Qué buena suerte hemos tenido. Para mí es evidente desde el primer momento que le vimos las orejas a la pandemia; buena suerte que un Gobierno como el que tenemos, una Coalición de Izquierdas que, pasado un año -y sobre todo en estos últimos ocho meses- bajo medidas restrictivas en conflicto con los derechos humanos básicos sin la menor duda, con un Gobierno de Derechas viviríamos ahora un auténtico Estado de Sitio.
El Gobierno actual, hay que dejarlo claro, es el primer gobierno de coalición en estos cuarenta años (podríamos decir ochenta) que llevamos sometidos de un modo u otro a un modelo de Estado, herencia directa de Dictador, que coarta, limita y avala el ejercicio del Poder Político según quien gobierne, según el color de los gobernantes de turno.
El PSOE -con la excepción del Ejecutivo bajo la dirección de Zapatero- se mostró, como se suele decir, como un Partido de Estado y sin duda alguna lo fue, y aún sus figuras fácticas lo son, con todo lo que ello significa de inmovilismo ante los cambios pendientes -jamás hechos- de las estructuras del aparato del Estado, Poder Legislativo, Poder Judicial, Cuerpos de Seguridad y Ejército.
Y es esto, si lo tenemos en cuenta, lo que da la idea más clara de las limitaciones y las dificultades de un Gobierno que pretende, y lo intenta una y otra vez, modificar pautas políticas, cambios clamorosamente exigidos, renovación de estructuras ancladas en el pasado y en manos de los sectores fácticos franquistas; cambios que después de estos cuarenta años tendrían que haber sido contemplados en la vergonzosa TRANSICIÓN, son simplemente pequeños pasos hacia una España ni UNA, ni GRANDE (tanto que no caben otras naciones que no sea esta mezquina) y LIBRE para atar y bien atar la voluntad de los Pueblos que la componen.
Teniendo presente esta realidad, cómo no celebrar estar en estas circunstancias excepcionales bajo la Administración de un Gobierno que, apoyándose en los partidos de izquierdas nacionalistas y con todos sus errores, gestiona la pandemia que nos asola con Transparencia, teniendo presente las consecuencias sociales, económicas -para mí de enorme importancia- con amabilidad y respeto extremo a la hora de dirigirse a la ciudadanía, de ejecutar las medidas y no teniendo reparo en pedir disculpas cuando es un requisito impagable ante las torpezas que esta situación propicia.
Y repito, si la Derecha gobernase en estos tiempos anémicos, el sufrimiento se vería multiplicado por la puesta en escena de ACTITUDES Y MEDIDAS que conocemos como ESTADO DE EXCEPCIÓN.
Y qué mala suerte ha tenido este Gobierno de tener que lidiar con una pandemia y la crisis consecuente, qué mala suerte.
Pero tal vez aún podamos exclamar al final BENDITA MALA SUERTE si todo esto nos lleva a desvelar la auténtica naturaleza de este sistema capitalista que rige nuestras vidas bajo el signo de la MISERABLE ABUNDANCIA.
Bendita mala suerte si estas circunstancias hacen de estos tiempos el principio del fin de una pesadilla de la cual despertamos con ex militares, generales, comandantes... retirados, apoyando fusilamientos y Golpes de Estado.
Juan Carlos Valle ‘KARLOTTI’