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Argentina. En el saqueo del litio se juntan extractivismo y “fondos buitres”

 


Por Juan Guaján, Resumen Latinoamericano, 9 de septiembre de 2023.

Desde los tiempos de la conquista, el extractivismo de nuestros bienes ha sido una política de los poderosos del mundo. Ese saqueo se constituyó en una de las bases del capital originario que recaló en Inglaterra, previo paso por España, para contribuir al despliegue del industrialismo británico.  

La historia de Nuestra América está poblada de los relatos acerca del modo la riqueza que habitaba en las entrañas de esta tierra fue una de las claves para que Europa se considerara el centro del mundo y del naciente capitalismo industrial.

Los relatos, acerca de lo que hicieron para llevarse la plata de Potosí es solo un símbolo de la avaricia de los conquistadores que soñaban con ese metal, aunque –en algunos casos- su búsqueda no pasara de ser una ensoñación, una verdadera alucinación. Residuos de ese pensamiento llegan hasta nuestros días. En este sentido no es casual que la capital de la Provincia de Buenos Aires lleve por nombre La Plata, igual que el río que desemboca en el Atlántico. Aquellos exploradores, buscaban el metal hasta ahora inhallable en esos lugares. 

Aquel saqueo original continúa vigente. Ahora un gran protagonista es el litio.

Es sabido que la reciente importancia asignada al litio tiene que ver con su utilización para la fabricación de baterías destinadas a celulares, computadoras y ahora también para vehículos de transporte.

Nuestro país es uno de los cuatro principales productores mundiales de litio y sus derivados. Con Bolivia y Chile constituyen el “Triángulo del litio”. Allí se aloja más 2/3 de las reservas mundiales del mismo. Argentina sola tiene más del 20%.

Hay en marcha 38 proyectos de explotación solo un par de ellos producen y exportan el carbonato y cloruro de Litio. Esa producción está explotando en estos momentos. En el 2022 exportamos litio por 292,3 millones de dólares.

Los dos proyectos más importantes son llevados adelante por: Livent y Allkem

Una madeja –casi indescifrable- de relaciones vinculan ambos proyectos. Es muy complejo y difícil acceder a toda la información. Sintéticamente se puede desmenuzar lo siguiente: Livent es una empresa norteamericana que opera el proyecto Fénix (Salar del hombre muerto) en Catamarca.

La otra es la australiana Allkeme (66,5% de sus acciones), junto a Toyota (25%) y Jemse, la estatal de Jujuy (8,5%). Éstas operan el proyecto Sales de Jujuy.

Blackrock y Vanguard, dos de los fondos de inversión más grandes del mundo con sede en EEUU, son los dueños de la mayoría de las acciones de Livent.

El banco estadounidense JPMorgan y el británico HSBC son los principales accionistas de Allkeme.

Estos 4 fondos buitres, gigantes de mundo financiero internacional, son los principales dueños del litio que se extrae y exporta desde nuestro país.

En materia de regalías, ellas –en Jujuy- son del 3% sobre el valor al ser extraído (boca de mina).

En Catamarca, Livent paga el 3,5% sobre el valor de facturación.

De todos modos, en ambos casos, hay bonificaciones y reducciones que colocan ese canon entre el 1 y 2%. Todo ello según las normas legales de ambas provincias.

Por último y para hacer una comparación, cabe agregar que la soja, niña mimada de nuestra economía, paga –por retenciones- una suma que va del 30 al 35%.

Esta es una parte dela realidad, a la que nos podemos arrimar espiando por el ojo de la cerradura. Estos son los costos que paga nuestro pueblo por la falta de soberanía. Estos son apenas unos pocos números, que cada uno saque sus conclusiones. Aquí están las pruebas de cómo ya venimos pagando la “deuda” con nuestros bienes comunes, destruyendo la naturaleza y hundiendo en la miseria al pueblo.

GLIFOSATO – UNA HISTORIA QUE NUNCA TERMINA-

AHORA CONTRA LOS BIO-HERBICIDAS

El mundo, poco a poco, va tomando conciencia del veneno que encierra el glifosato. Diecisiete (17) países, protegiendo a las personas y el medio ambiente, han prohibido el uso de este veneno. En Europa (6): Francia, Italia, Bélgica, Países Bajos, República Checa y Dinamarca. En África (1): Malawi. En Asia (2): Viet-Nam y Sri Lanka. En Medio Oriente (6): Omán, Arabia Saudita, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Qatar; en Centroamérica (2): Bermudas y San Vicente y las Granadinas. En nuestro país, son varias las ciudades donde está prohibido: Bariloche, El Bolsón (Río Negro), Lago Puelo, Epuyén, Cholila (Chubut), General Alvear (Mendoza), Rosario, Rincón (Santa Fe), Concordia y Gualeguaychú (Entre Ríos), han adoptado esa medida. Dos provincias (2): Chubut y Misiones, también lo han decidido. La gravedad del uso de este producto del laboratorio de Bayer/Monsanto ha llevado a que, dentro de los propios EEUU, alcaldías o instituciones como Key West, Los Ángeles, la Universidad de California y Miami, tomaran igual decisión.

