La máxima distinción de Ferrol, para Julia Uceda: "Firmo con el corazón"
Residente desde hace décadas en Ferrol, la poeta Julia Uceda (Sevilla, 1925) ha recibido este domingo la Medalla de Plata de la ciudad gallega al mérito cultural en un acto celebrado en el teatro Jofre, en el que sus orígenes andaluces también han acaparado parte del protagonismo.
Llegó en silla de ruedas a la parte trasera del coliseo, por donde accedió al escenario, que compartió con el alcalde, Ángel Mato, y otros ediles de la ciudad, para un evento en el que pretendía escapar de los focos, como dijo antes de su inicio.
Sin embargo, los aplausos y los reconocimientos se sucedieron durante algo más de una hora y figuró entre ellos el del ministro de Cultura, Miquel Iceta, que ensalzó en un mensaje previamente grabado la trayectoria de quien vive en la urbe naval desde hace "más de cuatro décadas".
"Es un privilegio para la ciudad, que le otorga su más alta distinción", afirmó, ya que la Medalla de Oro se reserva a grandes personalidades, como jefes de Estado, y este homenaje, dijo, permite "engrandecer el nombre" de Ferrol.
El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, también trasladó su calor en un vídeo, en el que estimó que es querida "aquí abajo", al sur de España, donde se sienten "honrados de que seas parte de nosotros, como de nuestros amigos ferrolanos", gracias a su "forma de asomarte a la vida", la poesía.
"Somos mucho más de lo que recordamos", citó, para aplaudir cómo ha moldeado la "naturaleza de Ferrol, que transformas de manera asombrosa" hasta convertirse en versos.
Uceda ha tenido el honor de estrenar un nuevo Libro de Oro del Ayuntamiento de Ferrol, en el que ha escrito que habrá firmado de muchas formas a lo largo de su vida, pero esta vez la emoción le condujo a la sinceridad: "Firmo con el corazón".
Entre canciones de Ute Lemper o Thelonius Monk, dos de sus favoritos, la autora de "Viejas voces secretas" y poseedora de galardones como el Premio Nacional de Poesía evocó su "infancia, son recuerdos de calles de Sevilla; el olor a romero", y su llegada al norte junto a su marido, el psiquiatra Rafael González Palacios, ya fallecido.
Contó que acompañar al prestigioso profesional "en un momento muy difícil para nuestro país" le permitió saber de la crudeza de su especialidad: "Yo no sabía lo que era un manicomio; pudieron darle su verdadera forma a esos centros, como son actualmente".
Lo personal se mezcló con lo literario, con sus "Palabras" leídas por ella misma mientras Sevilla y Ferrol se daban la mano en un vídeo de homenaje o el propio alcalde señalaba que ella fue su profesora en el instituto más conocido de Ferrol, el Concepción Arenal.
Resaltó la "enorme suerte de que se quedara" en su vivienda del coqueto rincón rural de Pazos, donde nacieron algunas de sus líneas más afamadas, y el "tremendo orgullo" de poder "amar la literatura gracias a sus clases".
Ángel Mato expresó, a partir de una frase de Uceda, que no "hay mejor manera de alcanzar la libertad que el amor por la literatura", el que los "Poemas de Cherry Lane" o "Campanas en Sansueña" brindan sin peaje a un lector que busque sensaciones íntimas que solo una autora de fuste puede enviar directamente al corazón.