, como destacan los expertos, mantener un colegio con sus servicios básicos —docencia, limpieza, electricidad (entre otros)— cuesta lo mismo a las arcas públicas haya diez alumnos en clase o 20; es decir, que el coste educativo por alumno va a crecer considerablemente por la caída de alumnos. Ese dinero puede entenderse como una inversión y aprovecharse para mejorar la calidad de la educación pública.

Artículo de  Público.es