Moisés Trancho combatió contra las tropas franquistas en España y luego se enfrentó al nazismo como voluntario del Ejército británico durante la Segunda Guerra Mundial.
Aguerrido gudari, formó parte del 1.ᵉʳ Batallón Fulgencio Mateos de la UGT y combatió en Bilbao, Santander y Gijón. Las tropas de Francisco Franco avanzaban por el norte y a Moisés Trancho Bartolomé (Barakaldo, 1916) le daba a tiempo a perder un dedo meñique en combate, a casarse con Consuelo Gallego, a caer prisionero y a huir de las penurias del 122º Batallón de Trabajadores, en septiembre de 1939, rumbo a Francia.
Este es solo el aperitivo de la rocambolesca historia del futbolista gudari que resultaba herido y volvía a luchar, cuya ciudad era tomada y volvía a luchar, que veía cómo su matrimonio duraba solo un mes y medio porque su esposa se exilió y volvía a luchar, que era recluido en un campo de trabajos forzados y volvía a luchar. Gudari, porque era un miliciano vasco. Su faceta como futbolista se prestará a un giro de guion.Tras alcanzar Francia, fue recluido en campo de internamiento de Septfonds, luego formó parte de la 122ª Compañía de Trabajadores Extranjeros en Toulouse y huyó para enrolarse en el 1.ᵉʳ Batallón de Marcha de Voluntarios Extranjeros, formado en el campo de Le Barcarès, desde donde partió hacia Líbano. Integrado en el 6º Regimiento Extranjero de Infantería de la Legión Extranjera, en junio de 1940 Francia se rinde a Adolf Hitler.
Trancho decide entonces unirse al Ejército británico en Palestina. Integrado en el 50º Comando de Oriente Medio, tras un entrenamiento en Egipto participa en la batalla de Creta, es evacuado e ingresa en el 1.ᵉʳ Regimiento de los Servicios Especiales del Escuadrón D, que operaba en el norte de África. Ascendido a sargento y miembro de los Pioneer Corps [zapadores], falleció en julio de 1943 durante la Operación Husky, la invasión aliada de Sicilia.
Séan F. Scullion, autor de Españoles contra el nazismo (Espasa), lo describe como "un vasco fornido y atlético", aunque lamenta que su lucha durante la Segunda Guerra Mundial —así como la de los otros 1.200 voluntarios republicanos que combatieron en el Ejército británico— no haya sido reconocida, aunque "algunos fueron condecorados por su valor en la batalla y muchos aceptaron el ofrecimiento de quedarse en el Reino Unido".
Pese a que describe su historia como "fascinante", matiza que hay muchas otras a su altura, aunque la suya resulta "increíble" por la etapa española. Incapaz de frenar el avance de las tropas franquistas, defendió una ciudad tras otra, hasta que el exilio fue inevitable. De Consuelo Gallego no hay noticias tras embarcar en el Marvia y, desde Santander, poner rumbo a Normandía, donde se le pierde la pista. Tampoco de su hijo, porque estaba embarazada.
"Me gustaría saber si lograron sobrevivir y espero que les fuese bien", explica al otro lado del teléfono Séan F. Scullion, quien también desconoce cómo murió exactamente Moisés Trancho. "Solo hay datos de que está en una unidad que va a invadir Italia, pero entra en el hospital a principios de julio y, antes de que termine el mes, ya ha muerto y ha sido enterrado. Es algo triste, porque no se sabe si estaba herido o enfermo".
Oficial del Ejército británico, Séan F. Scullion se suma así al reconocimiento de los republicanos enrolados en el Ejército británico que, en 1991, ya le había dedicado Daniel Arasa en Los españoles de Churchill. "Ambos libros han honrado de una manera digna a unos hombres que lucharon contra el nazismo y por la libertad y un mundo digno", afirma el autor, quien pretende erigirles un monumento junto a sus familiares en Gran Bretaña.El mejor suboficial era el sargento Trancho", aseguraba Peter Selerie, capitán de los Sherwood Rangers y asistente del 52º Comando de Oriente Medio. "Tenía muy buena voz y, cuando estábamos juntos en el desierto en torno a una hoguera, solía cantar La paloma y otras canciones españolas. Aunque no entendían ni una sola palabra, los soldados británicos quedaban embelesados", le contaba a Daniel Arasa.
¿También era fino con el balón? "Era un futbolista excelente y dicen que había jugado para uno de los principales equipos", añadía. En Españoles contra el nazismo, el autor señala que cuando estaba en Le Barcarès "a menudo lo dejaban salir a jugar al fútbol para un club local", porque "al parecer antes de la guerra civil era jugador semiprofesional del Barakaldo, aunque sus familiares supervivientes no están totalmente seguros".
De hecho, Séan F. Scullion deshace el entuerto al señalar que, si bien Moisés Trancho también practicaba ese deporte, quien realmente destacó con el balón fue otro voluntario republicano, Francisco Navarrete, quien "había sido futbolista de la Segunda División en España antes de la guerra civil y fue uno de los fundadores del Club Deportivo Español Londres, además de ser uno de los jugadores principales del equipo de la compañía de gas", escribe el autor en su libro.El mejor suboficial era el sargento Trancho", aseguraba Peter Selerie, capitán de los Sherwood Rangers y asistente del 52º Comando de Oriente Medio. "Tenía muy buena voz y, cuando estábamos juntos en el desierto en torno a una hoguera, solía cantar La paloma y otras canciones españolas. Aunque no entendían ni una sola palabra, los soldados británicos quedaban embelesados", le contaba a Daniel Arasa.
¿También era fino con el balón? "Era un futbolista excelente y dicen que había jugado para uno de los principales equipos", añadía. En Españoles contra el nazismo, el autor señala que cuando estaba en Le Barcarès "a menudo lo dejaban salir a jugar al fútbol para un club local", porque "al parecer antes de la guerra civil era jugador semiprofesional del Barakaldo, aunque sus familiares supervivientes no están totalmente seguros".
De hecho, Séan F. Scullion deshace el entuerto al señalar que, si bien Moisés Trancho también practicaba ese deporte, quien realmente destacó con el balón fue otro voluntario republicano, Francisco Navarrete, quien "había sido futbolista de la Segunda División en España antes de la guerra civil y fue uno de los fundadores del Club Deportivo Español Londres, además de ser uno de los jugadores principales del equipo de la compañía de gas", escribe el autor en su libro.El mejor suboficial era el sargento Trancho", aseguraba Peter Selerie, capitán de los Sherwood Rangers y asistente del 52º Comando de Oriente Medio. "Tenía muy buena voz y, cuando estábamos juntos en el desierto en torno a una hoguera, solía cantar La paloma y otras canciones españolas. Aunque no entendían ni una sola palabra, los soldados británicos quedaban embelesados", le contaba a Daniel Arasa.
¿También era fino con el balón? "Era un futbolista excelente y dicen que había jugado para uno de los principales equipos", añadía. En Españoles contra el nazismo, el autor señala que cuando estaba en Le Barcarès "a menudo lo dejaban salir a jugar al fútbol para un club local", porque "al parecer antes de la guerra civil era jugador semiprofesional del Barakaldo, aunque sus familiares supervivientes no están totalmente seguros".
De hecho, Séan F. Scullion deshace el entuerto al señalar que, si bien Moisés Trancho también practicaba ese deporte, quien realmente destacó con el balón fue otro voluntario republicano, Francisco Navarrete, quien "había sido futbolista de la Segunda División en España antes de la guerra civil y fue uno de los fundadores del Club Deportivo Español Londres, además de ser uno de los jugadores principales del equipo de la compañía de gas", escribe el autor en su libro.