La abuela se pone guapa y piensa: «Hoy viene seguro». Nadie fue a verla JUAN JOSÉ LÓPEZ PEÑA ecía Schopenhaue r que la soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes. Gran verdad, si fuera cierta, pero desgraciadamente no lo es. Vivo rodeado de cien de esos espíritus y veo a menudo en sus ojos el vacío de la ausencia , de la tristeza, de la desesperanza que habita en los corazones que han comprendido, por experiencia, que el futuro no es lo que era; que lo que iba a ser no es, y ya no lo será nunca. Oigo sus historias y escucho cómo muerde la soledad en las tripas. ¿Qué hay en ello de suerte? ¿Qué fortuna tiene el que, llegado el día en que la necesidad es mayor que el deseo, tiene que emigrar, o volver a hacerlo, notando que toda su historia cabe en una maleta no muy grande? Eso se llama obligación, nunca ilusión. Sé, porque vivo en esto que llamamos sociedad —y que a día de hoy se parece más a una caterva—que nada es fácil; que falta tiempo, dinero, espacio ...