Los trabajos de prospección para localizar las fosas comunes en el cementerio de O Val continuaron este miércoles con el hallazgo de restos óseos en la parte final del camposanto, la más cercana a la tapia que delimita el cementerio. Estos avances se suman a los acometidos el pasado martes, cuando el equipo multidisciplinar de la USC y del Instituto de Medicina Legal de Galicia localizaban en sus diferentes catas una vaina de un fusil Mauser de la Guerra Civil, así como la suela de una bota militar en una posición “no funeraria”.
Todo ello ayuda a pensar que los restos de los 51 represaliados tras la sublevación militar de 1936 –pertenecientes a las tripulaciones de tres embarcaciones, el acorazado “España”, el “Contramaestre Casado” y el vapor “Dómine”, así como de otras siete personas más– podrían localizarse bajo los nichos construidos en los 60 al fondo del cementerio, una teoría sustentada también por algunos de los familiares de las víctimas.
“Vino una propietaria de una de esas tumbas y nos dijo que, cuando se levantaron, en el 65, encontraron los restos de un marino, cuya familia era de Serantes. Se trata de una declaración muy importante, porque nos da fechas concretas”, explica el presidente de la Asociación Cultural Memoria Histórica Democrática, Manuel Fernández Pita.
A estas fuentes orales apuntó también el antropólogo forense Fernando Serrulla, quien explicó en primera persona a la subdelegada del Gobierno en A Coruña, María Rivas, y a la alcaldesa de la localidad, Marián Ferreiro, los avances conseguidos en las últimas horas.
“No hay ningún documento que lo diga, pero sí muchas fuentes orales que sitúan la fosa o las fosas, porque hablamos de cinco momentos temporales diferentes, aquí. Todavía tenemos que analizarlo todo para poder tener una confirmación. Pero estos hallazgos nos orientan a pensar que, al menos a algunos de ellos, podrían haberlos fusilado aquí y no contra la pared norte de la iglesia”, indicaba Serrulla.
Signos de violencia
Entre los restos óseos localizados en la mañana de este miercoles los investigadores encontraron, por ejemplo, un fragmento de parietal. “La zona derecha del cráneo tiene unos cortes de sierra de autopsia. Lógicamente en aquella época no se hacían autopsias si no había una muerte violenta. Contextualizando este hallazgo con el lugar en el que estamos, yo lo interpretaría como un signo indirecto de violencia. Hasta donde sabemos, a los fusilados no se les hicieron autopsias, pero sí podrían pertenecer estos restos a otro represaliado”, apuntó el forense ante la atenta mirada de los allí presentes.
“Los trabajos están siendo muy satisfactorios porque creemos que hemos encontrado la fosa. No se puede decir con total seguridad, porque habrá que esperar a los análisis de los elementos que aparezcan a lo largo del día de hoy [por ayer], pero estamos muy satisfechos”.
Futura exhumación
Estas prospecciones parten de una investigación previa. Así lo explica Oria Ferreiro, la directora de la intervención arqueológica que está llevando a cabo la empresa compostelana Tempos Arqueólogos en colaboración con el grupo del Histagra. “O noso traballo aquí comenzou hai bastante tempo. No mes de outubro fixemos unha prospección xeofísica con xeorradar, que detectou unha serie de anomalías. A única maneira de saber con que se correspondían esas anomalías era vir aquí, a campo, a comprobalo. Para iso abrimos unha serie de catas. Nestes momentos temos seis, aínda que viñamos coa idea de abrir catro. Decidimos ampliar un pouco a zona despois de atopar a vaina, para polo menos saír de aquí cunha idea clara”, explicó la arqueóloga. “No hay ningún documento que lo diga, pero sí muchas fuentes orales que sitúan la fosa o las fosas, porque hablamos de cinco momentos temporales diferentes, aquí. Todavía tenemos que analizarlo todo para poder tener una confirmación. Pero estos hallazgos nos orientan a pensar que, al menos a algunos de ellos, podrían haberlos fusilado aquí y no contra la pared norte de la iglesia”, indicaba Serrulla.
