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LO QUE LA MUERTE NO SABE

          

Y es que ni los grandes son intocables.

Mientras transcurre nuestra vida vamos diciendo adios, despidiéndonos de alguna manera, de aquellos que han caminado en paralelo a nosotros. Pero la muerte es irreverente, no respeta nada, ella cual ser egoista sigue su camino como si mantuviera una lógica propia, incomprensible para los "pobres mortales"

Pero hay algo que no sabe la muerte y es que no puede llevarse consigo, los afectos, las emociones y experiencias vivídas , las ideas, las palabras. Sin saberlo la parka,  la irracional señora, es una perdedora que nunca conseguirá arrancar del todo de nuestras vidas a aquellos que dejan un buen recuerdo, porque a propósito de recuerdo ya nos enseñó Galeano que:  " RECORDAR: Del latín re-cordis es volver a pasar por el corazón…"

¡Qué paradoja Vida!

En un ejercicio por no permitir que la de la Guadaña se salga con la suya, este es mi homenaje a Rafael Pillado. Recordando alguna de sus frases que nos quedan para acompañarnos en el reto de recorrer el camino Eduardo Galeano decía
El mundo se divide, sobre todo, entre indignos e indignados, y ya sabrá cada quien de qué lado quiere o puede estar…
Si me caí, es porque estaba caminando. Y caminar vale la pena, aunque te caigas.
Para no ser mudos, hay que empezar por no ser sordos
Solo los tontos creen que el silencio es un vacío. No está vacío nunca. Y a veces la mejor manera de comunicarse es callando.
Si la naturaleza fuera banco, ya la habrían salvado.
Para mí, las únicas certezas dignas de fe son las que desayunan dudas cada mañana.
La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo.
El código moral del fin del milenio no condena la injusticia, sino el fracaso.
Yo creo que fuimos nacidos hijos de los días, porque cada día tiene una historia y nosotros somos las historias que vivimos…
Pobres contra pobres, como de costumbre: la pobreza es una manta demasiado corta, y cada cual tira para su lado.
Las paredes son la imprenta de los pobres.
El hambre desayuna miedo. El miedo al silencio aturde las calles. El miedo amenaza: Si usted ama, tendrá sida. Si fuma, tendrá cáncer. Si respira, tendrá contaminación. Si bebe, tendrá accidentes. Si come, tendrá colesterol. Si habla, tendrá desempleo. Si camina, tendrá violencia. Si piensa, tendrá angustia. Si duda, tendrá locura. Si siente, tendrá soledad.
La historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás: por lo que fue, y contra lo que fue, anuncia lo que será.
La utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se desplaza diez pasos más allá.