Opinión Opinión Raúl Solís Estos cinco días, a Pedro Sánchez le han servido para erigirse en héroe contra el lawfare y hacer olvidar a su audiencia que lleva diez años siendo agente directo del lawfare contra Pablo Iglesias, Irene Montero, los independentistas, Mónica Oltra o Alberto Rodríguez Compungido. Visiblemente nervioso. Pedro Sánchez ha salido de su reflexión para informar a su audiencia de que no abandonará la casa de Gran Hermano y que seguirá hasta el final del concurso. Hasta que su audiencia lo expulse o le haga ganador. Los espectadores han empatizado con su dolor porque la audiencia siempre se posiciona con Fresita si otros concursantes le hacen bullying. La audiencia también sabe que, si se acosa a Fresita, al final gana Fresita. Pedro Sánchez también lo sabe. La diferencia entre Fresita y Sánchez es que él es presidente del Gobierno y no una chica ingenua que viene de trabajar de recepcionista en un camping de Tarragona que no había salido nunca de su casa antes ...
“Andar ergueitos, falar forte e nunca máis esquecer o noso norte."