Signos de violencia
Entre los restos óseos localizados en la mañana de este miercoles los investigadores encontraron, por ejemplo, un fragmento de parietal. “La zona derecha del cráneo tiene unos cortes de sierra de autopsia. Lógicamente en aquella época no se hacían autopsias si no había una muerte violenta. Contextualizando este hallazgo con el lugar en el que estamos, yo lo interpretaría como un signo indirecto de violencia. Hasta donde sabemos, a los fusilados no se les hicieron autopsias, pero sí podrían pertenecer estos restos a otro represaliado”, apuntó el forense ante la atenta mirada de los allí presentes.
“Los trabajos están siendo muy satisfactorios porque creemos que hemos encontrado la fosa. No se puede decir con total seguridad, porque habrá que esperar a los análisis de los elementos que aparezcan a lo largo del día de hoy [por ayer], pero estamos muy satisfechos”.
Futura exhumación
Estas prospecciones parten de una investigación previa. Así lo explica Oria Ferreiro, la directora de la intervención arqueológica que está llevando a cabo la empresa compostelana Tempos Arqueólogos en colaboración con el grupo del Histagra. “O noso traballo aquí comenzou hai bastante tempo. No mes de outubro fixemos unha prospección xeofísica con xeorradar, que detectou unha serie de anomalías. A única maneira de saber con que se correspondían esas anomalías era vir aquí, a campo, a comprobalo. Para iso abrimos unha serie de catas. Nestes momentos temos seis, aínda que viñamos coa idea de abrir catro. Decidimos ampliar un pouco a zona despois de atopar a vaina, para polo menos saír de aquí cunha idea clara”, explicó la arqueóloga.
Tanto Oria Ferreiro como Fernando Serrulla hacen hincapié en que los trabajos se centran solamente en la localización de las fosas. “Nesta fosa non faremos agora unha exhumación. Pero, en determinados restos que atopemos, como os que localizou o compañeiro Marín nunha das catas a modo superficial, a escasos 20 centímetros, temos que coller unha mostra e analizalos no laboratorio. Este proxecto é unha fase de delimitación. Posteriormente, poderíase exhumar”, indica la investigadora.
Reparación
Tanto María Rivas como Marián Ferreiro destacaron en su visita al camposanto naronés la importancia de que las administraciones públicas apoyen la búsqueda de las víctimas del franquismo. “Este tipo de labores constitúen un acto de reparación da xustiza e dignidade de todas estas persoas, así como das súas familas”, aseguró la subdelegada en A Coruña del Ejecutivo central, recordando también que estos trabajos son “un símbolo da liberdade e valores democráticos que defende o noso Goberno”.
En este sentido, recordó que el ministro Ángel Víctor Torres anunció el mes pasado que los fondos destinados a este tipo de investigaciones, publicaciones y exhumaciones, se incrementarán hasta los 120.000 euros anuales en los próximos presupuestos.
Emoción
Por su parte, la nieta de uno de estos represaliados a los que se trata ahora de localizar, Estefanía Pérez, se emociona al comprobar los avances de las prospecciones. “Siempre tuve la versión de que fueron asesinados contra ese muro. Igual contra el muro de la iglesia mataron a los del resto de buques, no lo sabemos. Pero eso es lo que me contaron mi madre y mi abuela”.
El proceso a seguir para la exhumación en el caso de que se confirme la presencia de los 51 represaliados en las fosas será largo. “Dependerá de las peticiones de las familias, de los pasos legales que haya que dar... Pero lo que tenemos claro es que esto es lo que hay que hacer y que se ha tardado mucho en realizar. Sabíamos desde que empezamos, por los estudios previos de Suárez o Maiz, que aquí están esas personas. Ahora con esta subvención que se ha conseguido hemos comenzado los trabajos. Pero los hallazgos de hoy no son un punto final. Son un punto y seguido”, remarcó por su parte Manuel Fernández Pita.