Los 80 años de la Florista del Castillo: «Nuestra abuela empezó a vender flores porque al abuelo lo metieron en la cárcel»
Sus nietas Raquel y Sonia representan la tercera generación al frente del negocio familiar
03 ago 2023 . Actualizado a las 10:25 h.«Afortunadamente se nos da bien a las dos, lo llevamos en la sangre», agradece Raquel Pillado. Junto con su hermana Sonia representan la tercera generación al frente de la emblemática Florista del Castillo, negocio ferrolano que fundó su abuela María Lista, Maruja, y del que celebran el 80 aniversario.
«No tenemos la fecha exacta. Empezó cuando mi abuelo Manolo, que era pescador, estaba en la cárcel de San Felipe porque era preso político. Entonces empezó porque había que dar de comer a nuestro tío Rafael. Se le ocurrió utilizar el material que ofrecía la naturaleza, las flores que había por el castillo, la Graña», recuerda Sonia. Las llevaba a vender a la plaza de San Julián porque entonces «no existía el mercado ni nada así», detallan. Maruja y el resto de vendedoras ponían unos bancos y unas cajas de madera delante de la concatedral. Así nació uno de los negocios familiares más longevos de la ciudad. «Funcionaba porque el arte le venía de dentro. Fue juntando poquito a poquito para comprar flor, macera y avanzar», explica su nieta mayor.
Los clientes de más edad y las familias que llevan toda la vida con ellas les cuentan recuerdos de su abuela. «Según nos cuenta gente mayor, cuando mi abuela tenía un poquito de negocio, ayudaba a quienes podía. Por ejemplo, si ganaba tres pesetas y a ella le llegaba con dos, una peseta la repartía a las familias más necesitadas compañeras de ella», recuerda Sonia. La vida avanzaba. Manolo salió de la cárcel y, a pesar de los graves problemas de salud por su participación en la batalla del Ebro, siguió con la pesca. Creció la familia, con tres hijos, y el negocio. Se construyó el mercado de A Magdalena en Ferrol y Maruja optó a un puesto. Así nació la primera tienda de la Florista del Castillo. «El puesto que estaba en la parte alta del mercado es la tienda simbólica de la Florista del Castillo», reconocen las nietas. En ocho décadas de historia y tres generaciones al frente han pasado por media decena de locales. El último, el ubicado en la carretera de Catabois, suma ya más de tres décadas operativa.
Su vida desde niñas ha estado ligada al mundo de las flores. «Tengo el recuerdo de mi abuela haciendo las palmas de Semana Santa en la terraza de casa de mis padres», comenta Raquel. Les encantaba. Y siempre han estado ligadas a la Semana Santa ferrolana. Con las nietas al frente elaboran la decoración de la cofradía de las Angustias. Su abuela ya lo hizo para otras como la Orden Tercera.