Cuando se estaba avanzando en esa dirección, intereses ligados a la búsqueda de ganancias más rápidas, poco afectos al esfuerzo de investigaciones superadoras, están poniendo el grito en el cielo por lo que está pasando con algunas producciones y la mencionada prohibición del glifosato.

Desde los EEUU llega el aviso que, con motivo de tal prohibición, en Misiones y a partir del 2025, ese país podría llegar a suspender las compras del té misionero. Recordemos que en esa provincia se produce el 95% del té de nuestro país y que el 66% va a los EEUU.

Muchas veces se escucha hablar de la alianza de los poderosos de adentro y los tramposos de afuera, pero pocas veces aparece una evidencia tan clara como la que tenemos entre manos.

Ellos no pueden permitir que –desde lo que consideran sus “colonias” o su “área de influencia”- ahora vengan a cuestionar sus negocios agro químicos -uno de los sostenes de su economía- aunque éstos produzcan sustancias venenosas, que afectan la salud y la vida de las personas.

¡CARTÓN LLENO!, “LA NIÑA” TRAJO SEQUÍA,

“EL NIÑO” INUNDACIONES

Tal como los especialistas en el tema lo vienen manifestando, los fenómenos climáticos están sufriendo notables y variadas modificaciones. Entre algunas de esas características específicas se destacan: Que los extremos de los fenómenos de la naturaleza (movimientos sísmicos, tornados, tormentas, temperaturas, lluvias) se van produciendo más frecuentemente y con mayor intensidad.

Los fenómenos conocidos como “La Niña” y “El Niño” aparecen vinculados al nivel de calentamiento producidos en aguas del Océano Pacífico. Cuando está más caliente que lo habitual suele conocerse como “El Niño” y sus mayores efectos son la intensidad de las lluvias y las consecuentes inundaciones. Por el contrario, cuando las aguas están por debajo de lo que se considera normal, se dan las mayores posibilidades de menores precipitaciones, con las sequías que suelen acompañarlas.

La mayoría de las opiniones lo explican por el cambio climático, producido por el calentamiento global, en cuya gestación tiene enorme influencia la actividad humana.

Estos hechos tienen tal volumen e importancia que importantes decisiones políticas se fundan en tales fenómenos. Así acaba de ocurrir con la aprobación de las rendiciones que nuestro país le hizo al FMI y las excepcionalidades que esa entidad reconoció por la sequía que padeció nuestro país y su efecto sobre la vida económica del país.

Esta perspectiva ha motivado que la naturaleza deba ser considerada cada vez con mayor seriedad, también a la hora de pensar en economía y producción. Hoy es una preocupación generalizada determinar de qué modo la actividad humana está en el origen y evolución de situaciones que para muchos son anormales, posiblemente porque no conocemos suficientemente la cadena de cuestiones -producidas por la actividad humana-, que se deben articulan para que puedan producirse,

En este sentido los negacionistas, particularmente los estados más poderosos y quienes están a su servicio, ahora saben que el mundo sabe que su conducta es criminal y atenta contra la humanidad.

No es un tema menor la relación existente entre algunos aspectos de la evolución de nuestra economía con el desarrollo de esos acontecimientos de la naturaleza.

Nuestro país padeció recientemente una sequía intensa y prolongada. La misma se inició en el 2020 y terminó a fines del primer trimestre de este año. Fue una de las más fuertes de los últimos 60 años y se dio, con lluvias menores a las esperadas, como parte del fenómeno de “La Niña”, afectando fuertemente a la producción agropecuaria.

A la fragilidad, ya tradicional en nuestro -fuertemente primarizado- modelo económico, hay que agregarle este fenómeno de la naturaleza que abarcó buena parte de los últimos años.

Producto de este fenómeno y del agotamiento de nuestro nefasto modelo productivo, hay datos de la CEPAL y otros organismos nacionales e internacionales, que estiman que la caída del PBI, para este año, rondaría entre el 3 y 4%, en medio de una región –lo que se conoce como Latinoamérica- que estaría creciendo con un promedio del 1,7%. Estas y otras fuentes también evalúan que el próximo año también tendría –para la Argentina- resultados negativos, aproximadamente del 1,6%, mientras que –las mismas fuentes- evalúan que el promedio para la región sería positivo, en el orden del 1,5%.

En efecto la caída de la producción se dio con bastante fuerza en el campo y sus derivados de la agro-industria, no así en otros sectores como hidrocarburos, minerales y en la producción de bienes y servicios. Eso amortiguó en parte los efectos de la sequía.

Informaciones proporcionadas por el INDEC señalan que nuestras exportaciones cayeron, en el primer semestre de este año, respecto a igual período del año pasado, un 24,6%. Solo 4 distritos se salvaron de esa debacle. Ellos fueron Neuquén (por Vaca Muerta); Jujuy y Catamarca (por productos químicos y litio) y CABA (por productos químicos)