Catorce meses. Es el tiempo que han necesitado los vándalos del espray para poner su punto de mira la escultura de García Lorca instalada en el Paseo da Ferradura, bajando la escalera de Santa Susana y próxima a la estatua de Rosalía de Castro. La obra del artista gallego Álvaro de la Vega, que se inspiró en la célebre fotografía del poeta bajando la escalera de A Quintana, el 24 de agosto de 1932, amaneció este domingo pintarrajeada con unos garabatos sobre el mono azul de Lorca, en referencia al atuendo que el autor granadino utilizaba en las giras con la compañía teatral La Barraca.