«Eu solo quero que a xente poida vivir ben e morrer ben», cuenta, con motivo del 25 aniversario del fallecimiento del tetrapléjico sonense
13 ene 2023 . Actualizado a las 09:18 h.
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Hay personas que desprenden una energía muy poderosa. Ya sea por su pasado, trayectoria o logros, son capaces de impresionar a cualquiera tan solo con un par de palabras. Pero el caso de Ramona Maneiro (A Pobra, 1961) va mucho más allá de todo eso. La pobrense se hizo conocida mundialmente a raíz del caso de Ramón Sampedro, uno de los episodios más mediáticos de la historia de España donde la palabra eutanasia llegó a todas las casas del país y en el que Maneiro ayudó a morir al tetrapléjico sonense.
Un cuarto de siglo después del fallecimiento de Sampedro, Ramona sigue siendo la misma que copaba titulares y abría informativos a principios de siglo. Una mujer a la que si tuviésemos que describir con tan solo una palabra, no sería otra que «auténtica». Maneiro tiene una vida sencilla, de rutinas. La playa de A Ribeiriña, su santuario. Allí, acompañada de sus cinco perros y con el sonido de las olas como banda sonora, hace balance de estos últimos 25 años. Un tiempo en el que sus principios continuaron igual de inquebrantables que el primer día.
«A miña intención foi sempre manter limpa a memoria de Ramón. Agora pasou moito tempo, os medios seguen chamando á miña porta de vez en cando, pero gústame estar tranquila», explica mientras controla los juegos de uno de sus perros más traviesos.
Hablarle a Ramona del 25 aniversario del fallecimiento de Sampedro y de esa época tan importante de su vida le evoca una cantidad ingente de recuerdos. Algunos tan nítidos y transparentes como ella misma. «Ainda me acordei o outro día del, das nosas primeiras fotos. Daquela as cámaras non eran dixitais. Miña filla levou a que tiñamos a unha excursión e perdeu o carrete onde estaban as fotos. Con Ramón teño máis imaxes, pero aí estaban as primeiras que nos sacaran xuntos».
A pesar de que a lo largo de los años este caso haya sido tocado en infinidad de ocasiones, es imposible plantarse delante de Ramona Maneiro y no hablar de eutanasia, ese derecho que desde lo vivido por Sampedro, cada vez más y más personas han reclamado con ahínco.
La evolución
«Evolucionouse con respecto a eses tempos, iso está claro. Non sigo demasiado a actualidade, pero por diante segue habendo moito traballo que facer. Entendo que a raíz do de Ramón houbera xente que me tomase como referente neste ámbito, pero é moi sinxelo. Eu só quero que a xente poida vivir ben e que poida morrer ben», asegura.
Una experiencia como la que Ramona Maneiro vivió a lo largo de esos años, está claro que deja un profundo poso de aprendizaje y de cambios. Pese a ello, la vecina de A Ribeiriña tiene claro que sigue siendo la misma que en su día conoció al tetrapléjico sonense cuando ella colaboraba en Radio Rianxo. «Coñecín a moitas persoas a raíz disto. Eu xa era coñecida na zona, pero porque son de aquí de toda a vida. Grazas a isto viaxei e tal, pero hai xente que pensa que me fixen millonaria. A eses invítoos a ver a mansión que teño detrás para demostrarllo», explica con sarcasmo mientras descansa en una piedra de su amada playa.
Porque, aunque esta historia haya sida contada una y mil veces, Ramona no tiene ningún problema en volver atrás y recordar aquellos tiempos y, sobre todo la figura de Ramón Sampedro, aquel hombre que abrió la puerta a un debate que jamás había estado tan candente en España.
«Cando me detiveron, dixéranme que había medios de comunicación de todo o mundo pendentes do tema, ¡ata prensa da China! Eu quedei abraiada», comenta entre risas.
Esto es tan solo un indicativo de la importancia que tuvo el caso Sampedro, con Ramona Maneiro como una de las grandes figuras de lo que, a la postre, traería consigo unos avances en el derecho a la eutanasia inimaginables hace no tanto.
“Andar ergueitos, falar forte e nunca máis esquecer o noso norte."